Bosnia no logra salir del limbo
Borja Lasheras relata en su ¨²ltimo libro el estancamiento que vive la regi¨®n del r¨ªo Drina tras 22 a?os de tregua
¡®Bosnia en el limbo¡¯ retrata la vida rural del valle del r¨ªo Drina, que divide Bosnia-Herzegovina de Serbia a lo largo de 206 kil¨®metros. El autor realiza un viaje nost¨¢lgico a la zona para intentar mostrar qu¨¦ pasa cuando las guerras terminan y se van las c¨¢maras. Cuando v¨ªctimas y verdugos se miran a los ojos. Las monta?as escarpadas del paisaje escoltan caminos pedregosos con se?ales de advertencia de minas.
En Srebrenica ocurri¨® la masacre de 1995 de m¨¢s de 8.000 varones musulmanes a manos de las tropas del entonces general Ratko Mladic. Ahora sus 15.000 habitantes conviven juntos pero no revueltos. La organizaci¨®n administrativa est¨¢ fragmentada de la siguiente manera: hay dos autonom¨ªas, la Rep¨²blica Srpska de Bosnia y la Federaci¨®n croata-bosniaca, dividida en cantones.
La guerra de Bosnia concluy¨® en 1995 con la firma de los acuerdos de Dayton. Tan solo unos meses antes se produjo la masacre de Srebrenica. La peor en el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Pero 22 a?os despu¨¦s de que terminase el conflicto, en el que murieron 110.000 personas, todav¨ªa no se han cerrado las heridas. Croatas, de mayor¨ªa cat¨®lica, serbios, de mayor¨ªa ortodoxa, y bosniacos, de mayor¨ªa musulmana, no han llegado a un pacto nacional que asegure un futuro para Bosnia, sostiene el exministro de Exteriores y alto representante para Bosnia, Carlos Westendorp.
¡°Fue una guerra en la que religi¨®n fue solo un pretexto¡±, explica Westendorp, durante la presentaci¨®n del libro?Bosnia en el limbo este jueves en Madrid. Bosnia-Herzegovina, al igual que Eslovenia, Croacia, Serbia, Montenegro y Macedonia, naci¨® de la fragmentaci¨®n de Yugoslavia en 1991.
¡°?Ser¨¢ Bosnia alg¨²n d¨ªa un pa¨ªs?¡±, pregunta alguien entre la audiencia. Para Lasheras, Bosnia no tiene tradici¨®n de Estado. Algo que, sumado a un paro del 40% y el puesto 83 de percepci¨®n de corrupci¨®n en un r¨¢nking de 176 pa¨ªses, una baja participaci¨®n democr¨¢tica y el fracaso de la intervenci¨®n de la comunidad internacional, hace que la sociedad est¨¦ presa de un conflicto de lejana soluci¨®n.
La llamada?primavera Bosnia de 2014 fue una oportunidad perdida para la Uni¨®n Europea, seg¨²n explica Lahseras. El 4 de febrero de ese a?o, trabajadores de f¨¢bricas privatizadas del pueblo de Tuzla, al noreste del pa¨ªs, se manifestaron por una mejora de los salarios y las pensiones. Estall¨® la violencia y la indignaci¨®n generalizada por tasas desorbitadas de paro, sumada a la corrupci¨®n sist¨¦mica, pronto hicieron que se expandiera a varias ciudades. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, la mayor¨ªa de disturbios ces¨® sin que germinara ninguna flor.
Frente a los aires de desuni¨®n en Europa y con la gestaci¨®n del refer¨¦ndum del Brexit, Bosnia-Herzegovina solicit¨® la entrada formal en la UE en febrero de 2016. Para Lasheras la situaci¨®n en Bosnia es una met¨¢fora de la pel¨ªcula Blade Runner en la que pasado, presente y futuro conviven en conflicto. El avance tecnol¨®gico solo es posible en determinados lugares mientras que el resto se ve arrastrado por la decadencia. Bosnia tiene actualmente la tasa de desempleo juvenil m¨¢s alta de Europa, seg¨²n la ONU. Y debe descifrar ¡°c¨®mo seguir viviendo en un pa¨ªs donde ha habido un genocidio¡± pero que contin¨²a estando en el limbo.
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