El renacer del Partido Dem¨®crata
La oposici¨®n a Donald Trump ha alimentado la esperanza en un partido mermado por las ¨²ltimas derrotas electorales
La oposici¨®n al presidente Donald Trump ha dado al Partido Dem¨®crata su nueva raz¨®n de ser. Diezmados por las ¨²ltimas derrotas electorales y arrinconados como minor¨ªa en las dos C¨¢maras del Congreso, los dem¨®cratas han encontrado en la imponente resistencia ciudadana a las pol¨ªticas de Trump un faro que gu¨ªa sus ¨²ltimos movimientos. Cuando se cumplen 100 d¨ªas de mandato del republicano, el partido de Hillary Clinton y Barack Obama busca un nuevo l¨ªder que d¨¦ respuesta a la presi¨®n ciudadana para impedir el avance de la agenda m¨¢s conservadora de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
La marcha de las mujeres en Washington fue el primer paso. El segundo lleg¨® una semana despu¨¦s, cuando miles de personas acudieron espont¨¢neamente a los principales aeropuertos del pa¨ªs para protestar el veto migratorio de Trump a extranjeros musulmanes y refugiados sirios. Poco a poco se acumularon tambi¨¦n en protestas durante las tradicionales reuniones ciudadanas con legisladores republicanos, forzando a que muchos de estos ni siquiera hicieran acto de presencia.
Los votantes dem¨®cratas tambi¨¦n han marcado el paso a sus legisladores inundando sus despachos con llamadas y correos electr¨®nicos pidi¨¦ndoles que votaran en contra de los nombramientos de Trump para su gabinete o de las primeras leyes que intentaron aprobar los republicanos. En cuesti¨®n de semanas, el Partido Dem¨®crata celebraba como obra propia el descarrilamiento del plan de reforma sanitaria de los republicanos, que ni siquiera lleg¨® a ser sometido a votaci¨®n.
Esta resistencia tambi¨¦n ha permitido que los dem¨®cratas bloquearan el nombramiento del juez Neil Gorsuch para el Tribunal Supremo ¡ªque sali¨® adelante s¨®lo despu¨¦s de que los republicanos cambiaran las reglas¡ª, sin pagar el caro precio pol¨ªtico de la obstrucci¨®n parlamentaria. Y la ofensiva popular tambi¨¦n ha tenido consecuencias econ¨®micas: los dem¨®cratas han batido r¨¦cord de recaudaci¨®n en las primeras elecciones locales celebradas en la era Trump.
La esperanza dem¨®crata se ha visto impulsada por dos comicios en Georgia y Kansas, donde dos candidatos desconocidos han puesto en aprietos a pol¨ªticos republicanos consolidados y en territorio conservador. La haza?a recuerda a los primeros cargos que perdieron los dem¨®cratas nada m¨¢s llegar Obama a la presidencia. Aquella sorpresa se transform¨® dos a?os despu¨¦s en la mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes ¡ªgracias a la oleada del Tea Party¡ª, por lo que estos resultados han alimentado las especulaciones de que Trump est¨¦ alimentando a una oposici¨®n m¨¢s poderosa de lo que nadie cabe anticipar a¨²n.
Los dem¨®cratas tampoco pod¨ªan imaginar que casi medio mill¨®n de personas, en su mayor¨ªa mujeres, protestar¨ªan contra Trump al d¨ªa siguiente de asumir la presidencia. La concentraci¨®n fue el resultado de iniciativas como la lanzada por Indivisible, una organizaci¨®n ciudadana que ha servido a miles de personas para convocar protestas en todos los rincones del pa¨ªs, Run for Something, para reclutar a j¨®venes que quieren entrar en pol¨ªtica o las muchas campa?as de recaudaci¨®n de pol¨ªticos en activo.
El resultado ha sorprendido incluso a los l¨ªderes dem¨®cratas. Durante las primeras semanas de presidencia de Trump, pol¨ªticos veteranos como Nancy Pelosi, Dianne Feinstein o Chuck Schumer, parec¨ªan actuar en reacci¨®n a las iniciativas de su electorado. Los pol¨ªticos, de repente, ten¨ªan como referencia a los ciudadanos y as¨ª Feinstein, que no convocaba un foro ciudadano desde hace varios a?os, escuch¨® a su electorado en una reuni¨®n en California.
La reacci¨®n ha inspirado varias comparaciones entre este renacer del Partido Dem¨®crata y la fundaci¨®n de aquel Tea Party que en 2010 ayud¨® a los republicanos a lograr una importante victoria en las legislativas. Entonces despojaron a Obama del apoyo que ten¨ªa en la mayor¨ªa legislativa de la C¨¢mara de Representantes y de su capacidad para aprobar importantes reformas legales. Ese es el primer objetivo de los dem¨®cratas, rearmar sus filas con la mirada ya puesta en 2018, el primera gran examen a la era Trump.