La victoria contra el oleoducto de Dakota del Norte encumbra al activismo sioux

Pero la resistencia no es nueva. Tampoco el sentimiento de que el ecosistema ind¨ªgena est¨¢ en peligro.

En el siglo XIX, m¨¢s de 10.000 miembros de las tribus sioux, cheyenne y arapaho protestaron contra un intento del Ej¨¦rcito estadounidense de desplazar sus territorios para explorar oro. La protesta deriv¨® en la Batalla de Little Bighorn, en que los indios derrotaron al Ej¨¦rcito estadounidense y blindaron el control de sus tierras. En 1973, activistas indios ocuparon un pueblo en Dakota del Sur para protestar contra la gesti¨®n del Gobierno federal.

El activismo nativo tambi¨¦n se volc¨® en la oposici¨®n al oleoducto Keystone XL, cuya construcci¨®n fue denegada el a?o pasado por el Gobierno de Barack Obama. La infraestructura iba a transportar crudo de Canad¨¢ al Golfo de M¨¦xico pasando por Dakota del Norte, epicentro de un boom petrolero fruto de la t¨¦cnica de extracci¨®n del fracking. Pero, a diferencia del Dakota Access, el Keystone XL no afectaba directamente tierras consideradas sagradas para los sioux.

¡°No hay derechos que se est¨¦n violando que no se hayan violado antes¡±, dijo, en una entrevista reciente a la cadena de radio NPR, Kim Tallbear, profesora de Estudios Nativos en la universidad canadiense de Alberta y que ha trabajado como planificadora ambiental para el Gobierno estadounidense.

Tallbear ve antecedentes en la represi¨®n policial a los cientos de manifestantes que desde abril levantaron un campamento de protesta para bloquear las obras del Dakota Access: ¡°Lo hicieron en el siglo XIX, en el siglo XVI. No es nuevo¡±.

¡°Esta tribu ha estado perdonando durante 200 a?os¡±, dijo esta semana Dave Archambault, el presidente de la naci¨®n sioux Standing Rock, en cuya reserva viven unas 8.000 personas y que se extiende hasta Dakota del Sur.

Tras la decisi¨®n del pasado domingo del Cuerpo de Ingenieros del Ej¨¦rcito de buscar una ruta alternativa para ese tramo del oleoducto, el l¨ªder indio pidi¨® a los manifestantes que abandonen el campamento de protesta, en el que se registran temperaturas heladas. ¡°Tenemos que tomar el siguiente paso en este asunto, superarlo y volver a empezar a trabajar juntos¡±, se?al¨®.

El ¨¦xito de los sioux contra el oleoducto puede, sin embargo, ser temporal. El presidente electo estadounidense, Donald Trump, que tiene intereses empresariales en la infraestructura, ha dicho que apoya su construcci¨®n. Cuando asuma el cargo el 20 enero, el republicano podr¨ªa decidir recuperar la ruta original del oleoducto. Archambault ha pedido reunirse con Trump.

El proyecto, con un presupuesto de 3.800 millones de d¨®lares e impulsado por la empresa Energy Transfer Partners, prev¨¦ unir Dakota del Norte con las refiner¨ªas de Illinois pasando por otros dos Estados. El oleoducto est¨¢ completado excepto el tramo paralizado ahora y que iba a pasar por debajo del lago Oahe, en el r¨ªo Misuri. Los sioux alegaban que la construcci¨®n da?ar¨ªa tierras consideras sagradas y tem¨ªan que cualquier fuga contaminara la fuente de agua de la reserva.

El Cuerpo de Ingenieros del Ej¨¦rcito, responsable de esos terrenos, buscar¨¢ una ruta alternativa, pero es probable que cruce igualmente el r¨ªo. En septiembre, ya decret¨® una paralizaci¨®n temporal de las obras.

Lo que no cambiar¨¢ la suspensi¨®n definitiva de las obras son los problemas estructurales de la Standing Rock y otras muchas reservas indias en EE UU. Un casino es el principal motor econ¨®mico de la tribu, que Obama visit¨® en 2014 cuando anunci¨® nuevos planes de ayuda para las comunidades ind¨ªgenas. Los ¨ªndices de pobreza, desempleo, violencia y abandono escolar son muy elevados en Standing Rock.