Ni un respiro para El Chapo
La defensa protesta por las duras condiciones de reclusi¨®n del l¨ªder del cartel de Sinaloa, en completo aislamiento en Estados Unidos
Al llegar a la sala del juzgado, con las manos a la espalda y rodeado de polic¨ªas altos y anchos como armarios, Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, alias ¡®El Chapo¡¯, parec¨ªa un hombre a¨²n m¨¢s menudo. Lo primero que hizo fue dirigir los ojos a los bancos del fondo como si buscara a alguien, hasta que se encontr¨® con Emma Coronel, su esposa, una exmiss de 27 a?os con la que ha tenido dos hijos y que sigui¨® la sesi¨®n seria y con la espalda erguida como un m¨¢stil. Arque¨® las cejas al verla por primera vez, y as¨ª lo hizo varias veces durante la vista. El famoso narcotraficante mexicano comparec¨ªa este viernes ante el tribunal federal del distrito de Brooklyn, Nueva York, para revisar el estado de su proceso: 17 causas penales que le pueden costar la cadena perpetua. Estados Unidos llevaba a?os tras ¨¦l. Despu¨¦s de dos fugas, el Gobierno de su pa¨ªs le hab¨ªa extraditado. Salvo un giro muy improbable de los acontecimientos, ese era ya el final de la escapada.
Su defensa se quej¨® de las condiciones de aislamiento¨Cpasa 23 horas encerrado y solo se le permite una hora de ejercicio al d¨ªa, en solitario-, pero el juez Brian Cogan se neg¨® en redondo a aflojar. ¡°Est¨¢n tomando medidas extraordinarias, creo que todos sabemos las razones¡±, dijo. El violento l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa, con el pelo rapado y un uniforme carcelario azul marino, atend¨ªa inexpresivo mientras un int¨¦rprete le susurraba al o¨ªdo lo que se iba diciendo en el tribunal. Cinco dibujantes trabajaban a destajo sobre grandes cartulinas, documentos para la posteridad.
Estados Unidos no baja la guardia, no concede tregua ni relajo en el cerco alrededor del famoso narcotraficante, que fue extraditado el pasado 19 de enero, habida cuenta de las dos sonadas fugas en M¨¦xico. Hay una verdadera obsesi¨®n por evitar cualquier riesgo con el mexicano, hasta el punto de que hace unas semanas se lleg¨® a plantear que la comparecencia ante el juez se hiciera por videoconferencia, con el fin de evitarse un traslado y sus consiguientes ocasiones de peligro. Al final, el Chapo, que no tom¨® la palabra, s¨ª estuvo en Brooklyn, rodeado por fort¨ªsimas medidas de seguridad, con el lugar plagado de agentes y un helic¨®ptero sobrevolando la zona.
A Guzm¨¢n le custodian de momento en un aut¨¦ntico fuerte: el Centro Correccional Metropolitano, el mismo que alberg¨® en su d¨ªa al cerebro del atentado de 1993 en el World Trade Center, Ramzi Ahmed, o a Bernard Madoff, el autor del famoso macrofraude financiero durante el estallido de la crisis financiera. Un preso que hab¨ªa estado en ambos centros dijo recientemente a The New York Times que era m¨¢s dura que Guant¨¢namo. Seg¨²n la agencia AP, el traslado al tribunal para la vista de este viernes se hizo en una caravana formada por 12 coches que cort¨® la salida del puente de Brooklyn durante 15 minutos.
La abogada de oficio, Michelle Gelernt, lleg¨® a decir que al Chapo se le niega a veces incluso un vaso de agua y pidi¨®, si no una visita, al menos que se concediera alguna llamada telef¨®nica con su esposa o con su abogada en M¨¦xico, Silvia Delgado, que segu¨ªa la comparecencia sentada junto a la mujer. Los representantes legales de oficio cuestionaron los documentos de la extradici¨®n. La pr¨®xima vista ser¨¢ en mayo. Cuando acab¨® todo, una de las dibujantes del tribunal sali¨® y mostr¨® un par de cuadros a la prensa, en ellos el Chapo parec¨ªa algo m¨¢s grande.
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