El agente de la CIA que se ha rebelado contra Trump
La renuncia de Edward Price evidencia la inquietud que ha desatado la nueva presidencia entre los funcionarios del Gobierno
Edward Price trabaj¨® como analista de la CIA bajo los gobiernos del republicano George W. Bush y el dem¨®crata Barack Obama. Pero ha decidido no hacerlo para el de Donald Trump. La guerra del presidente republicano con los servicios de espionaje le incomoda demasiado. ¡°Como profesionales de inteligencia se nos ense?a a desconectarnos de la pol¨ªtica¡±, esgrime Price. ¡°Pero esta Administraci¨®n ha dado la vuelta a la din¨¢mica: los pol¨ªticos son los que se han desconectado de los profesionales de inteligencia¡±.
No es un caso aislado de rebeli¨®n. Evidencia la inquietud que ha desatado la nueva presidencia entre los funcionarios de carrera del Gobierno. Trump ha tenido dificultades para reclutar a trabajadores de seguridad nacional. En el Departamento de Estado ha habido renuncias de altos cargos inc¨®modos con la nueva Administraci¨®n. Y decenas de empleados de la Agencia de Protecci¨®n Medioambiental se movilizaron para intentar, sin ¨¦xito, que el Senado rechazara al nominado de Trump para dirigir el organismo, que es un esc¨¦ptico del cambio clim¨¢tico.
¡°Puedo decir que hay un fuerte sentimiento de desmoralizaci¨®n¡±, dice Price, sobre la plantilla de la CIA, en una entrevista al diario The Washington Post, en el que escribi¨® el martes un art¨ªculo en el que hace p¨²blica su renuncia. El analista dimiti¨® la semana pasada tras 15 a?os en la agencia de espionaje, incluida una etapa en el Consejo de Seguridad Nacional de Obama.
Consultado por este peri¨®dico, un portavoz de la CIA declin¨® hacer una valoraci¨®n de la opini¨®n de Price.
El exanalista alega que un detonante de su dimisi¨®n fue la visita que hizo Trump, en su segundo d¨ªa como presidente, a la sede de la CIA, a las afueras de Washington. ¡°Estoy con vosotros en un 1.000%. El motivo por el que sois mi primera visita es que estoy embarcado en una guerra con los medios. Est¨¢n entre los seres humanos m¨¢s deshonestos de la tierra¡±, dijo el republicano ante el muro de homenaje a los trabajadores de la agencia muertos en servicio.
Price lamenta que el discurso de Trump pareciera un acto de campa?a. ¡°No eran las declaraciones que muchos de mis colegas y yo quer¨ªamos escuchar de nuestro comandante en jefe¡±, aduce.
Los otros motivos de su renuncia fueron las cr¨ªticas de Trump a la conclusi¨®n de la comunidad de inteligencia de que Rusia rob¨® correos electr¨®nicos del Partido Dem¨®crata para ayudar electoralmente al republicano. Y la decisi¨®n del presidente de dar un puesto en el Consejo de Seguridad Nacional a Steve Bannon, su estratega jefe y exresponsable de Breitbart News, una publicaci¨®n de referencia para la extrema derecha.
Price argumenta que lo que hace ¨²nica a la Administraci¨®n Trump respecto a todas las anteriores es su ¡°negativa¡± a escuchar a los servicios de inteligencia y su decisi¨®n de anteponer la opini¨®n de asesores pol¨ªticos. ¡°Lo que m¨¢s quieren los profesionales de inteligencia es que los frutos de su labor reciban la deferencia adecuada en el proceso de decisiones pol¨ªticas¡±, se?ala.
Trump ha cuestionado que necesite recibir cada d¨ªa, como sus predecesores, un informe de los servicios de inteligencia. Ha equiparado a sus esp¨ªas con la Alemania nazi tras filtrarse un informe sobre un presunto esc¨¢ndalo sexual suyo en Rusia. Estudia colocar a un hombre de su m¨¢xima confianza para hacer una purga de las agencias de espionaje. Y, en su ofensiva contra la CIA, se ha jactado de que la agencia errara sobre las inexistentes armas de destrucci¨®n masiva que justificaron la invasi¨®n de Irak ordenada por Bush en 2003. Entonces, la creciente politizaci¨®n da?¨® la imagen la CIA. El temor es que, en el primer mes de Trump en la Casa Blanca, se haya cruzado un nuevo umbral.
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