Juncker contra el eurodesencanto
Bruselas presenta el Libro banco sobre el futuro de Europa, una propuesta sobre los pr¨®ximos pasos del proyecto europeo
No hay apetito para un salto federal. Ni habr¨¢ desintegraci¨®n a pesar de los apocal¨ªpticos: Europa lleva 60 a?os en estado de transici¨®n permanente y est¨¢ a punto de transformarse una vez m¨¢s, sin revoluciones (los Estados Unidos de Europa) ni contrarrevoluciones (la implosi¨®n del proyecto europeo). Reino Unido se va, y la desconfianza entre los socios y el eurodesencanto creciente impiden reverdecer aquel mantra casi olvidado del m¨¢s Europa. Viene una suerte de menos Europa, pero mejor: la canciller alemana, Angela Merkel, apost¨® hace unos d¨ªas por una Uni¨®n a varias velocidades, y la Comisi¨®n Europea dar¨¢ hoy un paso que apunta hacia esa direcci¨®n con la presentaci¨®n del Libro blanco para el futuro de Europa.
El a?o 2007 empez¨® una sacudida sobre la econom¨ªa global que a¨²n no ha dicho su ¨²ltima palabra. Y 2017 puede ser el equivalente en t¨¦rminos geopol¨ªticos: las resacas del Brexit y de la elecci¨®n de Donald Trump obligan a Europa a cambiar el paso tras una d¨¦cada de crisis en crisis. Vienen unos meses cruciales: en la agenda aguardan duras negociaciones por la salida del Reino Unido, por la deuda de Grecia y por las sanciones a Rusia, pero sobre todo se acerca un superciclo electoral que puede cambiar de arriba abajo la fisonom¨ªa pol¨ªtica continental. La Uni¨®n celebrar¨¢ en apenas unas semanas el 60? aniversario del Tratado de Roma con un ojo puesto en los comicios en Holanda, pero el plato fuerte llega en primavera, con la extrema derecha llamando a las puertas del El¨ªseo y, en oto?o, con la canciller Merkel en horas bajas.
Diezmada por la crisis, por el desencanto de la ciudadan¨ªa y, sobre todo, por la desconfianza entre los socios que se ha puesto de manifiesto en la gesti¨®n de la policrisis europea, el momento no parece el m¨¢s propicio para el Libro blanco, una especie de atlas de la futura Europa con varios escenarios sobre el futuro de la integraci¨®n. Bruselas no propone una ¨²nica v¨ªa: tan solo pretende abrir el debate, seg¨²n las fuentes consultadas. Pero es consciente de que el nivel de ambici¨®n del proyecto est¨¢ muy condicionado por los recelos, que van de Norte a Sur, de Este a Oeste, y cubren todas las grandes agendas, desde el euro a la inmigraci¨®n. Solo en los asuntos de defensa y seguridad hay consenso para avanzar hacia una mayor integraci¨®n.
Bruselas presentar¨¢ cinco escenarios para la UE a Veintisiete, ya sin Reino Unido, en apenas una veintena de p¨¢ginas, seg¨²n las fuentes consultadas. Uno: seguir igual, con la agenda fijada en la pasada cumbre de Bratislava. Dos: centrarse en el mercado interior y olvidarse de lo dem¨¢s. Tres: optar por las cooperaciones reforzadas para que los pa¨ªses que lo deseen puedan avanzar en las agendas m¨¢s importantes. Cuatro: fijar nuevas prioridades, y centrarse en las ¨¢reas en las que la UE aporte valor a?adido, para abandonar otras. Y cinco: dar un gran salto hacia adelante, que la propia Comisi¨®n Europea considera poco factible tanto por la actitud de los socios del Este como por las suspicacias en los pa¨ªses del centro, que no han dejado de aumentar en los ¨²ltimos a?os.
Bruselas no opta expl¨ªcitamente por ninguna de las v¨ªas. Pero el presidente Jean-Claude Juncker se ha alineado en las ¨²ltimas semanas con Merkel y Fran?ois Hollande en favor de una Europa a la carta, que permita varias velocidades en las ¨¢reas clave: una combinaci¨®n m¨¢s o menos ambiciosa del tercer y el cuarto escenario. Eso podr¨ªa dejar fuera de la agenda migratoria a los socios del Este, por ejemplo, que se niegan a aceptar refugiados. O fuera de los asuntos de defensa a quienes no quieran invertir lo suficiente o no quieran integrar diversos cap¨ªtulos de la seguridad.
No hay tracci¨®n para nada m¨¢s. Solo B¨¦lgica y Luxemburgo han mostrado apetito por algo m¨¢s, frente a las tentaciones de quitar competencias a Bruselas que emergen en pa¨ªses fundadores, como Holanda, o en el bloque del Este. Los expertos consultados son conscientes del grado de fatiga de la UE. ¡°La Comisi¨®n hace bien en desarrollar m¨²ltiples escenarios, pero lo que Europa necesita no son escenarios, sino una visi¨®n. Y esa visi¨®n no emerger¨¢ de Bruselas y sus libros blancos, sino de las citas con las urnas de 2017¡±, apunta rotundo Peter Hall, de Harvard. Charles Wyplosz, del Graduate Institute, a?ade que Europa necesita repensarse a s¨ª misma; una limpieza tras seis d¨¦cadas de sedimento en las que se acumula en Bruselas un poco de todo. ¡°Hay que dar m¨¢s poder a la Comisi¨®n en algunas ¨¢reas y quit¨¢rselo en otras: la v¨ªa de m¨²ltiples velocidades es correcta. Bruselas no puede ya forzar a los Estados a medidas con las que est¨¢n en desacuerdo. El Brexit se explica por esa din¨¢mica: Europa no puede seguir en permanente estado de negaci¨®n¡±.
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