Los islamistas lanzan la campa?a por el presidencialismo en la polarizada Turqu¨ªa
El AKP y los ultranacionalistas apoyan el s¨ª mientras socialdem¨®cratas y prokurdos se oponen a la reforma constitucional
En un polideportivo de Ankara, repleto de entregados seguidores, el primer ministro y l¨ªder oficial del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista), Binali Yildirim, lanz¨® este s¨¢bado la campa?a a favor del s¨ª en el refer¨¦ndum del 16 de abril, en el que los turcos deber¨¢n decidir si respaldan una reforma constitucional que transformar¨¢ de facto el actual sistema parlamentario en un r¨¦gimen en el que el presidente, ahora Recep Tayyip Erdogan, concentrar¨¢ todo el poder Ejecutivo e incrementar¨¢ su influencia sobre el Legislativo y el Judicial.
¡°Hoy damos el primer paso en el camino por establecer la Turqu¨ªa poderosa del ma?ana¡±, dijo Yildirim, quien repiti¨® varias veces que la raz¨®n para apoyar la reforma es la ¡°estabilidad¡± que garantizar¨¢. Su largo discurso estuvo imbuido de una constante ret¨®rica nacionalista. Bajo los retratos del fundador de la Rep¨²blica, Mustafa Kemal Atat¨¹rk; de Erdogan y el suyo propio, el primer ministro turco compar¨® la campa?a electoral con la Guerra de la Independencia librada por Turqu¨ªa contra las potencias invasoras entre 1919 y 1923: ¡°Tambi¨¦n entonces hubo quienes dijeron no a la guerra de Liberaci¨®n¡±.
¡°El apoyo (al s¨ª) en el refer¨¦ndum se basa en la noci¨®n de amigos y enemigos. La actitud del ¡®nosotros contra ellos¡¯ retrata a los partidarios del no como adversarios que no pertenecen realmente a la naci¨®n y equipara la disidencia con la traici¨®n¡±, escribe en el digital Al Monitor el columnista Ali Bayramoglu. Ese parece ser el tono que imprimir¨¢ el Gobierno turco a la campa?a.
Oficialmente, el presidente Erdogan no puede participar en ella ya que la actual Constituci¨®n le reserva un papel de ¨¢rbitro imparcial (que se salta continuamente), si bien convertir¨¢ en m¨ªtines electorales las inauguraciones de infraestructuras que tiene previstas en 30 provincias durante las pr¨®ximas semanas. Seg¨²n fuentes gubernamentales citadas por el diario Habert¨¹rk, ¡°el presidente pedir¨¢ apoyo para el s¨ª, pero tambi¨¦n explicar¨¢ el no y qui¨¦nes lo apoyan¡±.
Demostrando que el refer¨¦ndum no es tanto sobre la reforma constitucional como sobre la polarizadora figura de Erdogan, el primer ministro dedic¨® al presidente numerosas partes de su discurso en Ankara: ¡°En el pasado hubo quienes dijeron que Erdogan no pod¨ªa ser ni alcalde ni diputado. Nosotros dijimos que lo ser¨ªa, y el pueblo dijo s¨ª. Dijeron que no podr¨ªa ser presidente y nosotros dijimos que lo ser¨ªa. Y el pueblo dijo s¨ª¡±.
Las encuestas no se ponen de acuerdo respecto a la opci¨®n con m¨¢s probabilidades de obtener la victoria en el plebiscito, aunque s¨ª coinciden en se?alar el gran n¨²mero de indecisos: entre un 10% y un 20% de los electores. En los ¨²ltimos comicios, el AKP obtuvo cerca de la mitad de los sufragios, sin embargo, los sondeos indican que hasta un quinto de sus votantes podr¨ªan quedarse en casa o votar en contra.
M¨¢s interrogantes despierta el comportamiento que tendr¨¢n los electores del Partido de Acci¨®n Nacionalista (MHP), la formaci¨®n con cuyo apoyo los islamistas sacaron adelante la reforma constitucional en el Parlamento. Diversos estudios demosc¨®picos se?alan que hasta la mitad de las bases de los ultranacionalistas planea votar en contra.
Una campa?a dif¨ªcil para la oposici¨®n
Los partidos de la oposici¨®n sostienen que, de ganar el s¨ª, se oficializar¨¢ el autoritarismo de Erdogan y se quejan de la desventaja con que parten en la campa?a. Quien m¨¢s dif¨ªcil lo tiene es el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP, prokurdo), con un quinto de su grupo parlamentario en prisi¨®n (incluyendo sus l¨ªderes), as¨ª como decenas de sus alcaldes y dirigentes locales. D¨ªas antes de ser detenido esta semana, el diputado Idris Baluken denunciaba a la web Medyascope que la situaci¨®n en el sudeste kurdo de Turqu¨ªa es propia de la ¡°ley marcial¡± y que empeora a medida que se acerca la consulta, pero se mostr¨® seguro de que el HDP podr¨¢ movilizar a su base electoral para oponerse a los designios de Erdogan.
¡°Llevar a cabo unas elecciones en medio del estado de emergencia no es normal¡±, se queja Eren Erdem, diputado del Partido Republicano del Pueblo (CHP), en declaraciones a EL PA?S. El parlamentario socialdem¨®crata cita como ejemplo de los obst¨¢culos a los que se enfrentan el que en determinados lugares se hayan prohibido las actividades propagand¨ªsticas, que se les deniegue permisos para actos pol¨ªticos en calles y plazas o que en los medios ¨C¡°completamente absorbidos por el Gobierno¡±- no se ofrezca espacio a los partidarios del no. No en vano, el Ejecutivo turco ha eliminado una directiva que castigaba a las cadenas que informasen de forma parcial en periodo electoral, lo que ha redundado, seg¨²n el l¨ªder de la formaci¨®n centroizquierdista, Kemal Kili?daroglu, en que ¡°solo se oiga una voz¡±, la del S¨ª, en las noticias. De hecho, varios periodistas que han tomado partido por el No han sido expulsados de sus medios.
¡°Se nos ha vetado la calle, lo que da idea de cu¨¢l es la situaci¨®n en Turqu¨ªa. Por eso, en lugar de grandes m¨ªtines, haremos una campa?a puerta a puerta¡±, explica Erdem, que es optimista respecto al resultado ya que ¨Casegura- ha encontrado a votantes del AKP dispuestos a votar por el no. Al contrario que en otras ocasiones, el CHP ha optado esta vez por no denunciar ante la Justicia la reforma constitucional ¨Cpese a que incluye evidentes defectos de forma- y se jugar¨¢ el todo por el todo en el plebiscito: ¡°La ¨²nica forma de enterrar el debate del presidencialismo es mediante un gran no en las urnas¡±.
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