Las ant¨ªpodas de Ecuador
Quito y Guayaquil simbolizan el choque entre oficialismo y oposici¨®n y proyectos antag¨®nicos
Hablar de Ecuador y sus contrastes, tanto cotidianos como ideol¨®gicos, es hablar de Quito y Guayaquil. Aunque las dos principales ciudades est¨¢n gobernadas desde 2014 por la oposici¨®n a Rafael Correa, la capital sigue siendo un s¨ªmbolo del oficialismo mientras que el puerto del Pac¨ªfico, motor econ¨®mico del pa¨ªs y ciudad natal del presidente saliente, es ahora la cuna de los principales adversarios del Ejecutivo.
Las elecciones presidenciales y legislativas del domingo centraban esta semana las conversaciones en el coraz¨®n de las dos ciudades. La plaza de la Independencia de Quito, delimitada por el palacio presidencial, el municipio y el arzobispado, es la mejor br¨²jula para orientarse en el ca¨®tico callejero del centro hist¨®rico. Los quite?os la llaman plaza Grande y, como suele pasar en las ciudades de provincia de media Europa, es tambi¨¦n un altavoz de las inquietudes, las quejas y los chismes de los vecinos. Una docena de personas guardaban cola a media ma?ana frente a una mesa del Consejo Nacional Electoral, en la que la Administraci¨®n informa sobre los colegios y las mesas. El voto en el pa¨ªs es obligatorio, pero en estos comicios los votantes redoblan sus exigencias a la clase pol¨ªtica y muestran su escepticismo, m¨¢s all¨¢ de la ideolog¨ªa.
¡°Prometer, prometer, todos prometen, pero no todo lo que dicen lo pueden cumplir¡±, lamenta Teresa Alarc¨®n, que espera a ser atendida. Precisamente una promesa de Lenin Moreno, el candidato oficialista y delf¨ªn del presidente saliente, Rafael Correa, es lo que anima a V¨ªctor Hugo Ceballos a darle su apoyo. Se trata del aumento del llamado ¡°bono de desarrollo humano¡±, una prestaci¨®n de ayuda a mayores y personas con discapacidad. ¡°Ahora est¨¢ en 50 d¨®lares (47 euros) y prometi¨® aumentarlo hasta 150¡±, asegura este pensionista de 73 a?os, cuyos sobrinos viven en Zaragoza.
Algo parecido ocurr¨ªa el pasado jueves por la noche en Guayaquil en el mitin de cierre de campa?a del empresario Guillermo Lasso, principal aspirante de la oposici¨®n al corre¨ªsmo. Lasso prometi¨® un mill¨®n de puestos de trabajo en cuatro a?os ¡ªlos ecuatorianos son 16 millones¡ª y bajar impuestos. Y esas son, junto al descontento con el actual Gobierno, dos de las razones que le sit¨²an como el l¨ªder con m¨¢s posibilidades frente al candidato oficialista, que encabeza los sondeos con m¨¢s del 30% de los votos. La tercera aspirante, Cynthia Viteri, tambi¨¦n es de Guayaquil y, como Lasso, trata de hacer frente al modelo econ¨®mico socialista con una propuesta m¨¢s liberal. En cualquier caso, pese a las diferencias entre las dos ciudades, las desigualdades atraviesan todo el pa¨ªs. La tasa de paro en Ecuador no llega al 6%, pero alrededor del 20% de los trabajadores cobran menos de 366 d¨®lares mensuales en un pa¨ªs en el que un caf¨¦ cuesta al menos un d¨®lar, el cine est¨¢ entre 4 y 6 y el alquiler medio ronda los 300.
