El director del FBI dio informaci¨®n err¨®nea sobre Clinton en su testimonio jurado en el Senado

Fue la primera vez que habl¨® p¨²blicamente de la losa que cargar¨¢ el resto de su carrera. El director del FBI, James Comey, defendi¨® el pasado mi¨¦rcoles su actuaci¨®n en el caso de los correos privados de Hillary Clinton. La dem¨®crata atribuye su derrota electoral a la decisi¨®n de Comey de anunciar menos de dos semanas antes de los comicios la reapertura de la investigaci¨®n a su servidor privado. Pero en su intento de exculparse, Comey dio informaci¨®n err¨®nea.

En su testimonio bajo juramento ante el Comit¨¦ Judicial del Senado, el jefe de la agencia policial explic¨® nuevos detalles sobre c¨®mo el FBI encontr¨® el pasado oto?o miles de correos de Huma Abedin, la mano derecha de Clinton, en la computadora de su marido, Anthony Weiner. Eso propici¨® la reapertura de la investigaci¨®n al servidor de la ex primera dama como secretaria de Estado (2009-2013).

¡°Abedin parece que segu¨ªa una pr¨¢ctica rutinaria de reenviar correos electr¨®nicos a ¨¦l, creo que para que los imprimiera para que ella se lo pudiera entregar a la secretaria de Estado¡±, dijo Comey ante los senadores. En otro momento, asegur¨® que Abedin ¡°reenvi¨® cientos y miles de correos, algunos de los cuales conten¨ªan informaci¨®n clasificada¡±.

Sin embargo, esas afirmaciones eran incorrectas, seg¨²n fuentes del FBI y otras cercanas a la investigaci¨®n citadas este martes por medios estadounidenses.

Los investigadores determinaron que Abedin reenvi¨® ocasionalmente algunos correos a su marido, pero muchos menos que los miles que sostuvo Comey. Tampoco era una pr¨¢ctica rutinaria. Y ninguno de los correos estaba considerado entonces como secretos, pero posteriormente se determin¨® que un peque?o n¨²mero de ellos conten¨ªa informaci¨®n clasificada.

Se desconoce qu¨¦ llev¨® a Comey a hacer esas declaraciones equivocadas. El FBI sopesa si enviar en los pr¨®ximos d¨ªas una carta de rectificaci¨®n a los miembros del comit¨¦ del Senado.

Al margen de cu¨¢les fueran los motivos, el episodio vuelve a cuestionar el criterio de Comey, cuyo mandato termina en 2023 y que est¨¢ en el ojo del hurac¨¢n de los dem¨®cratas desde la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre. El culebr¨®n de los correos reforz¨® la imagen de deshonestidad que ten¨ªa Clinton entre muchos votantes y que Trump cultiv¨® hasta la saciedad.

El pasado 28 de octubre, cuando faltaban 11 d¨ªas para las elecciones, Comey envi¨® una carta a un grupo de legisladores en que anunciaba un nuevo an¨¢lisis a los correos de Clinton en el marco de la investigaci¨®n al servidor ¡ªque no se conoc¨ªa p¨²blicamente hasta hace dos a?os¡ª que instal¨® cuando era jefa de la diplomacia estadounidense. El FBI consider¨® que esos correos pod¨ªan ser nuevos y aclarar el caso de servidor, pero al cabo de unos d¨ªas descubri¨® que no eran nuevos. Como ya hizo en julio, no hall¨® nada delictivo y volvi¨® a cerrar el caso.

La misiva desat¨® un terremoto en la recta final de la campa?a y puso en duda la rigurosidad de Comey. Al enviar la carta, ignor¨® las directrices del Departamento de Justicia, del que depende el FBI, que recomiendan no comentar investigaciones en curso ni interferir en el proceso electoral.

Pero ¨¦l se defiende. Ante los senadores, aleg¨® que haber ocultado las nuevas pesquisas habr¨ªa sido ¡°catastr¨®fico y hubiera acabado con el FBI¡±. ¡°Tiempo antes hab¨ªa declarado bajo juramento al Congreso que la investigaci¨®n se hab¨ªa cerrado; no pod¨ªa ocultar que se hab¨ªa reabierto tras el descubrimiento de nuevos correos¡±, esgrimi¨®.