La carne podrida del Congreso
Si los congresistas consiguieran aprobar a la chita callando algunas reformas para salvar su propia piel, ser¨ªa el mayor gol marcado contra la democracia
Existe hoy en el Congreso brasile?o mucha prisa por aprobar reformas de la ley electoral que son una trampa para los electores. Entre ellas la introducci¨®n de la lista cerrada en las elecciones, como ya ha informado ampliamente Talita Benidelli en este diario. Esa reforma ha sido apellidada en las redes sociales como "carne podrida", porque esconde la artima?a de intentar reelegir a los pol¨ªticos corruptos y salvarles de sus pecados. Los congresistas parecen hoy, en efecto, m¨¢s preocupados con salvar su propia piel que en resolver los problemas que afligen a millones de trabajadores ?Hasta cu¨¢ndo?
Carmen Lucia, presidenta del Supremo Tribunal Federal, ha alertado con ¨¦nfasis d¨ªas atr¨¢s sobre la necesidad de una reforma pol¨ªtica y electoral que no sea urdida en las sombras del Congreso, sino que sea objeto de un refer¨¦ndum popular. Es verdad que en muchos pa¨ªses del mundo los ciudadanos votan a las listas de candidatos presentadas por los partidos. Son pa¨ªses, sin embargo, en los que el n¨²mero de organizaciones pol¨ªticas no llega a los dedos de la mano y donde cada uno de ellos presenta una ideolog¨ªa bien diferenciada.
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En Brasil la introducci¨®n de la lista cerrada es una trampa por el rechazo masivo que golpea a los partidos. Existen m¨¢s de 30, de los que es imposible conocer su posici¨®n ideol¨®gica, sobre todo porque la mayor¨ªa de ellos ni la tienen. Son m¨¢s bien sat¨¦lites y apoyo de los grandes partidos. Reducirlos a no m¨¢s de media docena ya ser¨ªa una gran reforma. Adem¨¢s, en este momento en que diputados, senadores y gobernadores aparecen involucrados en procesos de corrupci¨®n pol¨ªtica, la lista cerrada con vistas a las elecciones de 2018 ser¨ªa para muchos de ellos una panacea para poder ser reelegidos y conservar el foro privilegiado. Basta que los partidos coloquen a los corruptos los primeros en la lista para que tengan las mayores probabilidades de conservar sus puestos.
El voto en lista cerrada sirve para fortalecer a los partidos en los pa¨ªses en que los votantes se interesan m¨¢s por el ¨¦xito de la formaci¨®n en la que militan o por su programa de gobierno, sin prestar tanta atenci¨®n a los candidatos concretos. Es algo parecido a lo que ocurre con los equipos de futbol. Un seguidor empedernido del Flamengo o del Barcelona no dejar¨ªa de apoyar al equipo de su coraz¨®n porque en ¨¦l figure un jugador u otro. Lo que les interesa es que gane su club. En Brasil, con los partidos pol¨ªticos sucede lo contrario. La sociedad no est¨¢ interesada en que se fortalezcan ya que no cree en ellos. Por eso es m¨¢s f¨¢cil que voten a un candidato en el que conf¨ªan en que a un partido. M¨¢s a¨²n, los brasile?os votan a su candidato sin saber siquiera en qu¨¦ partido milita. Tanto es as¨ª que hay pol¨ªticos que ya han pasado por siete formaciones diferentes.
Si la protesta popular convocada para el domingo pr¨®ximo busca motivos que la justifiquen, el rechazo a la lista cerrada y la exigencia de una consulta popular sobre la reforma pol¨ªtica, junto con la revisi¨®n del foro privilegiado, ser¨ªan m¨¢s que suficientes. Sin contar que en este caso podr¨ªan unirse en la misma demanda la izquierda y a la derecha. Si el Congreso, al rev¨¦s, consiguiese hacer pasar leyes para su propia supervivencia, ser¨ªa el mayor gol marcado contra los brasile?os que a¨²n creen en una democracia cada d¨ªa m¨¢s amenazada. A¨²n est¨¢n a tiempo de decidir con coraje a favor del Brasil que les eligi¨® o de exponerse al ludibrio de una opini¨®n p¨²blica cada vez m¨¢s divorciada de la pol¨ªtica.
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