¡°Existe riesgo de fractura en EE UU, no se puede descartar la violencia¡±

¡°Si yo te contara la cantidad de cartas que est¨¢n llegando al Consulado de ciudadanos de Estados Unidos desde las elecciones¡­¡±. Carlos Garc¨ªa de Alba, c¨®nsul general de M¨¦xico en Los ?ngeles, se sienta a comer en un restaurante del centro de la ciudad y no espera ni a que le preguntes sobre las elecciones. ¡°En esas cartas dicen ¡®lo siento¡¯, o ¡®vot¨¦ por Trump y ya me he arrepentido¡¯¡­ son una monta?a de cartas. Me escriben de todas partes¡±.

Garc¨ªa de Alba asumi¨® la legaci¨®n diplom¨¢tica m¨¢s grande de M¨¦xico el pasado verano, cuando Donald Trump ya hab¨ªa alcanzado la nominaci¨®n como candidato republicano a la Casa Blanca. En una entrevista con EL PA?S en aquel momento hablaba de la preocupaci¨®n que nada m¨¢s llegar hab¨ªa notado entre los mexicanos de California sobre su futuro en este pa¨ªs. Esos temores son m¨¢s intensos desde el pasado 20 de enero. De Alba est¨¢ ahora a cargo de una comunidad de millones de mexicanos, con documentos y sin ellos, en estado de alerta. Cuando se le pide que resuma los sentimientos que le han transmitido los mexicanos en los ¨²ltimos dos meses dice: ¡°Incredulidad, lamento, ira, miedo¡±.

Su labor en estos momentos es ¡°saber aconsejar¡±. ¡°Mucha gente piensa que una infracci¨®n de hace 10 a?os estaba olvidada y de pronto puede ser una raz¨®n para la deportaci¨®n. Vayan a su Consulado¡±, pide a los mexicanos, ¡°revisaremos sus papeles y veremos si califica para la ciudadan¨ªa estadounidense. Tienen que hacerlo inmediatamente¡±. Garc¨ªa de Alba reconoce que recomendar a sus connacionales que se hagan ciudadanos de otro pa¨ªs es ¡°un consejo in¨¦dito¡±, pero la situaci¨®n lo requiere. ¡°Si nosotros vemos que una forma de proteger a un mexicano es que tenga otra nacionalidad, adelante¡±.

En el caso de los indocumentados recomienda ¡°que tenga la informaci¨®n b¨¢sica, que no firme nada¡±. ¡°No abran la puerta hasta que no les muestren una orden judicial. Son consejos elementales pero important¨ªsimos. Un indocumentado tiene derechos¡±.

Adem¨¢s, M¨¦xico se encuentra con que est¨¢ en el centro del debate pol¨ªtico de Estados Unidos como nunca antes. El presidente acusa al pa¨ªs de competencia desleal a trav¨¦s del tratado de libre comercio de Am¨¦rica del Norte (NAFTA o TLCAN) y ha prometido acabar con el acuerdo. ¡°Hay un deseo manifiesto de Estados Unidos de revisar la relaci¨®n bilateral. Han cambiado los t¨¦rminos, pero esto nada m¨¢s empieza¡±.

¡°Estados Unidos tiene que saber que, puestos a negociar el NAFTA, todo est¨¢ sobre la mesa. M¨¦xico puede poner sobre la mesa lo que quiera para hacer que esa negociaci¨®n le favorezca¡±. En una renegociaci¨®n de la agenda, las dos partes pueden perder, da a entender Garc¨ªa de Alba. ¡°No somos nosotros los que vamos a radicalizar posturas o da?ar a gente inocente, pero todo estar¨ªa sobre la mesa. La agenda bilateral es m¨¢s compleja de lo que parece y M¨¦xico tiene derecho a poner sus propios temas sobre la mesa. No todo es comercio y migraci¨®n¡±. No lo dice como amenaza, sino para dar a entender que el contexto de esta negociaci¨®n es mucho m¨¢s complejo de lo que parece. La cooperaci¨®n de M¨¦xico en seguridad transfronteriza, por ejemplo, es fundamental para Estados Unidos.

El c¨®nsul advierte de que, al retirarse del NAFTA, los aranceles entre M¨¦xico y Estados Unidos no dependen de la arbitrariedad de la Casa Blanca, sino que pasar¨ªan a los t¨¦rminos de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, de la que ambos pa¨ªses son parte. ¡°Nos podr¨ªan cobrar un m¨¢ximo del 3%¡±, explica, ¡°no ser¨ªa catastr¨®fico¡±. Deshacer el tratado es mucho m¨¢s complicado de lo que parece, asegura, especialmente cuando las dos econom¨ªas m¨¢s grandes de Estados Unidos, California y Texas, son muy dependientes del comercio con M¨¦xico. Quiz¨¢ esa es la raz¨®n por la que Trump no ha sido tan expeditivo como con el tratado de comercio del Pac¨ªfico, del que se retir¨® por decreto inmediatamente. Con el NAFTA eso no ha pasado, sigue en vigor hasta que alguien lo denuncie. ¡°Tendr¨ªa un coste muy alto¡±.

¡°En esta relaci¨®n, Estados Unidos tiene mucho que perder¡±, opina el c¨®nsul. M¨¦xico es el tercer mayor comprador de productos estadounidenses, con 212.000 millones al a?o. EE UU le vende tanto a M¨¦xico como a los cinco pa¨ªses siguientes (Jap¨®n, Alemania, Corea del Sur, Reino Unido y Francia), todos juntos. ¡°Hay asimetr¨ªa entre los dos pa¨ªses, pero tambi¨¦n interdependencia. Estamos interconectados en la econom¨ªa, la sociedad y la cultura. Como se suele decir, en la geograf¨ªa no existe el divorcio. Vamos a seguir siendo vecinos¡±.

¡°No recuerdo una polarizaci¨®n as¨ª en Estados Unidos desde el principio de Reagan¡±, asegura este experimentado diplom¨¢tico, que ya tuvo otros puestos antes en EE UU. La divisi¨®n ¡°es mucho m¨¢s fuerte que cuando la guerra de Irak¡±. Para Garc¨ªa de Alba, ¡°existe un riesgo de fractura pol¨ªtica. Es una situaci¨®n in¨¦dita¡±. Una raz¨®n para esa polarizaci¨®n es que, por lo visto en estos primeros d¨ªas, Trump ¡°est¨¢ gobernando con el voto de la minor¨ªa como si tuviera la mayor¨ªa. ¡°No ha habido un acto de distensi¨®n, de tender puentes con la mayor¨ªa que vot¨® contra ¨¦l. Lo est¨¢ dividiendo a¨²n m¨¢s. Eso tiene un grav¨ªsimo costo. Cuando dominan el odio y el resentimiento se van minando los contratos sociales y puede pasar de todo, sin descartar la violencia. Ojal¨¢ no sea el caso¡±.