La lucha oculta por las armas de la guerra siria
Adem¨¢s del mercado negro y del suministro de potencias extranjeras, los grupos armados recurren al asalto de arsenales enemigos para sostener su combate
La fabric¨® una compa?¨ªa vasca entre los ochenta y noventa. Desde Espa?a fue vendida en un lote a un pa¨ªs, seguramente de Oriente Pr¨®ximo. De ah¨ª, posiblemente diera varias vueltas m¨¢s antes de engrosar el nutrido mercado negro regional para reaparecer en mayo de 2015 en las manos inertes de un insurrecto en la provincia siria de Idlib. Un mes atr¨¢s, un oficial del Ej¨¦rcito sirio apostado en la ciudad vieja de Alepo sosten¨ªa en su cinto la robusta pistola que arrebat¨® a su enemigo y que carga con balas de 9 mil¨ªmetros de fabricaci¨®n b¨²lgara. ¡°No se ven muchas por aqu¨ª, as¨ª que son muy codiciadas¡±. El recorrido de esta pistola ilustra la constante rotaci¨®n de armas ligeras entre bandos en la contienda siria. La principal v¨ªa de rearme para los grupos en guerra es la de asaltar los dep¨®sitos de facciones opuestas.
¡°El mercado de la venta de armas en Siria son pipas. Aunque no existen datos fiables, se puede decir que los 30.000 millones de d¨®lares (unos 28.290 millones de euros) que pag¨® Arabia Saud¨ª por la compra de 84 aviones de combate F-15SA supera varias veces al monto de las armas vendidas a Siria durante toda la guerra¡±, valora el experto Pieter Wezeman, experto del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigaci¨®n de la Paz (SIPRI). Una valoraci¨®n que refrendan las cifras: en 2014, Siria compr¨® armas a China e Ir¨¢n por 15 millones de d¨®lares, una gota en el comercio mundial de armamento, cuyos beneficios alcanzaron los 94.500 millones, seg¨²n datos del SIPRI. Estas cifras excluyen el mercado negro, y tampoco trazan las reventas de lotes a otros pa¨ªses de la regi¨®n.
El embargo de venta de armas a Siria dictado por la UE a sus miembros en mayo de 2011 explica en parte el reducido flujo de armas que alimenta a un conflicto que cierra su sexto a?o. Y, sin embargo, las armas siguen entrando. ¡°Es principalmente a trav¨¦s Turqu¨ªa por donde entran, provistas por EE UU a las facciones kurdas y grupos armados aliados, y por Arabia Saud¨ª y Qatar a los grupos insurrectos que respaldan¡±, explica Matt Schroeder, investigador de Small Arms Survey. Schroeder coincide con otros expertos en que todo nuevo cargamento que entra en Siria son armas ligeras y en casos extraordinarios misiles antitanque de fabricaci¨®n norteamericana TOW.
La venta de armamento pesado que alimenta una guerra que se libra a ca?onazos y bombardeos, es coto exclusivo de los ej¨¦rcitos. De ah¨ª que los insurrectos sirios se obcequen en atacar contra las bases militares para conseguir desde tanques a ametralladoras pesadas de fabricaci¨®n rusa. Una misma estrategia que ha seguido el ISIS en Irak desvalijando los almacenes del Ej¨¦rcito en Mosul, antes generosamente nutridos por EE UU. ¡°Es un c¨ªrculo sin fin. El ISIS traslada constantemente las armas estadounidenses entre Siria e Irak, y en Siria los diferentes grupos se van robando entre s¨ª sus reservas de armas anteriormente usurpadas al Ej¨¦rcito sirio¡±, resume Nawar Oliver, experto militar del Centro de Estudios Omran de Estambul.
