Abe en Pearl Harbor: ¡°Nunca m¨¢s debemos repetir los horrores de la guerra¡±
El primer ministro y Obama reclaman la fortaleza de la alianza entre EE UU y Jap¨®n, basada en la reconciliaci¨®n
En un momento de nuevas tensiones geopol¨ªticas en Asia y de dudas sobre el orden internacional de las ¨²ltimas d¨¦cadas, el primer ministro japon¨¦s, Shinzo Abe, pronunci¨® este martes su propio nunca m¨¢s a la guerra, y celebr¨® la alianza de su pa¨ªs con Estados Unidos. "Nunca m¨¢s debemos repetir los horrores de la guerra", dijo Abe tras visitar junto al presidente Barack Obama el memorial a los muertos en ataque de Pearl Harbor (Haw¨¢i) de 1941. Pearl Harbor, coincidieron Abe y Obama, debe enviar al mundo un mensaje de tolerancia y reconciliaci¨®n.
Pasado y futuro, memoria y pol¨ªtica, homenaje a los muertos y refuerzo de la alianza militar se mezclaron en la visita de Abe a Pearl Harbor.
Abe deposit¨® un ramo de flores con Obama el memorial del USS Arizona, donde est¨¢n inscritos los nombres de los m¨¢s de 2.400 estadounidenses que murieron el ataque.
"Aqu¨ª recordamos que incluso cuando el odio arde con m¨¢s fuerza, incluso cuando el impulso del tribalismo es m¨¢s primario, debemos resistir lo que nos lleva a demonizar a los que son diferentes", dijo Obama despu¨¦s, junto a Abe.
"Casi puedo discernir la voces de estos marinos", dijo Abe. El primer ministro japon¨¦s ofreci¨® las condolencias por los muertos, pero, como tampoco hizo Obama cuando visit¨® Hiroshima el pasado mayo, no pidi¨® perd¨®n.
Abe renov¨® la promesa de no volver a lanzar una guerra, uno de los pilares del Jap¨®n moderno. Y subray¨® la centralidad de la alianza con EE UU para el desarrollo y la estabilidad de su pa¨ªs.
La visita ten¨ªa un contenido hist¨®rico: un gesto de reconciliaci¨®n entre los enemigos de la Segunda Guerra Mundial, siete meses despu¨¦s de que Obama visitase Hiroshima, la ciudad donde EE UU lanz¨® en 1945 la primera bomba at¨®mica.
Tambi¨¦n fue un gesto geopol¨ªtico, una exhibici¨®n de la estrecha relaci¨®n que ambos pa¨ªses desarrollado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Con Obama y Abe al frente ¡ªdos pol¨ªticos muy distintos, el primero un progresista internacionalista; el segundo un nacionalista de derechas¡ª, la relaci¨®n ha vivido uno de los momentos de mayor sinton¨ªa.
Abe ha sido para Obama una pieza clave en el intento de giro estrat¨¦gico hacia Asia, dise?ado para contrarrestar la pujanza de China. Ambos impulsaron, por ejemplo, el TPP, el tratado de libre comercio con una decena de pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico.
Pero el giro asi¨¢tico se ha quedado a medias. El ascenso del Estado Isl¨¢mico en Pr¨®ximo Oriente y la guerra en Siria, y el expansionismo de la Rusia de Vlad¨ªmir Putin, le impidieron dedicar toda su atenci¨®n a la regi¨®n de Asia y el Pac¨ªfico.
Y la victoria de Donald Trump, un pol¨ªtico que gan¨® las elecciones del 8 de noviembre agitando la xenofobia, deja en aire estos movimientos. En la campa?a electoral Trump puso en duda la vigencia de la alianza con Jap¨®n. Y ya ha anunciado la retirada de EE UU del TPP.
Abe ser¨¢ probablemente el ¨²ltimo l¨ªder extranjero en reunirse con Obama antes de la toma de posesi¨®n de Trump, el 20 de enero. El mensaje es poderoso. Por el lugar, Pearl Harbor, donde EE UU sufri¨® un ataque que, como dijo el presidente Franklin Roosevelt, qued¨® marcado como un "d¨ªa de infamia". Y por el interlocutor, el primer ministro de unos de los aliados m¨¢s s¨®lidos de la primera potencia mundial.
"La alianza entre Jap¨®n y EE UU es una alianza de esperanza", dijo? Abe. "Deseo que nuestors ni?os japoneses, y presidente Obama, los ni?os americanos, y sus hijos y nietos, y las personas de todo el mundo, contin¨²en viendo Pearl Harbor como el s¨ªmbolo de la reconciliaci¨®n".
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