Trump hace el vac¨ªo a Latinoam¨¦rica

En sus primeros cien d¨ªas en el poder, el presidente no ha esbozado, en sus discursos o en su acci¨®n, pol¨ªtica alguna de cooperaci¨®n hemisf¨¦rica. Si Barack Obama puso las bases de un giro hist¨®rico que arrumbase al siglo XX el hegemonismo de halc¨®n de Washington en la regi¨®n sustituy¨¦ndolo por un liderazgo m¨¢s respetuoso y de concordancias, Trump parece enfilado a demoler su legado con una mezcla de desd¨¦n hacia el sur y proteccionismo comercial.

M¨¦xico sintetiza la situaci¨®n. Trump lo viene utilizando para su pol¨ªtica dom¨¦stica como el espantajo de los males que vienen de fuera ¨Cbad hombres¨C y todo apunta a que pretende cancelar el NAFTA (el acuerdo de libre comercio con M¨¦xico y Canad¨¢) y reemplazarlo por acuerdos bilaterales. M¨¦xico a un lado, en el resto de Am¨¦rica Latina no encuentra apenas juegos de espejo para retroalimentar su pol¨ªtica interior y crece su desinter¨¦s, manteni¨¦ndose el punto com¨²n del rechazo de los mecanismos de integraci¨®n econ¨®mica regional. En su primera semana al mando fulmin¨® la Asociaci¨®n Transpac¨ªfica (TTP) retirando a Estados Unidos de un acuerdo con pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico promovido por Obama con el objetivo, tan comercial como geopol¨ªtico, de reposicionarse en la regi¨®n e impedir que China siguiese ocupando espacio y poniendo sus reglas.

Esa decisi¨®n de Trump sopla a favor de Pek¨ªn. China ha desacelerado su ritmo de inversi¨®n en Am¨¦rica Latina, pero sigue trabajando el terreno. Una semana despu¨¦s del triunfo de Trump, el presidente Xi Jinping se lanz¨® a su tercera gira latinoamericana en cuatro a?os y dos semanas despu¨¦s su canciller¨ªa emit¨ªa un documento en el que resaltaba su apuesta por una Am¨¦rica Latina ¡°llena de vitalidad y esperanza¡±. China es el mayor inversor en la zona (94.000 millones de d¨®lares entre 2010 y 2015) y ha anunciado que inyectar¨¢ otros 250.000 millones hasta 2025. Con Am¨¦rica Latina estancada (en 2016 el PIB regional decreci¨® un 0,7%) y Trump mirando a Marte, China se brinda como socia.

¡°Est¨¢ prescindiendo de una herramienta principal de la pol¨ªtica regional de Estados Unidos, el libre comercio¡±, afirma Christopher Sabatini, director del think tank Global Americans. ¡°Trump ya ha generado un vac¨ªo de liderazgo¡±.

Sabatini opina que Venezuela es el pa¨ªs en el que m¨¢s se ha notado una inclinaci¨®n pol¨ªtica por ¡°un camino distinto; endureciendo su postura diplom¨¢tica y con sanciones de la Organizaci¨®n de Estados Americanos¡±. En febrero Trump recibi¨® en la Casa Blanca a la esposa del opositor venezolano encarcelado Leopoldo L¨®pez y public¨® un tuit reclamando su liberaci¨®n. Adem¨¢s el Departamento del Tesoro ha incluido en su lista negra de narcotraficantes al vicepresidente venezolano Tareck El Aissami. Aunque las se?as son obvias, Washington tampoco ha remarcado una postura concreta sobre el conflicto venezolano. Sabatini sostiene que esa vaguedad generalizada se debe a los ¡°huecos burocr¨¢ticos¡± causados por la lentitud en nombrar cargos intermedios responsables de las pol¨ªticas latinoamericanas, empezando por un secretario adjunto para Am¨¦rica Latina en el Departamento de Estado.

¡°A estas alturas no tenemos una idea de lo que viene para Latinoam¨¦rica porque lo ¨²nico que se ha hecho es desmantelar la estructura de personal que exist¨ªa¡±, coincide Eduardo Gamarra, de la Universidad Internacional de Florida. En su opini¨®n, ¡°los primeros cien d¨ªas demuestran que Am¨¦rica Latina, a excepci¨®n de M¨¦xico, no es una prioridad. No lo fue para Bush ni tanto para Obama quiz¨¢s, pero en esta no se est¨¢ haciendo el m¨¢s m¨ªnimo ¨¦nfasis¡±. Gamarra juzga las declaraciones de condena del presidente hacia Venezuela y Cuba como meros ejercicios ¡°ret¨®ricos¡± dirigidos al electorado de Florida para ganar apoyos de cara a las elecciones legislativas de 2018.

Con Cuba, de momento, se mantiene el estado de cosas que dej¨® Obama con sus dos ¨²ltimos a?os de deshielo diplom¨¢tico. Pese a que Trump ha asegurado que liquidar¨ªa los decretos que su antecesor firm¨® para facilitar la distensi¨®n con la isla si La Habana no concede libertades civiles, hoy sigue sin haber dado pasos en esa direcci¨®n. Animado a romper con La Habana por el anticastrismo cubanoamericano, con el senador Marco Rubio a la cabeza, y a ahondar en el deshielo por un heterog¨¦neo bando pragm¨¢tico nutrido de congresistas, senadores, empresarios y exmilitares, el presidente parece haber aparcado a Cuba en el limbo latino.

La inconcreci¨®n de la visi¨®n latinoamericana de Trump da lugar a incertezas en cada punto de la regi¨®n. Por ejemplo en Colombia, cuyo presidente Juan Manuel Santos ha recibido por tel¨¦fono el apoyo del inquilino de la Casa Blanca al proceso de paz con las FARC pero que ha sabido tambi¨¦n de un obsequioso encuentro de Trump con los expresidentes ?lvaro Uribe y Andr¨¦s Pastrana, que se oponen a los acuerdos con la guerrilla. Brasil y Argentina, mientras tanto, tientan la posibilidad de estrechar lazos entre Mercosur (el bloque comercial que los une a Uruguay y Paraguay) y la Alianza del Pac¨ªfico (M¨¦xico, Per¨², Chile y Colombia) ¡°ante las dudas que plantea el mundo¡±, en palabras del argentino Mauricio Macri ¨Co lo que es lo mismo, ante la persistente indefinici¨®n de Donald Trump.