Irak ha recibido armas por 4.598 millones de d¨®lares entre 2012 y 2016, principalmente de EE UU y de Rusia. Mientras, Siria por tan solo 742 millones de d¨®lares, mayoritariamente de Rusia y secundariamente de Ir¨¢n. La rotaci¨®n de armas ligeras entre grupos insurrectos contrasta con la reticencia tanto de Rusia como EE UU a transferir armamento pesado a sus aliados. El Ej¨¦rcito ruso ha desplegado sus propios aviones y artiller¨ªa, que avanza en paralelo con los sirios, comprados varias d¨¦cadas atr¨¢s a la entonces Uni¨®n Sovi¨¦tica. Para EE UU, la experiencia con el Ej¨¦rcito iraqu¨ª ha servido de escarmiento. En el norte de Siria, tras entrenar y armar durante semanas a varios grupos rebeldes sirios, Al Qaeda los desvalij¨® y aniquil¨®.
Explosivos marca ISIS
A la dificultad de hacerse con un arma, se opone la facilidad con la que los yihadistas logran fabricar las suyas propias en Siria. Con toda una serie de productos y qu¨ªmicos accesibles hasta para un ama de casa, los artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en ingl¨¦s), de fabricaci¨®n casera y bajo coste, ganan protagonismo en la guerra. La compraventa de armas queda sujeta a las estrictas leyes internacionales y son trazables a trav¨¦s de su ADN, incrustado en forma de n¨²meros de serie. Mientras que la venta de materiales empleados para fabricar explosivos es legal y dif¨ªcilmente rastreable. ¡°El ISIS basa cada vez m¨¢s sus operaciones tanto ofensivas como defensivas en los IEDs¡±, dice James Bevan, director ejecutivo de Conflict Armament Research. Lo m¨¢s sorprendente, subraya Bevan, es la rapidez con la que renuevan sus arsenales. Algo que se explicar¨ªa a trav¨¦s de los lazos aun vigentes entre exoficiales del Ej¨¦rcito iraqu¨ª que se han sumado al ISIS y sus antiguos proveedores.
Bevan asegura que su organizaci¨®n intenta concienciar a las empresas occidentales de la necesidad de hacer un seguimiento de sus clientes. Y con ello evitar casos como el de las 21 toneladas de cuerda detonante de la marca espa?ola Maxam que fueron requisados en la frontera turca rumbo a Siria. La venta de Maxam se destin¨® a un comprador liban¨¦s, tras el que se perdi¨® el rastro. En los ¨²ltimos meses, el ISIS ha empezado a experimentar con sus propios mini-bombarderos lanzando granadas y morteros desde drones de fabricaci¨®n casera.
El mercado m¨¢s lucrativo no son las trincheras sirias, sino los pa¨ªses de la coalici¨®n. El Departamento de Estado norteamericano cifra en 11.000 millones de d¨®lares la factura de su lucha contra el ISIS que lanz¨® en agosto de 2014. Una media de 12,5 millones diarios. Es el mantenimiento de las tropas y bases el mayor coste de la guerra, en la que intervienen media docena de potencias mundiales y regionales. ¡°EE UU tiene tres bases en Siria y una compartida con los franceses. Rusia cinco y Turqu¨ªa tres¡±, apunta Oliver. E ¡°Ir¨¢n y Rusia mantienen y arman a m¨¢s de 50 milicias¡±. A eso se suman los sueldos de combatientes, de entre 100 y 700 d¨®lares al mes seg¨²n las facciones.
El contrabando de armas en Siria puede ser irrelevante para el mercado global pero se antoja crucial para el local. La reventa de municiones entre grupos armados, incluso enfrentados, es com¨²n. Seg¨²n un estudio realizado por Small Arms Survey, las muertes por bala dan cuenta del 36% de los fallecidos en la contienda siria entre marzo de 2011 y junio de 2013. Y mientras los rifles son reciclados y pasan de bando en bando, las balas se agotan. Europa del Este se antoja el nuevo mercado donde los pa¨ªses del Golfo compran munici¨®n para alimentar los kalashnikov de sus aliados en Siria. ¡°Hay constancia de entregas recientes de munici¨®n para armas ligeras y lanzagranadas con fechas de fabricaci¨®n de 2014 y 2016. Pero la guerra en Siria no se prolonga por motivos econ¨®micos, sino por razones pol¨ªticas¡±, apostilla James Bevan, director ejecutivo de Conflict Armament Research.
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