Uruguay avanza hacia la tipificaci¨®n del feminicidio
La muerte de siete mujeres a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de a?o ha impulsado una nueva legislaci¨®n
Enero y febrero han dejado una larga lista de v¨ªctimas. El 30 de enero el asesinato de Valeria Sosa por parte de un polic¨ªa (su exmarido) delante de sus hijos enlut¨® el Carnaval. La mujer de 29 a?os era una de las bailarinas de una conocida comparsa. Cuatro polic¨ªas est¨¢n siendo investigados por el crimen. La v¨ªctima hab¨ªa denunciado cuatro veces a su expareja, y la custodia de los hijos de Valeria Sosa ha ido a los abuelos paternos.
La ONU ha se?alado a Uruguay como uno de los pa¨ªses con peores cifras per c¨¢pita en t¨¦rminos de violencia dom¨¦stica de toda Am¨¦rica Latina. Seg¨²n datos oficiales, en 2016 murieron 24 mujeres a manos de sus parejas o exparejas para una poblaci¨®n de poco m¨¢s de 3,3 millones de habitantes. La tipificaci¨®n del feminicidio servir¨¢ para crear una nueva categor¨ªa de delito cuando se considere que una mujer fue asesinada por el hecho de serlo. Las penas de c¨¢rcel ir¨ªan de los 15 a los 30 a?os. La reforma penal ser¨ªa la vanguardia de una Ley Integral contra la violencia que se est¨¢ tramitando en el Parlamento.
El C¨®digo Penal uruguayo ya contempla toda una serie de agravantes que pueden llevar el asesinato de una mujer por su pareja o expareja hasta los 30 a?os de c¨¢rcel. Pero las feministas buscan un ¡°reconocimiento social¡± de este tipo de crimen, una categorizaci¨®n y una se?al visible para toda la poblaci¨®n, especialmente para la polic¨ªa y la magistratura.
En tela de juicio est¨¢n las costumbres de una sociedad machista y de un sistema judicial profundamente conservador, como demostraron recientes declaraciones del presidente de la Suprema Corte de Justicia, m¨¢xima instancia del pa¨ªs. Jorge Chediak calific¨® una de las muertes (que seg¨²n la investigaci¨®n fue premeditada) de ¡°crimen pasional¡±. El C¨®digo Penal contempla esa circunstancia como un atenuante.
Cambiar el nombre
La senadora frentamplista Constanza Moreira, una de las defensoras del proyecto, destac¨®: ¡°Los medios de comunicaci¨®n dejaron de hablar de crimen pasional porque se hizo un trabajo para que dejaran de hacerlo. Y el presidente de la Suprema Corte es el primero que tiene que entender que la pasi¨®n es otra cosa¡±. Desde el Partido Colorado (derecha), el senador Pedro Bordaberry atribuye al machismo la ola de muertes de mujeres pero considera que el aumento de las penas no servir¨¢ para mejorar las cosas.
¡°La conducta que deriva en un feminicidio ya est¨¢ penada en Uruguay en el marco de la violencia dom¨¦stica o cuando se trata de un c¨®nyuge. Estar¨ªamos cambiando el nombre a algo que ya existe. Mi ¨²nica preocupaci¨®n es que pensemos que cambi¨¢ndole el nombre estamos solucionando el problema¡±, asegura Bordaberry.
Uruguay es uno de los pa¨ªses m¨¢s avanzados de Latinoam¨¦rica en materia social: tiene una Ley de Violencia Dom¨¦stica, ha despenalizado el aborto, autoriza el matrimonio homosexual, tiene el mejor reparto de la renta del subcontinente, el mayor porcentaje de clase media, los mejores resultados escolares (junto con Chile), la menor tasa de delincuencia y una clara separaci¨®n del Estado y la Iglesia. Pero este panorama no impide que las denuncias del maltrato dom¨¦stico y los asesinatos de mujeres hayan sido calificados de ¡°epidemia¡±. El Proyecto Integral contra la Violencia que se estudia en el Parlamento tratar¨¢ de revertir esta situaci¨®n.
El fin del mandato patriarcal
Para la senadora Constanza Moreira, los avances legislativos de los ¨²ltimos a?os han mejorado el nivel de las denuncias y la visibilizaci¨®n del problema de los feminicidios, aumentando as¨ª las estad¨ªsticas.
Pero seg¨²n Moreira, el factor de fondo es que la poblaci¨®n femenina ¡°est¨¢ tendiendo a tener un nivel educativo superior al de los hombres, las mujeres invaden el mercado de trabajo y est¨¢s casi equiparadas de los hombres. Y mientras tanto los hombres han ido perdiendo su capacidad de proveedores y su mandato cultural patriarcal, y reaccionan violentamente¡±.
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