No obstante, pase lo que pase el domingo ¡ªlo m¨¢s probable, seg¨²n las encuestas, es que la elecci¨®n no se resuelva y que los ecuatorianos tengan que desempatar en una segunda vuelta¡ª el pr¨®ximo mandatario tendr¨¢ dificultades para mantener sus compromisos electorales. ¡°Est¨¢ por ver que los candidatos puedan cumplir sus promesas¡±, se?ala el economista Sebasti¨¢n Oleas, profesor de la Universidad San Francisco de Quito. ¡°Los recursos para los pr¨®ximos a?os ya est¨¢n comprometidos¡±, prosigue. Esta campa?a est¨¢ marcada por los problemas econ¨®micos, por la sombra la corrupci¨®n y el caso Odebrecht. Pero seg¨²n los analistas los votantes acudir¨¢n a las urnas atendiendo tambi¨¦n a razones pr¨¢cticas que pueden determinar un cambio de ciclo.
Ese ese el clima que se respira esta semana en Ecuador. Cambio no significa necesariamente que acabe imponi¨¦ndose un candidato de la oposici¨®n, puesto que cualquier presidente tendr¨¢ que negociar en una Asamblea que se prev¨¦ muy fragmentada. Es decir, se abre en el pa¨ªs una etapa en la que el di¨¢logo ser¨¢ decisivo para la gesti¨®n y tratar de salir del estancamiento.
El centro de Quito es, al igual que otros cascos hist¨®ricos de capitales latinoamericanas, un s¨ªmbolo de ese estancamiento. Pese a ser Patrimonio de la UNESCO no ha acabado de despegar. Por la noche sus calles, jalonadas de hoteles de estilo colonial, se vac¨ªan. Con todo, hay empresarios, como Renato Solines y la arquitecta Ver¨®nica Reed, que invirtieron en un hotel boutique cuya terraza est¨¢ especializada en gin tonic. Entre ayer y el mediod¨ªa del lunes no tendr¨¢n clientes aficionados a la ginebra. En el pa¨ªs qued¨® decretada la ley seca.
Denuncias por los "muertos que votan"
En el padr¨®n electoral ecuatoriano a¨²n constan decenas de fallecidos. Sus familiares hicieron p¨²blica la denuncia en las redes sociales hace unas tres semanas, despu¨¦s de que Andr¨¦s P¨¢ez (el n¨²mero dos de Guillermo Lasso), temeroso de un fraude electoral, hiciera un llamamiento en Twitter para que la gente comprobara si sus allegados fallecidos segu¨ªan dados de baja en el registro electoral. Ante la gran cantidad de denuncias que surgieron en la red social, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Juan Pablo Pozo, no tuvo m¨¢s remedio que aceptar que hay errores en el padr¨®n, aunque rebaj¨® el n¨²mero a 12 casos y atribuy¨® los fallos al Registro Civil. Pero neg¨® que se trate un fraude electoral: ¡°Una cosa es que est¨¦n empadronados y otra cosa es que estos ciudadanos sufraguen¡±, dijo el titular del CNE.
La queja ciudadana en redes sociales confirm¨® lo que ven¨ªa denunciando el representante del partido Sociedad Patri¨®tica Gilmar Guti¨¦rrez. Esta agrupaci¨®n pidi¨® el a?o pasado que se corrigiera el padr¨®n electoral, pero las autoridades hicieron caso omiso. En la v¨ªspera del proceso electoral, pusieron una denuncia ante el Tribunal Contencioso Electoral, pero el caso fue archivado. Sociedad Patri¨®tica no solo alert¨® de ¡°los muertos que votan¡±, sino tambi¨¦n de personas con dos documentos de identidad y de casos de migrantes y desaparecidos que siguen dados de alta. Lo confirma Nestor Marroquin, auditor del CNE, quien alert¨® de estos errores que inflar¨ªan el padr¨®n electoral en casi un mill¨®n de personas m¨¢s. La agrupaci¨®n pol¨ªtica ha reclutado voluntarios para monitorizar las mesas electorales el d¨ªa de las votaciones. Tienen un 80% de cobertura, y esperan que el CNE les permita hacer una auditor¨ªa postelectoral.
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