¡®Italexit¡¯, el nuevo desaf¨ªo europeo

Roma celebra ma?ana el aniversario de los tratados que marcaron el origen de la Uni¨®n Europea hace 60 a?os. Sin embargo, la sensaci¨®n que recorre la ciudad que los vio nacer es que Italia puede ser el siguiente laboratorio antieurope¨ªsta. La falta de respuestas ante la inmigraci¨®n masiva, el auge del populismo, el empobrecimiento de la clase media y la a?oranza de aquel instrumento m¨¢gico que permit¨ªa devaluar la lira y potenciar la exportaci¨®n del universo made in Italy por el mundo, han despertado cierta nostalgia. Sumado a declaraciones como la del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, sobre los pa¨ªses del sur y el supuesto despilfarro de ayudas p¨²blicas, crecen los adeptos a la causa.

Hablar de Italexit es todav¨ªa exagerado y la gran industria italiana se echa las manos a la cabeza al escucharlo. Pero hay un dato irrefutable: entre el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que promete convocar un refer¨¦ndum para decidir la continuidad de Italia en la moneda ¨²nica si gana las elecciones, y la Liga Norte de Matteo Salvini, abiertamente contraria a continuar en el grupo de los Veintiocho, suman alrededor del 45% de votos, seg¨²n todas las encuestas. La formaci¨®n de Beppe Grillo, que ya le saca siete puntos al Partido Democr¨¢tico de Matteo Renzi, no quiere ni o¨ªr hablar de alianzas postelectorales en este sentido, pero si gana las elecciones ¡ªalgo que ahora mismo nadie duda¡ª necesitar¨¢ el apoyo de un grupo nutrido de parlamentarios para convocar un refer¨¦ndum y reformar la ley que impide en Italia modificar tratados internacionales. Y a un lado y otro, solo encontrar¨¢n a Salvini.

El partido de Grillo, l¨ªder en las encuestas, convocar¨¢? un refer¨¦ndum sobre la salida del euro si gobierna

De momento, en v¨ªsperas de la celebraci¨®n de ma?ana, el M5S despleg¨® ayer su ideario europeo. Luigi di Maio (30 a?os), candidato mejor situado a competir por el puesto de primer ministro en las pr¨®ximas elecciones, present¨® su libro blanco para reformar la UE¡ªse llama Nuestra Europa y tiene 8 p¨¢ginas¡ª e insisti¨® en su voluntad de que ¡°los ciudadanos decidan mediante un refer¨¦ndum si quieren que Italia contin¨²e en el euro¡±.

Las encuestas, como se?alaba ayer Reuters, hablan de un aumento del sentimiento antieuropeo en Italia, pero no lo suficiente para pensar en una hipot¨¦tica victoria del no. ¡°El euro no es democr¨¢tico, porque no se puede salir de ¨¦l. Queremos que haya normativas que permitan a los pa¨ªses salir democr¨¢ticamente. Y que haya cl¨¢usulas en las que no obliguen a pa¨ªses a entrar en la uni¨®n monetaria solo por entrar en la uni¨®n pol¨ªtica¡±, sostiene Di Maio, cuyo partido forma parte en Bruselas del mismo grupo que los antieuropeos del Ukip.

Mediobanca resta dramatismo al asunto, pero advierte que la ventana de oportunidad para el Italexit ya pas¨®

?Motivos? La pol¨ªtica fiscal y la austeridad impuesta desde la UE. Tambi¨¦n la p¨¦rdida de competitividad de las peque?as y medianas empresas ¡ªa finales de 2016 cerraban 400 al d¨ªa¡ª y asuntos m¨¢s peregrinos como las sanciones a Rusia, que el M5S y la Liga Norte consideran un disparo en el pie de la econom¨ªa italiana. Las objeciones a la UE se extienden a la pol¨ªtica migratoria ¡ª¡°Italia y otros pa¨ªses de primer ingreso no pueden ser el campo de refugiados de Europa¡±, se?ala el libro blanco del M5S¡ª, y a la falta de solidaridad en cuestiones sociales.

Si bien la salida de la moneda ¨²nica y la econom¨ªa vintage que se propone permitir¨ªan recuperar una pol¨ªtica fiscal propia, ser¨ªa complicado encontrar financiaci¨®n para la deuda p¨²blica, hoy en el 120% del PIB, fuera del abrazo europeo. ¡°Las tasas de inter¨¦s que pagar¨ªamos para financiarnos en una divisa menos fuerte ser¨ªan mucho m¨¢s elevadas y forzar¨ªan la pol¨ªtica fiscal¡±, se?ala Giorgio di Giorgio, profesor de Politica Monetaria en la universidad LUISS. La salida del euro aumentar¨ªa la inflaci¨®n y provocar¨ªa una fuerte p¨¦rdida de poder adquisitivo, m¨¢s evidente en productos importados o en viajes, ¡°eso que tanto gusta a los italianos¡±, recuerda el economista. Voces como la de Mediobanca, que en enero lanz¨® un an¨¢lisis sobre los costes de la salida, restan dramatismo al portazo, pero creen que la ventana de oportunidad ya pas¨® a causa de la cambiante estructura de la deuda italiana.

Todos los partidos coinciden en que no habr¨¢ elecciones en Italia hasta 2018. Un tiempo en el que Francia y Alemania marcar¨¢n una tendencia que dictar¨¢ si, realmente, Italexit puede ser la nueva palabra de moda.