El rey de B¨¦lgica regala 200 euros a 769 ciudadanos

La generosidad real est¨¢ en m¨¢ximos hist¨®ricos en B¨¦lgica. El rey Felipe concedi¨® el pasado a?o ayudas de 200 euros a 769 ciudadanos con problemas financieros que escribieron una carta explicando su precaria situaci¨®n, m¨¢s que nunca antes. En total suman 154.000 euros que salen de los fondos de una fundaci¨®n creada en los a?os sesenta por la ya fallecida reina Fabiola para apoyar a los m¨¢s desfavorecidos a partir de los regalos que recibi¨® con motivo de su matrimonio con el rey Balduino. La selecci¨®n de los que reciben la donaci¨®n no se deja al azar: los servicios sociales investigan las solicitudes que les remiten desde Palacio para comprobar que realmente la necesidad existe y no se trata de un intento de engrosar la cuenta corriente aprovechando el altruismo de su Majestad.

Cada a?o el buz¨®n de la Casa Real recibe multitud de cartas en las que se detallan problemas econ¨®micos y piden al monarca ayuda para afrontar gastos tan b¨¢sicos como la atenci¨®n m¨¦dica, el alojamiento, la matr¨ªcula del colegio o el pago de la calefacci¨®n. En los ¨²ltimos a?os la cifra de misivas en busca de la caridad real se ha estabilizado en torno a las 11.000 cartas despu¨¦s de un espectacular aumento en los a?os m¨¢s cruentos de la crisis, pero tras la criba, menos del 10% de solicitantes acaba con el cheque en sus manos. El resto no recibe dinero pero quedan en el radar de los servicios sociales.

El crecimiento de las ayudas despu¨¦s de dos a?os a la baja no solo se debe a una mayor sensibilizaci¨®n con las dificultades de sus conciudadanos. La propia Casa Real belga ha indicado que las cartas que se recibieron en diciembre de 2015 no pudieron tramitarse hasta el pasado a?o, lo que explica en parte que la cifra sea mayor que en otros ejercicios. Un repaso por la evoluci¨®n de la ayuda muestra como en 2006 fueron 242 las familias beneficiarias, 450 en 2010, 650 en 2012 y 2013 ¡ªel primero en que rein¨® Felipe tras la abdicaci¨®n de su padre, Alberto II¡ª, hasta el pico de las 769 de 2016.

Aunque seg¨²n su equipo, el rey lee algunas de las cartas personalmente para tomar el pulso de lo que sucede en la calle, dada su cargada agenda es la secretar¨ªa de la Casa Real la que se encarga de abrir el aluvi¨®n de correspondencia que recibe. Cada ma?ana, los servicios de seguridad comprueban que no escondan ninguna amenaza antes de que sean clasificadas. La familiaridad con que los belgas tratan al monarca es palpable en los dibujos que le regalan los ni?os, las flores que recibe y en un dato: cada a?o llegan a su nombre y al de su familia en torno a 50.000 correos de ciudadanos ¡ªuna media de 137 diarios¡ª de los que solo los citados 11.000 contienen peticiones de ayuda econ¨®mica. El resto escribe para contarle alg¨²n suceso personal como un divorcio delicado, mencionar un cumplea?os o denunciar alg¨²n abuso.

El rey no responde personalmente a los que le escriben y delega esa funci¨®n en otros, lo que en ocasiones provoca la frustraci¨®n y el enfado de los que se dirigen a ¨¦l como a un confidente. Pero a veces las cartas logran su objetivo: Alberto II, padre del actual rey, lleg¨® a hablar con ministros para solucionar problemas que le parecieron especialmente graves. En su web, la Casa Real indica claramente d¨®nde remitir el correo y aunque se aceptan todas las cartas, concreta el trato correcto con el que deben dirigirse a su interlocutor: "A su Majestad el Rey / Su Majestad la Reina / Sus Majestades el Rey y la Reina". Para muchos de sus compatriotas, esa f¨®rmula es solo el protocolo que antecede a un relato cargado de angustia del que no esperan m¨¢s recompensa que los preciados 200 euros.