El veto migratorio de Trump abre el primer conflicto institucional
El decreto precipita el despido de la fiscal general, moviliza a diplom¨¢ticos en contra y crea malestar en el gabinete
Es el estilo Trump. Ser imprevisible y crear confusi¨®n era su m¨¦todo cuando constru¨ªa rascacielos, dirig¨ªa casinos o se dedicaba a los reality shows. En la Casa Blanca, el presidente Donald Trump act¨²a igual. El decreto que desde este fin de semana veta la entrada a Estados Unidos de refugiados e inmigrantes de varios pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana ha sembrado el desconcierto en los distintos niveles del Gobierno y ha abierto el riesgo de un conflicto institucional.
Nunca en tiempos modernos una presidencia hab¨ªa comenzado con un ritmo tan intenso, en un ambiente ca¨®tico y con una resistencia tan masiva como la de Donald Trump.
La prohibici¨®n temporal a la entrada de refugiados de todo el mundo ¡ªindefinida para los que vienen de Siria¡ª y a los inmigrantes de siete pa¨ªses ha sido el detonante de la primera crisis interna de la Administraci¨®n Trump. Al despido a la fiscal general (ministra de Justicia) en funciones por desacatar el decreto y las cr¨ªticas al presidente de un centenar de diplom¨¢tico, se sum¨® este lunes el boicoteo de la oposici¨®n dem¨®crata al nombramiento de cargos clave en la Administraci¨®n Trump.
Los senadores del Partido Dem¨®crata no comparecieron a la audiencia programada para la confirmaci¨®n de los cargos de los secretarios del Tesoro y de Salud. La t¨¢ctica dilatoria postergar¨¢ su confirmaci¨®n, pero no podr¨¢ evitarla: los dem¨®cratas son minoritarios y previsiblemente los nominados de Trump contar¨¢n con los votos de todos los republicanos. La fuerza de la oposici¨®n se encuentra hoy en la calle, en las organizaciones de activistas y en las ciudades y estados gobernados por el Partido Dem¨®crata m¨¢s que en Washington. El Partido Republicano de Trump ya controla los resortes en Washington, y el nombramiento de un nuevo juez del Tribunal Supremo, previsto anoche, deb¨ªa reforzar la presencia conservadora en las tres ramas del poder federal.
La resistencia dif¨ªcilmente vendr¨¢ de la mayor¨ªa republicana en el Congreso, pero los signos de inquietud se han multiplicado en la capital federal. Primero fue una carta de un centenar de diplom¨¢ticos de carrera que alertaba sobre los peligros para los intereses de EE UU del decreto sobre inmigrantes y refugiados. Despu¨¦s lleg¨® otro mensaje, esta vez de Sally Yates, la fiscal general en funciones, expresando dudas sobre la legalidad del decreto Trump y anunciando que los juristas del Departamento de Justicia no lo defender¨ªan en los tribunales.
La respuesta de la Casa Blanca fue fulminante. El portavoz Sean Spicer invit¨® a los diplom¨¢ticos disidentes a marcharse. Y, en un comunicado, anunci¨® la destituci¨®n de Yates, que ocupaba el cargo a la espera de que el Senado confirme a Jeff Sessions, el fiscal general de Trump. Yates, seg¨²n el comunicado, ¡°traicion¨®¡± al Departamento de Justicia al negarse a velar por la aplicaci¨®n del decreto.
La destituci¨®n de Yates se ha comparado con la llamada masacre del s¨¢bado por la noche, episodio central del drama del caso Watergate en los a?os del presidente Richard Nixon. En la noche del 20 de octubre de 1973, dimitieron el fiscal general y el fiscal general adjunto, a los que Nixon presionaba para destituir al fiscal especial que investigaba el Watergate.
El decreto ha molestado por su contenido como por las formas: redactado apresuradamente, sin consultar con los departamentos y expertos involucrados, y ambiguo en muchos puntos, lo que ha contribuido al desconcierto entre los funcionarios de inmigraci¨®n y aduanas.
Los propios republicanos del Congreso, aunque aplaudan la decisi¨®n, se han sentido despreciados en el proceso. Y tres de las figuras m¨¢s experimentadas en la Administraci¨®n Trump ¡ªel futuro secretario de Estado Rex Tillerson, el de Defensa, el general James Mattis, y el de Seguridad Interna, el general John Kelly¡ª han vivido con irritaci¨®n la firma de un decreto que afecta directamente a sus carteras, seg¨²n varias fuentes citadas por los medios estadounidenses.
En el c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo de la Casa Blanca, est¨¢n convencidos de que el nuevo presidente debe ser un agente de la disrupci¨®n, el hombre que acabe con los viejos modales y tradiciones de la pol¨ªtica. Lo que para otro presidente novato habr¨ªa sido una crisis alarmante ¡ªla rebeli¨®n de parte del cuerpo diplom¨¢tico, la preocupaci¨®n entre los abogados del estado, el desconcierto de los pesos pesados del aparato de seguridad¡ª para Trump puede ser un triunfo.
Algunos pa¨ªses podr¨ªan continuar bajo el veto migratorio de Trump
M¨¢s all¨¢ de que no se descarta que vayan a entrar otros m¨¢s, algunos de los siete pa¨ªses incluidos en el decreto migratorio del presidente Donald Trump que ha provocado caos y protestas en Estados Unidos y el extranjero podr¨ªan permanecer m¨¢s tiempo en la lista negra que los 90 d¨ªas inicialmente fijados. ¡°Algunos pa¨ªses de la lista podr¨ªan no ser retirados tan pronto, si por ejemplo son pa¨ªses que est¨¢n en diversos estadios de colapso¡±, dijo el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly. En su primera rueda de prensa como responsable m¨¢ximo de la implementaci¨®n de la controvertida orden presidencial migratoria, el exmilitar hizo denodados esfuerzos, paralelos a los de la Casa Blanca, por asegurar que no se trata de un ¡°veto a los musulmanes¡±. ¡°Esto no es una prohibici¨®n a viajar y no es, repito, no es, un veto a los musulmanes¡±, subray¨® Kelly. ¡°La vasta mayor¨ªa de los 1.700 millones de musulmanes en este planeta tienen acceso a EE UU. En estos momentos, solo un n¨²mero relativamente peque?o est¨¢n frenados por un tiempo hasta que podamos revisar los procedimientos¡±, insisti¨®. El problema es que el propio Trump habla de ¡°veto". Y que uno de sus m¨¢s fieles aliados y asesores durante la campa?a, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, asegur¨® el s¨¢bado en la cadena Fox ¡ªla ¨²nica que hasta ahora se ha librado de los escarnios a la prensa de Trump¡ª que el propio presidente le hab¨ªa hablado de ¡°veto a los musulmanes¡± y que le pidi¨® que le ayudara a ¡°hacerlo para que fuera de forma legal¡±.
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