Adams y Jefferson ¡®versus¡¯ Trump
Si la Casa Blanca desarrolla una agenda populista, el Gobierno federal reequilibrar¨¢ esa tentaci¨®n
Desde el pasado martes, un estremecimiento recorre el espinazo de nuestra racionalidad liberal. Si los norteamericanos son gobernados por el populismo es que todos estamos expuestos a ¨¦l. La sombra de la democracia ha demostrado que puede oscurecerla si no se pertrecha frente a ella. El panorama de Occidente en la pr¨®xima d¨¦cada est¨¢ expuesto a que se repita el fen¨®meno populista por doquier. La causa est¨¢ en el colapso global de la Modernidad.
La democracia liberal y el mercado libre han perdido su capacidad de ilusionar. Esta p¨¦rdida ha generado un proletariado emocional de humillados, ofendidos y enfadados con las estructuras institucionales que clama venganza contra ellas.
Hoy en Estados Unidos, ayer en Reino Unido o Colombia, y ma?ana quiz¨¢ en Italia, la emoci¨®n desnuda triunfa en las urnas sobre la raz¨®n. As¨ª, los malestares silenciosos de muchos se transforman democr¨¢ticamente en el griter¨ªo de un malestar colectivo que todos pagamos al ver c¨®mo se hiere la democracia a s¨ª misma. ?Qu¨¦ hacer? Confiar en que sobreviviremos al populismo y trabajar por devolver a la Modernidad pol¨ªtica su prestigio. La democracia es una idea demasiado luminosa como para verla definitivamente oscurecida por la sombra populista.
Confiemos ahora en que los padres de la Constituci¨®n norteamericana hicieran bien su trabajo. M¨¢s de 200 a?os despu¨¦s, su arquitectura ha sido puesta a prueba en sus fundamentos. Aquellos que tensionan su legitimidad al atribuir el gobierno a la voluntad mayoritaria dentro de los l¨ªmites que impiden su arbitrariedad. Esto llevar¨¢ a que si la Casa Blanca desarrolla una agenda populista, la naturaleza compleja del Gobierno federal reequilibrar¨¢ esa tentaci¨®n con el contrapoder del imperio de la ley y el respeto judicial de los derechos individuales. Y es que, como dec¨ªa John Adams, la democracia o es republicana o es la tiran¨ªa de la mayor¨ªa.
De ah¨ª que la envoltura republicana de la democracia norteamericana sea ahora el principal cortafuegos frente al populismo. En aqu¨¦lla y en el liberalismo que lo fundamenta est¨¢n las garant¨ªas institucionales frente a la arbitrariedad del gobierno del mayor n¨²mero. De manera que lo que protege a la democracia de s¨ª misma estriba en que en Estados Unidos la democracia es el gobierno de las leyes y no de los hombres.
Estoy convencido de que el trabajo de Adams y Thomas Jefferson se impondr¨¢ al populismo. Confiemos en que el dise?o institucional y legal que desarrollaron preserve la libertad de sus enemigos mediante el imperio de la ley. De los exteriores ya lo demostr¨® en dos guerras mundiales y en la Guerra Fr¨ªa. Ahora toca frente a los enemigos interiores. Ahora tiene que proteger la libertad de todos ante un pueblo que ha ca¨ªdo en la tentaci¨®n emocional de gobernarse por el populismo.
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