Las condenas a muerte en Estados Unidos caen al nivel m¨¢s bajo desde 1976
El n¨²mero de ejecuciones retrocede a cifras de 1991, pero avanzan las iniciativas a favor del castigo
La pena de muerte prosigue su declive en Estados Unidos por una combinaci¨®n de decisiones judiciales y problemas log¨ªsticos. La Justicia impuso en 2016 el menor n¨²mero de condenas a muerte en la era moderna, desde que en 1976 el Tribunal Supremo reinstaur¨® el castigo capital. Veinte personas han sido ejecutadas este a?o, la cifra m¨¢s baja desde 1991. Pero esos datos apenas alteran el sentir de calle: tres Estados (California, Nebraska y Oklahoma) respaldaron el castigo capital en votaciones ciudadanas en noviembre.
Este es el paisaje ambivalente que dibuja el informe anual del Centro de Informaci¨®n de la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas inglesas), difundido la semana pasada. La pena capital hace de EE UU, el quinto pa¨ªs en n¨²mero de ejecuciones, una anomal¨ªa en el mundo desarrollado y democr¨¢tico.
Pese a que el apoyo ciudadano ha disminuido en los ¨²ltimos a?os, siguen siendo m¨¢s los que respaldan (un 49%) las ejecuciones que los que se oponen a ellas (42%), seg¨²n una encuesta de Pew Research. A¨²n as¨ª, es el primer a?o en 45 en que ese apoyo es inferior al 50%.
La brecha social es visible en la pol¨ªtica. El presidente estadounidense saliente, el dem¨®crata Barack Obama, apoya la pena de muerte en casos extremos; el entrante, el republicano Donald Trump, la respalda sin matices. Mientras unos Estados nombraron en noviembre a fiscales que se oponen a las ejecuciones, otros hicieron lo contrario.
En el DPIC son optimistas. ¡°Estados Unidos est¨¢ en medio de un gran cambio respecto al castigo capital. Aunque puede haber ajustes y pasos hacia atr¨¢s ocasionales, la tendencia a largo plazo se mantiene clara¡±, escribe en el informe Robert Dunham, el director ejecutivo del centro. ¡°Cada a?o el p¨²blico est¨¢ m¨¢s inc¨®modo con la pena de muerte¡±.
Ejecuciones solo en cinco Estados
La organizaci¨®n calcula que unas 30 personas habr¨¢n sido condenadas a muerte este a?o, un 39% menos que el a?o anterior. Y destaca que, por primera vez en m¨¢s de 40 a?os, ning¨²n Estado impuso diez o m¨¢s sentencias a muerte. Solo cinco Estados han impuesto m¨¢s de una.
Las 20 ejecuciones de 2016 representan un descenso de m¨¢s del 25% respecto al a?o anterior. Solo cinco Estados acabaron legalmente con la vida de presos, el n¨²mero m¨¢s bajo desde 1983.
Uno de los factores detr¨¢s del descenso son los cambios legales en algunos Estados. El Tribunal Supremo consider¨® ilegales pr¨¢cticas que fomentaban desproporcionadamente la pena de muerte en Arizona, Oklahoma y Florida, donde por ejemplo un juez pod¨ªa anular el criterio de un jurado.
Tambi¨¦n contribuye al declive la dificultad de acceso a las sustancias que se utilizan en las inyecciones letales como resultado del creciente boicot de farmac¨¦uticas europeas y estadounidenses. Los 32 Estados que permiten la pena de muerte se han visto obligados en los ¨²ltimos a?os a recurrir a f¨¢rmacos en mercados alternativos o en el extranjero para cometer las ejecuciones.
Pero ese bloqueo tambi¨¦n propicia consecuencias indeseadas. Ante la ausencia de f¨¢rmacos, los Estados experimentan con nuevas sustancias para matar. Hace dos semanas, un preso estuvo agonizando 13 minutos durante su ejecuci¨®n en Alabama al suministr¨¢rsele un sedante que ya hab¨ªa ocasionado convulsiones en 2014 a un reo en Oklahoma.
Precisamente, los ciudadanos de Oklahoma aprobaron en refer¨¦ndum en noviembre, con un 66% de votos a favor, una enmienda que permite al Estado usar f¨¢rmacos en las inyecciones letales que no han sido autorizados por el Tribunal Supremo ante el temor de que la Justicia pueda considerar inconstitucionales las nuevas sustancias utilizadas actualmente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.