Le Pen carga contra Macron como candidato de ¡°la casta¡±
La candidata ultra apela a votantes de izquierdas y derechas con un mensaje contra las ¨¦lites finacieras
El pueblo contra las ¨¦lites, los trabajadores contra los banqueros, la naci¨®n independiente contra la globalizaci¨®n ciega. ¡°Nuestro Gobierno no ser¨¢ el de la casta, sino el de todos los franceses¡±, dijo Marine Le Pen este lunes ante 6.000 personas en su gran mitin en las afueras de Par¨ªs.
A falta de seis d¨ªas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, la candidata del Frente Nacional, heredera del viejo partido de la extrema derecha francesa, redobla el mensaje de la lucha de clases. Le Pen intenta seducir a los votantes de izquierda y derecha bajo una poderosa idea de fuerza: la defensa del pueblo, de la Francia eterna, frente a una oligarqu¨ªa invisible encarnada, seg¨²n ella, en su contrincante, el centrista Emmanuel Macron.
Con los sondeos claramente en contra, Le Pen intenta salir del rinc¨®n de la ultraderecha, el estigma de apellido y las siglas que elecci¨®n tras otra la dejan a las puertas del poder. Las aristas m¨¢s desagradables ¡ªla ret¨®rica contra el extranjero¡ª o impopulares ¡ªla promesa de salir del euro¡ª quedan revestidas de declaraciones vagas sobre la defensa de las fronteras nacionales o la renegociaci¨®n de los tratados europeos y su eventual salida. Ella busca confederar a las personas de todo color pol¨ªtico ¡ªlas clases medias, las clases populares, la derecha nacionalista que a¨²n podr¨ªa tener alg¨²n reparo ante la marca FN¡ª con un mensaje transversal. La inclusi¨®n del autoproclamado gaullista Nicolas Dupont-Aignan en el ticket electoral ¡ªle ha designado como primer ministro¡ª va en este sentido. ¡°Yo devolver¨¦ la independencia a Francia¡±, promete Le Pen.
Macron intenta arrinconar a Le Pen recordando el ADN ultraderechista y colaboracionista del FN con gestos como la visita el domingo al memorial de la shoa y la deportaci¨®n, o la participaci¨®n este lunes a un homenaje a Brahim Bourram, asesinado en 1995 por militantes ultras. Le Pen se esfuerza por retratar a Macron, que fue banquero de inversiones y ministro de Econom¨ªa del presidente socialista Fran?ois Hollande, como una especie de t¨ªtere movido por oscuros intereses, el hombre del establishment pol¨ªtico, econ¨®mico y medi¨¢tico.
Le Pen record¨® el discurso electoral de Hollande de 2012 en Le Bourget, cerca del lugar donde ella hablaba, Villepinte. All¨ª el entonces candidato dijo que el verdadero enemigo de Francia era la finanza, pero era un enemigo sin rostro. "Hoy tiene un rostro", dijo la candidata. "Se llama Emmanuel Macron".
La palabra clave, que repiti¨® hasta tres veces en el mitin: casta. Los de arriba y los de abajo. No importa que Le Pen creciese en un palacete en el barrio acomodado Saint-Cloud o que siempre haya vivido de la pol¨ªtica o en el entorno a ella.
Todo esto importa poco a seguidores como Vincent Lecaillon, un profesor de historia y geograf¨ªa que vino en autob¨²s desde la Alta Savoya. ¡°Esperamos que se unan a nosotros electores de izquierdas y de derecha. Patriotas¡±, dijo mientras esperaba a que Le Pen comenzase a hablar. ¡°Porque el voto de Marine es un voto de clase. En el sentido marxista. Las clases populares y las clases medias desclasadas votan a Marine¡±.
La segunda palabra clave del mitin: protecci¨®n. Le Pen se presenta como protectora ante la ¡°mundializaci¨®n, la miseria, el paro, la uberizaci¨®n [de Uber, la empresa de transporte que compite con los taxis], la desreglamentaci¨®n de todas las profesiones¡±. Protectora, tambi¨¦n, de los derechos laborales y del medioambiente. Incluso, concedi¨®, de ¡°los extranjeros que est¨¦n aqu¨ª y respeten las leyes¡±. Protectora, en fin, del pueblo ante ¡°la insensibilidad del mundo del dinero¡±, y ante lo que ella llama ¡°dos ideolog¨ªas totalitarias¡±, en pie de igualdad: mundialismo e islamismo. ¡°Entre el ¡®todo econ¨®mico¡¯ y el ¡®todo religioso¡¯, nosotros abrimos una v¨ªa alternativa¡±, dijo.
El antiguo partido que agrupaba a colaboracionistas con los nazis en la Segunda Guerra Mundial y mon¨¢rquicos nost¨¢lgicos, cat¨®licos integristas, el que detestaba al general De Gaulle por haber aceptado la independencia de Argelia, el que recelaba de la Rep¨²blica y el laicismo, el que en los ochenta abrazaba el libre mercado de Reagan, intenta transformarse. Culminar esta transformaci¨®n es la condici¨®n necesaria para la victoria, la remuntada, o remontada, otra palabra de inspiraci¨®n hisp¨¢nica, como casta, que Le Pen usa estos d¨ªas.
Toda la campa?a consistir¨¢ esta semana en un forcejeo por definir ante la opini¨®n p¨²blica al FN, fijar su imagen ¡ª?partido apestado y ultra? ?o partido republicano y transversal?¡ª entre los millones de votantes que el 7 de mayo decidir¨¢n, entre Le Pen y Macron, el nombre del pr¨®ximo presidente de Francia.?
Jean-Marie Le Pen pide el voto para su hija Marine
A pesar de la distancia que le ha impuesto su hija y candidata presidencial, Marine Le Pen, el fundador del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, pidi¨® este lunes el voto para la nueva l¨ªder del partido de extrema derecha, a la que present¨® durante un homenaje a Juana de Arco como ¡°una opci¨®n nacional y patri¨®tica¡± frente al ¡°candidato socialista enmascarado¡± Emmanuel Macron.
¡°Macron es el candidato de Hollande y de Soros, el candidato socialista enmascarado, el candidato del sistema (¡) nos habla de futuro , pero no tiene hijos, habla de trabajadores pero es un antiguo banquero de Rothschild, quiere dinamizar la econom¨ªa, pero forma parte de los que la dinamitaron¡±, carg¨® Le Pen padre contra el rival centrista de su hija.
Frente a este ¡°Hollande bis¡±, existe la ¡°opci¨®n patri¨®tica¡± de una ¡°madre de familia dedicada desde hace a?os al servicio p¨²blico, diputada, consejera regional, que ha adquirido competencias y tiene el car¨¢cter necesario como jefa de Estado¡±, contrapuso Le Pen, que sin embargo solo pronunci¨® una vez el nombre de su hija y candidata, Marine. ¡°Es una hija de Francia, no es una Juana de Arco pero acepta la misma misi¨®n que esa Juana que ella ama y admira, ella ha elegido Francia¡±, insisti¨® Le Pen.
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