1. San Petersburgo y la amante del zar
Qui¨¦n dir¨ªa que una de las mansiones que albergan el Museo Estatal de Historia Pol¨ªtica de Rusia de San Petersburgo (Museo de la Revoluci¨®n, en la ¨¦poca sovi¨¦tica) fue el hogar de Matilda Kshes¨ªnskaya, la primera bailarina del Teatro Mariinski y el amor de juventud de Nicol¨¢s II?
Bella y con talento, Matilda mantuvo relaciones sentimentales con tres miembros de la familia imperial de los Rom¨¢nov y su nombre se ha puesto de actualidad debido a los furibundos extremistas ortodoxos que amenazan con impedir el estreno de una pel¨ªcula sobre su romance con Nicol¨¢s. La abanderada de los ultras es Natalia Pokl¨®nskaya, diputada gubernamental y exfiscal en Crimea, que denuncia (sin haberla visto) la cinta del director Alex¨¦i Uch¨ªtel, por ofender la imagen del zar, canonizado como m¨¢rtir por la iglesia ortodoxa.
Nicol¨¢s conoci¨® a la bailarina en 1890 y su affaire que dur¨® cuatro a?os fue confirmado en las memorias de ambos, seg¨²n Alex¨¦i Kuleguin, autor de varios estudios sobre Matilda. El escenario de su pasi¨®n juvenil fue una casa, existente todav¨ªa en el n¨²mero 18 de la avenida de Inglaterra, que la bailarina vendi¨® para construirse la villa modernista que hoy es parte del museo.
Durante la revoluci¨®n de febrero de 1917, que culmin¨® con la abdicaci¨®n de Nicol¨¢s II, Matilda huy¨® de esa villa y los bolcheviques la tomaron como sede para sus ¨®rganos dirigentes. Al volver del exilio en abril, Lenin instal¨® su despacho en uno de los dormitorios, desde cuyas ventanas arengaba a los ciudadanos.
En aquel ambiente hostil a los zares, Matilda se atrevi¨® a pleitear con los okupas y gan¨®. Los bolcheviques hicieron caso omiso de la orden de desalojo y la bailarina sali¨® de Petrogrado en julio de 1917 sin recuperar la villa, saqueada y da?ada en la contraofensiva militar del Gobierno provisional contra Lenin y sus seguidores. Casada con un primo del zar, Matilda muri¨® en1971, alos 99 a?os, exiliada en Paris, donde dirigi¨® una academia de danza.
Durante la ¨¦poca sovi¨¦tica, el nombre de Matilda fue tab¨² en este museo, que la record¨® por primera vez en una peque?a exposici¨®n en 1992. Siguieron otras m¨¢s ambiciosas y finalmente, en 2013, se inaugur¨® una muestra permanente, que incluye fotograf¨ªas, trajes y objetos personales de la bailarina procedentes en parte del exilio. Matilda ha recuperado su espacio, y ¡°la exposici¨®n es un gran ¨¦xito¡±, subraya Kuleguin.
Aparte de los iconos reales o m¨ªticos de la toma del poder bolchevique, como el crucero Aurora, el Instituto Smolni ¡ªhoy el Ayuntamiento¡ª o el palacio dela Tavrida, sede dela Duma zarista¡ªy hoy sede de la asamblea dela CEI, la comunidad de los pa¨ªses pos-sovi¨¦ticos--, tambi¨¦n se encuentran en San Petersburgo las viviendas donde conspiraron los bolcheviques. Su n¨²mero ha disminuido desde que se desintegr¨® la URSS, pero a¨²n quedan joyas como el piso donde I¨®sif Stalin conoci¨® a Nadezhda Allil¨²eva, su esposa. En aquel domicilio se escondi¨® Lenin en julio de 1917 cuando el Gobierno provisional lo andaba buscando (en la villa de Matilda por cierto) para detenerlo. Aconsejado por Stalin, Lenin huy¨® por la escalera de servicio tras afeitarse el bigote y la barba. La navaja con la que se rasur¨® Lenin y la ba?era de Stalin se conservan en este piso-museo, que, tras estar dedicado inicialmente al primero y despu¨¦s al segundo, se presenta ahora como la ¡°vivienda de los Allil¨²ev¡± (la familia pol¨ªtica de Stalin) para no ofender a nadie.