May no quiere una ¡°tercera persona¡± en su relaci¨®n especial con Trump

Pocas im¨¢genes resumir¨¢n mejor el convulso a?o 2016 que esta instant¨¢nea de dos amigos ante unas puertas de ascensor doradas. Como Danny Ocean y Rusty Ryan, protagonistas de Ocean¡¯s eleven, celebrando el gran golpe al casino de la pol¨ªtica occidental. Pero esto es no es el Bellagio, en el Strip de Las Vegas, sino la Trump Tower, en la Quinta Avenida de Nueva York. Y no son George Clooney y Brad Pitt, sino Donald Trump y Nigel Farage. Los dos outsiders cuyo discurso populista y xen¨®fobo el pueblo compr¨® a uno y otro lado del Atl¨¢ntico. El primero eleva el pulgar y el segundo se parte de risa. En la solapa de Farage, un pin con las dos banderas recuerda la alianza estrat¨¦gica m¨¢s s¨®lida del mundo occidental. La relaci¨®n especial, a d¨ªa de hoy, es esto.

El tel¨¦fono no son¨® en el 10 de Downing Street hasta las 13.45 del jueves. Antes, el presidente electo Donald Trump habl¨® con otros nueve l¨ªderes mundiales. Egipto, M¨¦xico, Israel, Turqu¨ªa, India, Jap¨®n, Australia, Irlanda y Corea del Sur estaban antes en la agenda que el gran aliado. La prensa brit¨¢nica denunci¨® el ¡°desaire¡±.

Cuando al fin hablaron, seg¨²n fuentes de Downing Street, ¡°la primera ministra y el presidente electo estuvieron de acuerdo en que la relaci¨®n de Estados Unidos y Reino Unido es muy importante y muy especial¡±. Igual que la sorpresa que ten¨ªa preparada Trump. El s¨¢bado a las 13.50, dos d¨ªas despu¨¦s de la llamada, recib¨ªa en su rascacielos a Nigel Farage, l¨ªder interino del partido populista UKIP y ganador simb¨®lico del Brexit, que apoy¨® a Trump en la campa?a.

Hablaron, seg¨²n Farage, ¡°de la libertad y de ganar¡±. En un art¨ªculo publicado ayer en el Daily Telegraph, Farage relataba su encuentro con el nuevo l¨ªder del mundo libre y se ofrec¨ªa a mediar para redibujar la relaci¨®n especial entre los dos pa¨ªses. El equipo de Trump, explicaba Farage, expres¨® su preocupaci¨®n acerca de los comentarios ¡°constantemente negativos¡± realizados sobre su persona por destacados miembros del Partido Conservador y del personal de Downing Street.

El Gobierno insisti¨® en que Farage, cuyas actividades en EE UU tach¨® de ¡°irrelevantes¡±, no tendr¨¢ ning¨²n papel en los pr¨®ximos meses. La portavoz de la primera ministra quiso zanjar el lunes el tema al aclarar que no habr¨¢ ¡°una tercera persona¡± en esta relaci¨®n especial. Durante la conversaci¨®n telef¨®nica, explic¨® la portavoz, ¡°el presidente electo habl¨® de disfrutar de la misma estrecha relaci¨®n que mantuvieron Thatcher y Reagan¡±. ¡°No recuerdo que hubiera una tercera persona en esa relaci¨®n¡±, concluy¨®.

La decisi¨®n de dar la espalda a Farage ha provocado una nueva crisis en el Gobierno de May justo cuando, este lunes por la noche, la primera ministra tiene previsto pronunciar su primer discurso de pol¨ªtica exterior, en una tradicional cena anual en la City. La prensa conservadora recog¨ªa el lunes testimonios an¨®nimos de miembros del Ejecutivo que consideran que May se equivoca al no recurrir a Farage como v¨ªa de acceso preferente a Trump. El propio l¨ªder interino ha dejado caer que miembros del Gobierno, desafiando las ¨®rdenes de May, ya le han sondeado en busca de asesor¨ªa sobre c¨®mo acercarse a Trump.

Boris Johnson, el poco diplom¨¢tico jefe de la diplomacia brit¨¢nica, tampoco ha querido mantenerse al margen de este debate sobre la relaci¨®n especial en la era Trump. El titular del Foreign Office se quej¨® el viernes del ¡°lloriqueo colectivo¡± tras las elecciones. Johnson cree ahora que el triunfo de Trump tiene ¡°mucho de positivo¡±. Y calific¨® de ¡°un momento de oportunidad¡± la victoria del mismo candidato del que, durante la campa?a, dijo que mostraba una ¡°asombrosa ignorancia que lo convierte en francamente inadecuado para ocupar la presidencia de Estados Unidos¡±.?