Silicon Valley se moviliza contra las medidas migratorias de Trump

La ¨²ltima medida migratoria ha acabado con el silencio con el que el polo tecnol¨®gico del mundo hab¨ªa recibido al presidente Trump. El pasado viernes Mark Zuckerberg rompi¨® el hielo con un extenso mensaje en su muro en contra de su negativa a aceptar a inmigrantes de Irak, Ir¨¢n, Sud¨¢n, Somalia, Siria, Yemen y Libia, aunque cuenten con permiso de residencia o visado en curso. Durante el fin de semana se han unido algunos gigantes tecnol¨®gicos.

Airbnb ha procurado ser consecuente con su lema, hacer que cualquiera se sienta como un local en una nueva ciudad, y tambi¨¦n se ha pronunciado. Brian Chesky, cofundador y consejero delegado, ha mostrado su solidaridad con palabras, a trav¨¦s de un tuit: ¡°Abrir las puertas nos ha unidos a todos. Cerrarlas divide a los Estados Unidos. Vamos a encontrar una forma de conectarnos, no de separarnos¡±, y tambi¨¦n con una medida, ofrecer alojamiento a aquellos residentes de Estados Unidos que, tras pasar por sus pa¨ªses de origen, ahora no pueden hacer el viaje de vuelta. ¡°Tenemos tres millones de casas a su disposici¨®n. Algo podemos hacer¡±, a?adi¨® en su perfil de Facebook.

El consejero delegado de Google, Sundar Pichai, de origen indio, envi¨® una circular a sus empleados el viernes. En la carta ped¨ªa a aquellos trabajadores de los pa¨ªses afectados por la medida del presidente que se encuentren en el exterior vuelvan de inmediato a Estados Unidos. ¡°Nos duele el da?o personal que esta orden ejecutiva tiene en nuestros colegas. Siempre hemos hecho p¨²blica nuestra visi¨®n de la inmigraci¨®n y vamos a seguir as¨ª, tan Washington y en todo el mundo¡±. Se calcula que los afectados podr¨ªan llegar a 200.

Mientras que a Larry Page, cofundador del buscador, ha sido objeto de cr¨ªticas por atender a la primera reuni¨®n de la industria con Trump. Sergey Brin, nacido en Mosc¨² y nacionalizado, se ha presentado como un manifestante m¨¢s en el aeropuerto de San Francisco para mostrar un inusual apoyo: ¡°Estoy aqu¨ª porque soy un refugiado m¨¢s¡±.

Sam Altman, inversor de capital riesgo y presidente de Y Combinator, la incubadora de startups m¨¢s brillante, tambi¨¦n se ha unido a los que pretenden acampar en el aeropuerto.

Reed Hastings, fundador de Netflix, el mayor videoclub del mundo con m¨¢s de siete millones de clientes de pago, y funcionamiento en casi todo el mundo con la excepci¨®n de China, se pronunci¨® en su perfil de Facebook. ¡°Los actos de Trump est¨¢n afectando a empleados de Netflix en todo el mundo. Esto es tan antiamericano que nos duele a todos. Estas medidas hacen que Am¨¦rica sea menos segura, dando que genera odio y p¨¦rdida de aliados, en lugar de lo contrario¡±, escribi¨®, ¡°Semana muy triste. Y lo que nos queda con las vidas de m¨¢s de 600.000 dreamers que est¨¢n bajo amenaza inminente. Es hora de que nos unamos para defender los valores y libertad de Am¨¦rica¡±. Hastings llama la atenci¨®n, precisamente, sobre el mismo colectivo que lo hizo Zuckerberg solo 24 horas antes, los dreamers, o so?adores, como se denomina a aquellos que llegaron muy j¨®venes y carecen de un hogar o referencia fuera de Estados Unidos.

Satya Nadella, m¨¢ximo ejecutivo de Microsoft, es inmigrante de origen indio, envi¨® un correo interno en el que se compromete a dar apoyo moral, financiero y legal a todos los empleados de la firma que puedan verse afectados. Brad Smith, responsable de asuntos p¨²blicos de los de Seattle, estima que son 76 los potenciales afectados.

Chris Sacca, uno de los primeros inversores en Twitter, Uber e Instagram, pidi¨® que se donase a ACLU, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que quiere llevar a Trump a los tribunales por estas medidas migratorios. Propuso igualar donaciones de particulares hasta llegar a 25.000 d¨®lares. Tres horas despu¨¦s termin¨® por poner 150.000 d¨®lares de su bolsillo.

Esta orden ejecutiva no es la ¨²nica fuente de temor en un lugar en el que la contrataci¨®n de extranjeros es constante. Se teme por los visados J1, que permiten la llegada de trabajadores reci¨¦n licenciados. En su mayor¨ªa suelen ser j¨®venes programadores o investigadores que cubren la gran demanda de estos perfiles en el mundo tecnol¨®gico. Entran en calidad de becarios, pero lo habitual es que sirva para trampol¨ªn en su carrera en Estados Unidos.

Una vieja imagen de Steve Jobs se ha convertido en la mejor defensa de los emigrantes en Silicon Valley. Se replica de perfil en perfil por las redes sociales recordando que el mago de Apple era hijo de un inmigrante sirio. El nombre real de su padre biol¨®gico es Abdulfat¨¢ John Jandali. Sin Macs, iPhones o iPads, Silicon Valley no ser¨ªa lo que es. Es un s¨ªntoma, tambi¨¦n un s¨ªmbolo, de c¨®mo una de las zonas m¨¢s privilegiadas del planeta reivindica la entrada de talento del exterior.