Trump se enzarza en Twitter con un sindicalista que le acus¨® de mentir

Como su tel¨¦fono m¨®vil no es un smartphone con Internet, la v¨ªctima del ¨²ltimo ataque de Donald Trump en las redes sociales tard¨® un rato en enterarse de que el presidente electo le hab¨ªa hecho centro de sus iras digitales. Pero desde que un amigo le alert¨®, en la noche del mi¨¦rcoles, Chuck Jones no ha podido pensar en otra cosa, entre otros porque no ha parado de recibir amenazas por criticar al magnate republicano.

Jones es el presidente de United Steelworkers Local 1999, el sindicato que representa a los trabajadores de la empresa de aire acondicionado Carrier en Indiana que este mes renunci¨® a llevarse la mitad de los empleos a M¨¦xico, despu¨¦s de que el presidente electo interviniera directamente. Trump celebr¨® con gran fanfarria el haber salvado 1.100 empleos. Jones dijo que el presidente electo hab¨ªa ¡°mentido como un bellaco¡± porque la cifra de puestos de trabajo salvados era menor, de 800 en total, y de ellos solo 730 de los trabajadores de esa f¨¢brica. Otros 550 se ir¨¢n todav¨ªa a M¨¦xico. Sus cr¨ªticas al acuerdo vendido como un ¨¦xito y una promesa de la capacidad de Trump de generar empleo en cuanto se siente en el Despacho Oval, provocaron la furibunda respuesta digital de este, que le acus¨® de haber hecho un ¡°trabajo espantoso¡± al frente de su sindicato.

Horas despu¨¦s del primer mensaje en Twitter, Trump escribi¨® otro m¨¢s dirigido al sindicalista, en el que, directamente, responsabiliz¨® al sindicato de la deslocalizaci¨®n de esos puestos de trabajo: "Si Steelworkers 1999 fuera bueno, habr¨ªa mantenido esos empleos en Indiana. Que inviertan m¨¢s tiempo trabajando y menos tiempo hablando".

Tras los tuits, llegaron amenazas muy reales que han vuelto a generar preocupaci¨®n por la forma en que el inminente inquilino en la Casa Blanca maneja sus mensajes y a las masas que lo siguen.

Seg¨²n explic¨® Jones este jueves a medios como The Washington Post, desde que Trump arremetiera contra ¨¦l por Twitter ha recibido varias amenazas. ¡°Es gente diciendo: sabemos que tienes hijos, sabemos d¨®nde vives, qu¨¦ coche conduces, gente dici¨¦ndome de todo¡±, relat¨®. El curtido sindicalista asegur¨® no estar demasiado preocupado por ello. ¡°Llevo 30 a?os haciendo este trabajo y he recibido amenazas de mucha mayor magnitud que estas¡±, se?al¨®. ¡°No es gran cosa, no me preocupa demasiado, la gente tiene frustraciones porque dije algo del presidente electo y la est¨¢n tomando conmigo¡±, insisti¨®.

El problema en todo esto es que este nuevo incidente sucede en la misma semana en que un hombre irrumpi¨® armado con un rifle de asalto en una popular pizzer¨ªa de Washington que en las ¨²ltimas semanas hab¨ªa sido el centro de una teor¨ªa conspiratoria completamente falsa pero alentada por esas mismas redes sociales, donde las falsas noticias eran reenviadas, entre otros, por personas muy cercanas al propio Trump.

A ello se a?ade la preocupaci¨®n por la creciente afici¨®n del presidente electo por usar redes como Twitter para anunciar decisiones empresariales y pol¨ªticas, adem¨¢s de realizar amenazas impl¨ªcitas a empresas. Ocurri¨® de nuevo esta misma semana, cuando en los 140 caracteres de esta red para criticar a una empresa, Boeing, y amenazarla con cancelar un lucrativo contrato.

D¨ªas antes tambi¨¦n hab¨ªa se?alado digitalmente a otra empresa, Rexnord de Indiana, por trasladarse a M¨¦xico y llevarse consigo los 300 puestos de trabajo que ofrece. ¡°Esto est¨¢ pasando por todo nuestro pa¨ªs. ?No m¨¢s!¡±, tuite¨®.