El inquebrantable Navalni

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Navalni, que aspira a competir por la presidencia de Rusia en las elecciones de 2018, ha acusado al primer ministro de ser el beneficiario de un imperio formado por lujosas y gigantescas mansiones en diversas zonas de Rusia (las afueras de Mosc¨², las regiones de Kursk e Iv¨¢novo, las monta?as del C¨¢ucaso y en las costas del Mar Negro). A estas mansiones se sumar¨ªan m¨¢s de 100 hect¨¢reas de terreno en conjunto, una explotaci¨®n agropecuaria y vi?edos, as¨ª como propiedades inmobiliarias en Italia (una hacienda, vi?as y una empresa de producci¨®n de vinos en la Toscana) y dos lujosos yates. Seg¨²n Navalni, ese imperio se sustenta mediante una red de fundaciones controladas por un reducido c¨ªrculo de allegados de Medv¨¦dev. A estas entidades te¨®ricamente ben¨¦ficas se ha transferido un m¨ªnimo de 70.000 millones de rublos (cerca de 1.130 millones de euros) en dinero y propiedad.

Implicados en operaciones opacas est¨¢n, seg¨²n Navalni, varios oligarcas (que efectuaron sospechosas donaciones), la administraci¨®n presidencial (supuestamente por vender terreno a precio 200 veces inferior a su valor de mercado), bancos estatales (por financiar operaciones poco claras) y el ministro de Agricultura, Alexandr Tkachov, antiguo gobernador de la regi¨®n de Krasnodar, donde est¨¢n varios de los bienes inmuebles y propiedades mencionadas en el informe.

El Fondo de la Lucha contra la Corrupci¨®n (FLC), la entidad dirigida por Navalni, hab¨ªa denunciado en el pasado la supuesta corrupci¨®n y ostentaci¨®n de diversos funcionarios, entre ellos el jefe de los ferrocarriles rusos, Vlad¨ªmir Yakunin, posteriormente cesado, y tambi¨¦n los negocios de los hijos del fiscal general, Yuri Chaika, a quien Navalni acusa de enriquecerse gracias a la complicidad de los subordinados de su padre. Al informe sobre la familia Chaika divulgado en las redes sociales accedieron cinco millones de personas, afirma el pol¨ªtico de oposici¨®n.

El furor provocado por la investigaci¨®n sobre Medv¨¦dev en YouTube contrasta con la indiferencia de los medios oficiales rusos, que han ignorado las acusaciones contra el primer ministro. Natalia Timakova, la jefa de prensa de Medv¨¦dev, ha dicho que el informe de Navalni tiene ¡°un claro car¨¢cter preelectoral¡± y que ¡°no tiene sentido¡± comentar ¡°el ataque propagand¨ªstico de un personaje de oposici¨®n condenado, quien ha declarado que ya est¨¢ realizando una campa?a electoral y que lucha con las autoridades¡±.

Como estrategia, Navalni se ha autoproclamado ya candidato a la presidencia de Rusia. Sin embargo, la campa?a no ha comenzado a¨²n y no est¨¢ claro si el pol¨ªtico podr¨¢ competir en los comicios, al estar en libertad provisional, cumpliendo una condena de cinco a?os (por estafa en negocios forestales en la provincia de K¨ªrov). A tenor de la ley rusa, una persona condenada y encarcelada por un delito no puede presentarse a elecciones, pero el hecho de que Navalni est¨¦ en libertad provisional ¡ªy no encerrado¡ª?crea ambig¨¹edades que, seg¨²n medios pol¨ªticos, permitir¨¢n a las autoridades maniobrar a voluntad (dejar o no dejar participar) llegado el momento. Para Putin, cuya participaci¨®n en los comicios se espera, aunque no ha sido anunciada, es muy importante ganar de nuevo con gran participaci¨®n, seg¨²n han hecho saber desde el Kremlin. Tambi¨¦n es muy importante que las elecciones aparezcan como fiables, y para ello Putin necesitar¨¢ candidatos a los que pueda vencer sin problema, pero que sean percibidos como un desaf¨ªo serio a su persona.

Seg¨²n el polit¨®logo Gleb Pavlovski, adem¨¢s de Navalni, para la presidencia de Rusia hay entre 10 y 20 buenos candidatos, incluidos gobernadores y altos funcionarios, y ¡°la mitad de ellos¡± podr¨ªa vencer al actual presidente en unas elecciones honestas. El problema de la cita electoral de 2018 es conseguir que se respeten las reglas, ya que, seg¨²n la Constituci¨®n, un candidato s¨®lo puede competir dos veces seguidas a la presidencia y, por lo tanto, los comicios de 2018 son probablemente los ¨²ltimos en los que competir¨¢ Putin, de 64 a?os, si se tiene en cuenta que el mandato presidencial dura seis a?os y que, para concurrir de nuevo, Putin deber¨ªa esperar como m¨ªnimo a 2029, es decir al fin de la legislatura de quien le sustituya en 2023. Esta circunstancia, parad¨®jicamente, seg¨²n Pavlovski, marca ya el fin de la era Putin y hace que la principal intriga de 2018 sea el juego de coaliciones entre personajes encumbrados gracias al actual presidente y deseosos de mantener sus influencias y su poder cuando Putin se vaya.

Navalni sabe utilizar las redes sociales para establecer contacto con la sociedad rusa, pero, si las encuestas son ciertas, el porcentaje de rusos que no le conoce supera a¨²n a los que s¨ª lo hacen. Seg¨²n un sondeo del centro Levada de febrero de 2017, un 53% no sab¨ªa qui¨¦n era Navalni y un 47% si lo sab¨ªa. En abril de 2011, estas proporciones eran de 93% y 6% respectivamente. Tan solo en septiembre y octubre de 2013, cuando el pol¨ªtico de oposici¨®n qued¨® en segundo lugar en los comicios por la alcald¨ªa de Mosc¨², el porcentaje de quienes le conoc¨ªan aventaj¨® a quienes ignoraban su existencia. De quienes le conocen, un 10% contempla la posibilidad de votar por ¨¦l y un 83% no lo votar¨ªa.

En cuanto a la corrupci¨®n, este fen¨®meno figura en quinto lugar (con un 28%) en la lista de preocupaciones de los rusos, seg¨²n otra encuesta de febrero realizada tambi¨¦n por el centro Levada. La lista de inquietudes va encabezada por la subida de los precios (69%), seguida del empobrecimiento (50%), el paro (42%) y la crisis econ¨®mica (34%). La corrupci¨®n de los dirigentes no sorprende a los rusos, afirma el soci¨®logo Denis V¨®lkov, que, citando un sondeo de febrero de 2016, afirma que una cuarta parte de los rusos est¨¢n convencidos de que sus dirigentes son corruptos ¡°de la cabeza a los pies¡±. Esto, afirma el soci¨®logo, no afecta a la valoraci¨®n de los ciudadanos sobre el trabajo de los l¨ªderes, a quienes los rusos les toleran ser corruptos a condici¨®n de que trabajen con eficacia.