Reino Unido apoya a los pa¨ªses del Golfo frente a ¡°la agresividad¡± de Ir¨¢n

Ir¨¢n?¡ªy su percibida injerencia en los asuntos ¨¢rabes¡ª sigue centrando la preocupaci¨®n de los pa¨ªses del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG), tal como ha ratificado la 37? cumbre anual de esa organizaci¨®n clausurada este mi¨¦rcoles en Manama (Bahr¨¦in). Las seis petromonarqu¨ªas que la integran (Arabia Saud¨ª, Bahr¨¦in, Kuwait, Qatar, Emiratos ?rabes Unidos y Om¨¢n) han recibido adem¨¢s el respaldo de Londres para hacer frente a lo que la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, ha calificado de ¡°acciones regionales agresivas¡± de Teher¨¢n.

¡°Quiero asegurarles que veo con claridad la amenaza que Ir¨¢n plantea para el Golfo y para Oriente Pr¨®ximo en general. Debemos (¡­) trabajar juntos para repeler las acciones regionales agresivas de Ir¨¢n¡±, ha declarado May ante los soberanos ¨¢rabes, en una intervenci¨®n televisada.

El comunicado conjunto hecho p¨²blico al terminar la cumbre asegura que el Reino Unido y el CCG van a ¡°poner en marcha un partenariado estrat¨¦gico para favorecer unas relaciones m¨¢s estrechas en todos los ¨¢mbitos, incluido el pol¨ªtico, la defensa, la seguridad y el comercio¡±. Adem¨¢s, las dos partes se han comprometido a ¡°trabajar de forma conjunta para hacer frente a las actividades desestabilizadoras de Ir¨¢n en la regi¨®n¡± y convocar a Teher¨¢n a ¡°tomar medidas concretas y pr¨¢cticas para resolver las diferencias con sus vecinos por medios pac¨ªficos¡±.

Arabia Saud¨ª, el peso pesado del CCG, est¨¢ obsesionado con la intromisi¨®n de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, a la que le enfrenta una larga rivalidad regional que explota diferencias ¨¦tnicas (¨¢rabes/persas) y confesionales (sun¨ªes/chi¨ªes). De L¨ªbano a Irak y de Siria a Yemen, pasando por Bahr¨¦in, Riad y sus aliados ven la mano de Ir¨¢n en todos los conflictos regionales, incluso cuando ¨¦ste s¨®lo aprovecha de forma oportunista sus consecuencias. De ah¨ª que, si bien en distinta medida, todos vieran con recelo la pol¨ªtica de apertura lanzada por la Administraci¨®n Obama y el acuerdo nuclear alcanzado con Teher¨¢n el a?o pasado.

May, la primera mujer y jefe de Gobierno brit¨¢nico que asiste a una cumbre del CCG, les ha propuesto cooperar para potenciar la seguridad, con inversiones en Defensa y entrenamiento militar. La invitaci¨®n, que con anterioridad s¨®lo se hab¨ªa extendido al franc¨¦s Fran?ois Hollande y al propio Obama, pretend¨ªa profundizar relaciones con otras potencias distintas de EE UU. La confluencia de intereses es obvia en un momento en que Londres busca ampliar sus v¨ªnculos comerciales ante la salida de la UE.

¡°Quiero que estas conversaciones preparen el terreno para un ambicioso acuerdo comercial¡±, ha reconocido May durante su estancia en Manama. Los medios brit¨¢nicos mencionan oportunidades de negocio por valor de 30.000 millones de libras (unos 35,7 millones de euros) durante los pr¨®ximos cinco a?os en los pa¨ªses del Golfo, varios de los cuales fueron protectorados del Reino Unido hasta principios de los a?os setenta del siglo pasado.

La UE en su conjunto es el principal socio comercial del CCG con intercambios de 130.000 millones de euros anuales. Sin embargo, no han alcanzado un acuerdo de libre comercio a pesar de tres d¨¦cadas de conversaciones. Desde su establecimiento en 1981, ese foro regional tampoco ha avanzado mucho en la integraci¨®n econ¨®mica, centr¨¢ndose sobre todo en la seguridad.

Fuera de la agenda, y del debate, ha quedado una vez m¨¢s la situaci¨®n de los derechos humanos, algo que en v¨ªsperas de la cumbre denunciaron Amnist¨ªa Internacional y varias organizaciones de la zona. Con el pretexto de la seguridad nacional, y a la sombra de las rivalidades regionales, el anfitri¨®n, Bahr¨¦in, viene reprimiendo desde 2011 un movimiento de contestaci¨®n animado por la mayor¨ªa chi¨ª. Pero el encarcelamiento y la retirada de la nacionalidad a los activistas se han intensificado en todos los pa¨ªses del CCG.