Macri vs Kirchner: uno caer¨¢ al abismo
A favor del mandatario juega la mala imagen de su rival; a favor de la expresidenta, el mal desempe?o de la econom¨ªa
Algunos de ellos est¨¢n muertos. Otros cayeron derrotados en elecciones, o permanecen en el poder. O lograron imponer a sus sucesores. Pero, en todos los casos, los l¨ªderes latinoamericanos que marcaron la historia de sus pa¨ªses en los primeros a?os del milenio son referencias ineludibles para entender lo que ocurre en el continente. Un fuego que no se apaga, como quien dice.
En ninguno de los pa¨ªses han aparecido personajes tan potentes como lo fueron ¡ªo aun lo son¡ª Ch¨¢vez en Venezuela, Correa en Ecuador, Lula en Brasil, Morales en Bolivia.
En la Argentina, eso pasa tambi¨¦n con Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner: nadie genera tanta pasi¨®n, a favor o en contra. Parad¨®jicamente, eso ha favorecido al actual presidente, Mauricio Macri. Sin ese remolino de extremos que rodea a Fern¨¢ndez de Kirchner, Macri no estar¨ªa en la Casa Rosada, y gracias a ese remolino, solo gracias a ¨¦l, tiene esperanzas de hacer una respetable elecci¨®n en el pr¨®ximo octubre, pese a los magros resultados de su plan econ¨®mico.
Hace muchos a?os que Macri crece gracias a una idea t¨¢ctica muy sencilla, seg¨²n la cual Fern¨¢ndez de Kirchner es el eje que ordena la pol¨ªtica argentina. Ning¨²n pol¨ªtico es amado por tantos como ella. Pero ninguno es odiado, tampoco, con tanta intensidad.
El detalle es que quienes sienten lo segundo son bastante m¨¢s que los primeros. Por eso, el equipo de Macri sostuvo siempre que aquel que se posicione como la herramienta m¨¢s id¨®nea para desplazar a Fern¨¢ndez de Kirchner recibir¨¢ much¨ªsimos votos. Con ese esquema elemental Macri derrot¨® siempre a su enemiga en la capital del pa¨ªs, luego varias veces en la poderosa provincia de Buenos Aires y, finalmente, se qued¨® con el pa¨ªs entero.
Sus ¨ªndices de imagen eran d¨¦biles. Pero hab¨ªa construido la ¨²nica alternativa para quienes consideran su prioridad existencial la derrota de la expresidenta. Este a?o, esa batalla de gigantes se reeditar¨¢. Macri atraviesa un per¨ªodo muy delicado. Es cada vez m¨¢s claro que el camino econ¨®mico elegido por ¨¦l tiene costos sociales y econ¨®micos altos e imprevistos, y que no hay perspectivas de revertirlos en el corto plazo.
Eso ha desatado una ola de protestas multitudinarias y verbalmente muy agresivas durante el mes de marzo. Sin embargo, los sondeos m¨¢s serios empiezan a reflejar que su alica¨ªda imagen fue beneficiada en medio del agite.
Mucha gente que, hacia fines de febrero, le hab¨ªa retirado el apoyo porque empezaba a considerarlo incapaz, se lo renueva ahora que lo percibe como v¨ªctima, y especialmente una v¨ªctima de la temida expresidenta.
En octubre hay elecciones parlamentarias, las primeras desde que asumi¨® Macri. Las m¨¢s importantes suceder¨¢n en la provincia de Buenos Aires y Kirchner podr¨ªa ser all¨ª una fort¨ªsima candidata. Si da la pelea y la gana, ser¨¢ inmediatamente la favorita para volver al poder, y el Gobierno de Macri caer¨¢ en un abismo dif¨ªcil de remontar, se derrumbar¨¢ la confianza externa, perder¨¢ cr¨¦dito financiero.
Pero Kirchner tiene un dilema tremendo. Al presentarse se arriesga a perder porque, b¨¢sicamente, ese esquema donde mucha gente la ama pero mucha m¨¢s la odia, y con la misma intensidad, se mantiene inalterado en las encuestas. De hecho, Macri ruega que se presente.
Y si no da la pelea o la pierde, Fern¨¢ndez de Kirchner quedar¨¢, al menos por largo tiempo, en el armario de los trastos viejos, ya que su partido la resiste y no tendr¨¢ forma de armar su candidatura. Macri y su antecesora hoy son m¨¢s rechazados que queridos, aunque ambos tienen m¨¢s imagen positiva que el resto de los l¨ªderes de la regi¨®n.
Ser¨¢ una elecci¨®n, entonces, una vez m¨¢s, para ver qui¨¦n es m¨¢s resistido y con mayor intensidad.A favor de Macri juega la mala imagen de Cristina. A favor de Cristina juega el mal desempe?o de la econom¨ªa durante el ¨²ltimo a?o y medio, que se siente en cada hogar, pero especialmente en los m¨¢s humildes. Parece un juego de dos, y solamente de dos.
A fin de a?o, si lo gana ¨¦l, finalmente la figura de ella entrar¨¢ en un largo ocaso, y ¨¦l ser¨¢ medido por la sociedad, no por contraste sino por sus propios logros o fracasos. O sea, la extra?ar¨¢. En cambio, si gana ella, quedar¨¢ claro que su camino a la presidencia estar¨¢ liberado, y ser¨¢ ¨¦l quien entre en un cono de sombras, una especie de enfermedad terminal.
Es raro que la din¨¢mica pol¨ªtica, tan fr¨ªa, incorpore a veces un drama de dos, y tan pasional, pero as¨ª es en la Argentina de hoy. Es ¨¦l o es ella: en poco tiempo se sabr¨¢ quien cae y qui¨¦n sigue en pie. Millones de argentinos, crease o no, encuentran el sentido a su vida en esa disputa.
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