¡°Siempre esperamos a que la gente empiece a morir¡±
Con tantas crisis alimentarias abiertas, el director general de la FAO ve imprescindible combinar la entrega de comida o dinero para comprarla con la ayuda para reanudar la producci¨®n
?Qu¨¦ fue antes, el conflicto o el cambio clim¨¢tico? En cualquier caso, esa es la combinaci¨®n perversa, seg¨²n Jos¨¦ Graziano da Silva, director general de la Organizaci¨®n de Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO). La mezcla fatal que explica que se haya vuelto a declarar una hambruna en un mundo que produce comida m¨¢s que de sobra para todos. En 2011 fue en Somalia. Ahora, en Sud¨¢n del Sur. Y otros tres pa¨ªses ¡ªYemen, Nigeria y Somalia¡ªest¨¢n a un paso de hacer lo mismo. Pero Graziano insiste: bajo el d¨²o que forman violencia y clima extremo subyace el abandono de las zonas rurales. El brasile?o, que dirige la agencia internacional desde 2011, ha visitado Chad y el nordeste de Nigeria para enviar un mensaje de urgencia: hay que actuar hoy para evitar llegar a lo peor.
Pregunta. ?C¨®mo se explican las hambrunas en pleno siglo XXI?
Respuesta. Lo primero es aclarar que no ocurren porque falte comida en el mundo. Al rev¨¦s, tiramos al menos un tercio de lo que producimos. Estas crisis llegan cuando hay gente, en especial los m¨¢s pobres, que de pronto no puede seguir produciendo su propia comida ¡ªpor falta de agua o de tierras¡ª o no le llega el dinero para comprarla.
P. Nigeria, Sud¨¢n del Sur, Yemen, Somalia, Siria, Etiop¨ªa¡ ?por qu¨¦ tantas emergencias al mismo tiempo?
R. En varias zonas de ?frica y algunos pa¨ªses ¨¢rabes sufren la combinaci¨®n de dos problemas. Por un lado los conflictos, que obviamente dificultan la producci¨®n de alimentos y al acceso de la poblaci¨®n a los mismos. Acabo de estar en Chad y el nordeste de Nigeria, donde act¨²a Boko Haram. All¨ª no pueden plantar ni criar animales, y tienen que emigrar para no morir de hambre. Y luego hay lugares que llevan tres a?os seguidos de sequ¨ªas provocadas por El Ni?o. En Sud¨¢n del Sur, Yemen o Somalia se produce esa asociaci¨®n perversa. El conflicto y el cambio clim¨¢tico se retroalimentan. Pero no olvidemos que las zonas afectadas son casi siempre rurales, ya debilitadas y en muchos casos olvidadas.
P. ?Qu¨¦ hay que hacer en casos como esos?
Es imprescindible combinar la ayuda alimentaria urgente en forma de comida o dinero para comprarla con la creaci¨®n de oportunidades nuevas. La rapidez con que la inversi¨®n en agricultura o ganader¨ªa reactiva la vida es impresionante. Es como cuando riegas un jarr¨®n de flores secas: al d¨ªa siguiente ya ves los resultados.
P. ?Las dificultades son las mismas en todos los pa¨ªses?
R. No. Hay crisis que escapan por completo al control o la ayuda que pueden prestar agencias como la FAO. Un ejemplo es Siria. Los sirios est¨¢n haciendo algo parecido a un milagro, porque a¨²n producen pr¨¢cticamente la mitad de sus alimentos en medio de una guerra civil. Pero parar un conflicto como ese, en el que a veces ni siquiera podemos hacer llegar nuestra ayuda, est¨¢ m¨¢s all¨¢ de nuestras posibilidades. Tampoco podemos evitar una sequ¨ªa. Por eso insisto: lo que s¨ª podemos es evitar que una sequ¨ªa se convierta en hambruna si actuamos de forma preventiva.
P. ?Y por qu¨¦ no se hace?
R. Es que siempre esperamos al final. Siempre esperamos a que la gente empiece a morir. Cuando en realidad podemos evitarlo, y en plazos muy cortos. Pero hay que llegar a tiempo. En Nigeria, por ejemplo, en junio llegan las lluvias. Si no actuamos ahora, cuando hay que preparar la tierra, sembrar... no podremos controlar la situaci¨®n. Las plantas no esperan. No podemos aguardar a que se resuelva el conflicto sirio, o a las elecciones en Francia¡ Tenemos que actuar ya.
P. ?Les est¨¢ costando mucho reunir los fondos para esas actuaciones?
R. S¨ª, y eso que son cifras muy bajas. Pero los donantes est¨¢n cansados. Porque nos enfrentamos a crisis prolongadas que se repiten a?o tras a?o porque nunca actuamos anticipadamente. Si ahora no obtenemos los 70 millones de euros que pedimos para apoyar la siembra en Nigeria, el a?o que viene tendremos que volver a pedirlos. Y adem¨¢s habremos pasado todo un a?o teniendo que llevar comida o dinero para comprarla a la poblaci¨®n. As¨ª que esos fondos para reactivar la producci¨®n agr¨ªcola y ganadera se pueden ver tambi¨¦n como un ahorro.
P. ?Puede tener algo que ver la cantidad de recursos que se est¨¢ dedicando a la crisis de los migrantes en el Mediterr¨¢neo?
R. Yo creo que los donantes est¨¢n un poco confundidos. Los europeos se vieron como tomados por asalto y reaccionaron con barreras, colocando a la gente en campos para tratar de devolverlos a sus pa¨ªses. Pero ?ad¨®nde va a volver esa gente hasta que restituyamos sus medios de vida¡? No tienen ad¨®nde. Estas migraciones son una fiebre. La verdadera enfermedad es la falta de oportunidades en ?frica. As¨ª que mientras volquemos toda nuestra ayuda al desarrollo en alimentar a los refugiados no vamos a resolver el problema.
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