Descifrando las lunas mayas
El polaco Stanislaw Iwaniszewski, experto en arqueoastronom¨ªa, estudia desde M¨¦xico el calendario de Mesoam¨¦rica
Stanislaw Iwaniszewski vive obsesionado con la Luna llena. Con plenilunios y novilunios antiguos. La Luna creciente, la decreciente, el tiempo que pasa entre el inicio de un ciclo y el siguiente. ¡°Poco a poco¡±, dice, ¡°estoy descifrando las series lunares mayas¡±. El arque¨®logo polaco trata de entender c¨®mo los viejos pueblos de Mesoam¨¦rica calcularon sus calendarios lunares, c¨®mo armaron sus algoritmos. ¡°Ser¨¢ mi mayor satisfacci¨®n profesional¡±, asegura.
Iwaniszewski (Polonia, 1954) es una eminencia mundial en el campo de la arqueoastronom¨ªa. Mezcla ruinas, astros y estrellas. En sus palabras, estudia el ¡°paisaje, la cosmovisi¨®n de una sociedad y los calendarios antiguos¡±. De ah¨ª su inter¨¦s por las series lunares mayas. Desde hace m¨¢s de 30 a?os, el arque¨®logo vive en M¨¦xico, donde investiga y da clases en el curso de posgrado de la Escuela Nacional de Antropolog¨ªa e Historia.
La primera semana de noviembre, Iwanizsewski y un grupo de arque¨®logos acamparon en las faldas de un volc¨¢n para estudiar restos de ofrendas prehisp¨¢nicas. El primer d¨ªa de trabajos, el arque¨®logo agarr¨® su teodolito y empez¨® a hacer mediciones. Buscaba solsticios y equinoccios. Quer¨ªa ubicar el punto del volc¨¢n sobre el que el Sol aparece cada inicio de estaci¨®n. Era una expedici¨®n especial para ¨¦l, un cierre de ciclo. El polaco hab¨ªa hecho sus primeras mediciones en el mismo lugar hace ahora 31 a?os.
¡°Nac¨ª en Torun, una peque?a ciudad medieval al norte de Varsovia. All¨ª naci¨® tambi¨¦n Cop¨¦rnico¡±, cuenta el arqueoastr¨®nomo, un hombre alto, magro, de ojos claros. Iwanizsewski estudi¨® primaria y secundaria all¨ª. M¨¢s tarde se mud¨® a la capital y se matricul¨® en la universidad. Como entonces no hab¨ªa carrera de arqueolog¨ªa, pas¨® directamente a la maestr¨ªa. ¡°Siempre me interesaron los sumerios y los asirios¡±, dice con la normalidad de quien comparte sus gustos culinarios.
Interesado en los or¨ªgenes de la cultura europea, el investigador pronto parti¨® al lejano oriente. Durante sus a?os en Varsovia, integr¨® dos expediciones a Siria e Irak. Excav¨® en las ruinas de Palmira y Nimrod, ambas arrasadas por el ISIS en 2015. Iwanizsewski guarda buen recuerdo de entonces. ¡°Ese sitio, Nimrod, ya hab¨ªa sido excavado por los brit¨¢nicos. ?Yo com¨ª en el mismo lugar que hab¨ªa rentado Agatha Christie, que era la esposa de Max Mallowan!¡±, cuenta orgulloso en referencia al famoso arque¨®logo. ¡°Christie escribi¨® all¨¢ Asesinato en Mesopotamia.?Es una novela sobre dos grupos de arque¨®logos que se asesinan!¡±, exclama medio socarr¨®n.
La primera vez que pis¨® M¨¦xico a¨²n no hab¨ªa cumplido los 30 a?os. Conocedor del espa?ol gracias a sus estudios en la Universidad y a una estancia en Los Andes peruanos, el arque¨®logo no se lo pens¨®.
¡°Llegu¨¦ con una beca de la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores: quer¨ªa comparar la astronom¨ªa babil¨®nica con la maya¡±, sonr¨ªe. ¡°Cuando uno es joven no se da cuenta de que son cosas muy grandes¡±. Alpinista declarado, el arque¨®logo dedic¨® sus primeros d¨ªas en el pa¨ªs a subir volcanes, cerros y monta?as. Incluso se asoci¨® a un club de escaladores. Por aquel entonces, a principios de la d¨¦cada de 1980, el general Jaruzelski se hac¨ªa con el poder en Polonia. Impuso la ley marcial y el arque¨®logo pens¨® que era mejor no volver. Se propuso hacer un doctorado en arqueolog¨ªa de monta?a en M¨¦xico, estudiar restos de ofrendas y templos a 4.000 metros. Su proyecto era excavar donde nadie m¨¢s lo hab¨ªa hecho. Pero la cosa no sali¨®. El director del Instituto de Investigaciones Arqueol¨®gicas pens¨® que no val¨ªa la pena. Fue entonces cuando empez¨® m¨¢s en serio con la arqueoastronom¨ªa.
Stanislaw Iwanizsewski carga arriba y abajo sus herramientas de top¨®grafo. Aunque responden a d¨ªas pasados, los solsticios y equinoccios que alumbraron al volc¨¢n son el pr¨®logo de su gran hallazgo. Larguirucho y gru?¨®n, como una espiga de trigo harta de tanto sol, el arque¨®logo cuenta los d¨ªas para cantar victoria. En el horizonte destellan cientos de plenilunios de otra ¨¦poca.
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