Gorsuch, el juez que los conservadoresde EE UU no pod¨ªan rechazar
El magistrado de Colorado jura su cargo en el Tribunal Supremo y ayuda a los republicanos a conservar la mayor¨ªa ideol¨®gica
Los jueces que llegan a formar parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos solo comparten ese logro con otra persona: el presidente que les elige. El caso de Neil Gorsuch, que est¨¦ lunes jur¨® su cargo en Washington, y Donald Trump, es distinto. Gorsuch hab¨ªa sido nominado para ocupar la vacante del juez Antonin Scalia. La muerte del magistrado, ¨ªdolo de la derecha m¨¢s conservadora, abri¨® una amarga batalla pol¨ªtica que termin¨® la semana pasada cuando los republicanos cambiaron las reglas del Senado para superar el rechazo dem¨®crata. El nuevo juez fue confirmado con unos escasos 54 votos a favor y los republicanos brindaron a Trump una de sus primeras y escasas victorias en el poder: sentar a un conservador en la corte.
Los dem¨®cratas hablan de un puesto judicial ¡°robado¡±. Cuando falleci¨® Scalia, la potestad de nombrar a su sucesor era de Barack Obama. El dem¨®crata tuvo entonces la posibilidad de dar la vuelta al equilibrio ideol¨®gico del Tribunal a favor de los progresistas por primera vez en 50 a?os. Pero no pudo. Los republicanos se negaron a estudiar la nominaci¨®n del elegido por Obama con un bloqueo proporcional a la relevancia que puede tener un solo juez en el Supremo.
El joven magistrado resultar¨¢ clave en los pr¨®ximos casos que estudie el Supremo tan pronto como la pr¨®xima semana. El primero de ellos estudiar¨¢ el 19 de abril la separaci¨®n entre Iglesia y Estado. Gorsuch puede resultar tambi¨¦n determinante en futuros casos pendientes como el derecho a llevar armas en lugares p¨²blicos o a negar servicios a parejas homosexuales en nombre de la libertad religiosa, as¨ª como el veto migratorio del presidente Trump.
Sus 49 a?os pueden hacer de Gorsuch un juez a¨²n m¨¢s relevante. El ¨²ltimo en retirarse fue John Paul Stevens, tras m¨¢s de tres d¨¦cadas en el Tribunal. Una carrera similar sit¨²a a Gorsuch en la corte hasta pasado 2050. Trump tendr¨¢ adem¨¢s la posibilidad de elegir al menos a un juez m¨¢s, ya que hay tres magistrados que superan los 78 a?os y dos de ellos est¨¢n entre los m¨¢s progresistas: Ruth Bader Ginsburg (84), Anthony Kennedy (80) y Stephen Breyer (78). Sustituir a uno de ellos por un conservador situar¨ªa a ¨¦stos en mayor¨ªa de seis contra tres.
El Supremo ha decidido sus sentencias hist¨®ricas, desde el reconocimiento al derecho al aborto en 1973 hasta la igualdad de los homosexuales en 2015, con diferencias de uno o dos votos que separaban claramente las dos vertientes ideol¨®gicas de la Corte. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, el presidente del Tribunal, John Roberts, ha inclinado la balanza del lado progresista en casos como la reforma sanitaria de Obama, limitaciones al derecho al aborto o el matrimonio igualitario, lo que increment¨® el nerviosismo entre los conservadores, que vieron que una mayor¨ªa de cinco contra cuatro no garantiza un respaldo a sus intereses.
El Supremo es la instituci¨®n que sirve de equilibrio entre los vaivenes electorales. Sin embargo, desde el a?o pasado se ha visto atrapado en la volatilidad pol¨ªtica de EE UU. Esa era una raz¨®n m¨¢s para que los republicanos considerasen lo imposible para confirmar a Gorsuch, como cambiar las reglas del Senado para superar el rechazo de los dem¨®cratas. As¨ª han garantizado que haya un juez conservador durante las pr¨®ximas d¨¦cadas, a pesar de que su partido ha perdido el voto popular de seis de las ¨²ltimas elecciones presidenciales.
Gorsuch, que ha ejercido durante la ¨²ltima d¨¦cada como juez federal en Colorado, es el candidato que la derecha conservadora no pod¨ªa rechazar. Sus sentencias ¡ªcomo las de Scalia¡ª son famosas por la calidad literaria de los textos y porque se rigen por la interpretaci¨®n literal de la Constituci¨®n, redactada hace m¨¢s de dos siglos. Junto a estos factores, su curriculum y el aval de organizaciones como la exclusiva Sociedad Federalista ha contribuido a que los republicanos haya facilitado que llegue al cargo aunque sea con el menor n¨²mero de votos que cualquiera de sus antecesores en los ¨²ltimos 25 a?os. El n¨²cleo del partido apoy¨® incondicionalmente a Trump durante toda la campa?a. Gorsuch es su recompensa.
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