EE UU y la UE sancionan al r¨¦gimen congole?o de Kabila

A una semana del fin de mandato oficial del presidente de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Joseph Kabila, la Uni¨®n Europea y Estados Unidos han castigado con sanciones a nueve altos cargos de su r¨¦gimen. Acusados de entorpecer el proceso electoral y de violaciones de derechos humanos son, todos ellos, personajes clave del aparato pol¨ªtico o militar que protagoniza la grave crisis actual. Es la primera vez que la UE acusa abierta y directamente al entorno pr¨®ximo de Kabila, que deber¨ªa dejar el cargo el 19 de diciembre. Al no haberse celebrado las elecciones previstas en noviembre -el Gobierno se ha excusado en la falta de fondos y la imposibilidad de actualizar el censo en el plazo previsto-, la crispaci¨®n crece en todo el pa¨ªs en lo que se teme puede terminar en un estallido de violencia. Partidos pol¨ªticos y activistas de la sociedad civil llevan meses exigiendo que se respete la Constituci¨®n, y que Kabila abandone el poder. Pero la respuesta ha tenido forma de detenciones extrajudiciales, represi¨®n y torturas por parte del gobierno. Y las torpes negociaciones, que a¨²n prosiguen en ansiosa cuenta atr¨¢s, no han convencido.

La UE se ha centrado en siete oficiales de las fuerzas de seguridad, entre ellos, los principales responsables de la represi¨®n de las manifestaciones en Kinshasa celebradas el 19 y 20 de septiembre, en las que murieron medio centenar de personas. En la lista, y directamente vinculados a la violencia contra los manifestantes de septiembre, aparecen el comandante de la Guardia Republicana, Ilunga Kampete; el jefe del Ej¨¦rcito en la zona de Kinashasa, Gabriel Amisi Kumba, alias Tango Four; el comandante de los antidisturbios, Ferdinand Ilunga Luyoyo; el jefe de la Polic¨ªa congolesa, Celestin Kanyama y el jefe de inteligencia militar, Delphin Kahimbi.

Algunos de ellos, como Tango Four, son viejos conocidos en el este del pa¨ªs, donde se disputa a¨²n una guerra muy alejada de los focos, y han sido vinculados a masacres o al tr¨¢fico de minerales. La UE incluye tambi¨¦n al n¨²mero dos de los servicios secretos (ANR), Roger Kibelisa, y al ex inspector general de la Polic¨ªa, John Numbi, por dirigir la intimidaci¨®n, las detenciones arbitrarias y ¡°obstaculizar la salida de la crisis¡±. Los siete sancionados no podr¨¢n viajar a Europa y se les congelar¨¢n las cuentas en la UE.

Estados Unidos, por su parte, se ha centrado en dos personalidades clave en el poder, acusados de ¡°minar el proceso electoral¡±. Se trata del viceprimer ministro, Evariste Boshab, a quien describen como un actor fundamental en la estrategia de mantenimiento al poder del presidente Kabila despu¨¦s del 19 de diciembre de 2016, y del n¨²mero uno de la Inteligencia (ANR), Kalev Mutondo, por haber apoyado a neutralizar las manifestaciones y opositores, muchos de ellos torturados y maltratados.

Joseph Kabila lleg¨® al poder por sorpresa, joven e inexperto, en 2001. Nacido en un campo militar de la rebeli¨®n que dirig¨ªa su padre, Laurent Desir¨¦, Joseph Kabila era un militar raso cuando asesinaron a su padre, el presidente, y le catapultaron, con 30 a?os, a la batuta de un pa¨ªs en guerra. Durante cinco a?os dirigi¨® la transici¨®n hasta las primeras elecciones democr¨¢ticas de la del pa¨ªs en m¨¢s de 40 a?os. Y, con un amplio apoyo popular, con muchas esperanzas, el ¡°art¨ªfice de la paz¡±, revalid¨® la presidencia en las urnas en 2006. Pero en la ¨²ltima d¨¦cada, en la que la guerra ha seguido desangrando el este, en la que su esfera y el alto estamento pol¨ªtico y militar se ha vinculado a menudo a los beneficios millonarios del comercio de minerales y a la violencia, su percepci¨®n se ha deteriorado. Muchos piensan que si se retirara ahora mantendr¨ªa el legado de pacificador, pero el giro represivo de los ¨²ltimos a?os para aferrarse al poder est¨¢ minando su herencia, y el fr¨¢gil futuro de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo.