El hombre que libr¨® de la guerra a los dos ¨²ltimos animales del zoo de Mosul
El veterinario Amir Khalil ha viajado a numerosas zonas en conflicto para rescatar a los animales atrapados entre los combates
Amir Khalil no es un veterinario cualquiera, si acaso se le podr¨ªa definir como veterinario de conflictos. Hace apenas 24 horas que regres¨® de Irak, donde viaj¨® con cuatro miembros de la ONG Four Paws Internacional con la particular misi¨®n de rescatar a los dos ¨²ltimos animales supervivientes del zoo de Mosul. Khalil relata el periplo en tierras reci¨¦n extirpadas al ISIS para trasladar al le¨®n Simba y a la osa Lula al centro de rehabilitaci¨®n para animales New Hope de Am¨¢n, Jordania.
¡°!Estamos en medio de una guerra y muy ocupados luchando contra el Daesh! ?Mate a estos animales!¡±, le lleg¨® a gritar un General tendi¨¦ndole dos balas en la mano
¡°Malnutridos, rodeados de excrementos y de cad¨¢veres solo quedaban vivos Lula y Simba de entre 42 animales. El resto perecieron bajo las bombas, el hambre o devorados¡±, cuenta Khalil en una conversaci¨®n v¨ªa Skype desde Viena. Dos meses atr¨¢s este veterinario egipcio de 52 a?os logr¨® pisar el zoo de Mosul. Lo hizo tras 60 d¨ªas de intensos combates para expulsar al ISIS. A las puertas del zoo, al igual que en iglesias y museos, los rostros del le¨®n y del oso hab¨ªan sido emborronados al paso de los yihadistas que consideran toda representaci¨®n ic¨®nica haram (prohibido, en ¨¢rabe).
Pero incluso en tiempos de guerra, la burocracia puede jugar una mala pasada. ¡°Nos quedamos 10 d¨ªas retenidos en el control militar sin agua, ni comida ni electricidad¡±. El equipo de Khalil tuvo primero que lograr un permiso del due?o del zoo, quien herido por los yihadistas convalec¨ªa en un hospital de Erbil. De ah¨ª tuvieron que aguardar otro permiso de la seguridad iraqu¨ª que diera carta blanca al paso de los peludos prisioneros. ¡°Al principio los soldados se burlaban de nosotros y se hac¨ªan selfies¡±, recuerda hoy divertido. Pero al segundo d¨ªa un soldado dej¨® su arma en el suelo y le tendi¨® una manzana al oso. Y al tercer d¨ªa otro uniformado apareci¨® sonriente con dos pollos en la mano: ¡°Se los he confiscado a un cami¨®n en el control. ?Son para Simba!¡±. Hasta los ni?os de las familias que hu¨ªan de Mosul se arremolinaban en torno a las jaulas para sonre¨ªr por primera vez en mucho tiempo.
Sin embargo, los oficiales no entend¨ªan el empe?o de Khalil. ¡°!Estamos en medio de una guerra y muy ocupados luchando contra el Daesh! ?Mate a estos animales!¡±, le lleg¨® a gritar un General tendi¨¦ndole dos balas en la mano. ¡°La humanidad en una persona no es divisible. El que tiene humanidad la tiene tanto para los seres humanos como para los animales¡±, responde Khalil ante las cr¨ªticas. Para este veterinario, la especie humana es la m¨¢s destructiva de todas. Conoce bien la destrucci¨®n firmada por el hombre en conflictos de donde ha evacuado a todo tipo de animales. El primero fue Kosovo en 1998, donde ¡°joven e ingenuo¡± accedi¨® a viajar para salvar a unos osos. Desde entonces, ha recorrido numerosas guerras cargado con su estetoscopio y un pu?ado de dardos anest¨¦sicos.
As¨ª logr¨® salvar en 2003 en Irak a los nueve leones que Odai, el temido hijo de Sadam Husein, manten¨ªa para recreo personal en su palacio. O mantener con vida a los animales del zoo de Tr¨ªpoli, apostado entre trincheras y a 500 metros del palacio del dirigente libio Muamar al Gadafi . En Gaza han realizado hasta cinco misiones para evacuar a trav¨¦s de t¨²neles bajo el paso fronterizo de Rafah con Egipto a tres leones y perder all¨ª a dos elefantes que nunca lograron salir con vida del subterr¨¢neo. El egipcio ha demostrado poseer grandes dosis de diplomacia, negociando con ej¨¦rcitos, pol¨ªticos e incluso servicios secretos con exitosas operaciones como cuando milicianos de Ham¨¢s aceptaron evacuar a cinco monos a territorio israel¨ª.
La satisfacci¨®n que recibe Khalil al preservar la vida de estos animales se ve empa?ada por la tristeza de quien testimonia del sufrimiento humano. ¡°Soy veterinario, solo puedo curar animales. Sacamos animales indefensos de jaulas de las que no pueden huir y de guerras que no pueden entender para ponerlos en libertad en campos abiertos. Pero los humanos son evacuados a nuevas jaulas, que tienen forma de tiendas en campos de refugiados¡±.
El trabajo de Khalil es solo posible gracias a esos amantes de los animales que incluso en guerra se quitan un pedazo de pan de la boca para mantenerlos con vida. ¡°Lula y Simba com¨ªan de mi mano. Solo yo pod¨ªa hacer eso sin correr riegos¡±, dice al tel¨¦fono y desde Mosul Abu Laith, mec¨¢nico de coches en la cincuentena y padre de seis hijos. Fue ¨¦l quien durante los dos meses de combates mantuvo con vida a los ¨²ltimos supervientes del zoo de Mosul hasta la llegada del veterinario. Con la complicidad de los vecinos, se escabull¨ªa de entre los controles del ISIS para poder llevarles agua y comida.
En otro pa¨ªs y en otra guerra, ha sido Mohamed Alaa, electricista y padre de dos v¨¢stagos, quien en la ciudad siria de Alepo y bajo las bombas mantuvo con vida a cerca de 200 felinos en un improvisado refugio de animales. Ahora, Khalil asegura que su pr¨®xima misi¨®n ser¨¢ la de tratar de ayudar a los dos osos y un tigre supervivientes de la guerra en el zoo de Alepo.
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