Espa?a, destino de los perseguidos LGTB
Las peticiones de asilo por persecuci¨®n por orientaci¨®n sexual han aumentado de manera consistente en Espa?a, seg¨²n ACNUR, aunque el Ministerio no las distingue por motivo
Miguel Edu estaba a punto de conseguir lo que siempre hab¨ªa deseado. Ten¨ªa un buen trabajo, una posici¨®n social y, finalmente, acababa de rencontrarse con su madre, a quien llevaba m¨¢s de dos d¨¦cadas sin ver. Pero una noche fue suficiente para destrozar una vida entera: no hab¨ªa tenido en cuenta que en su pa¨ªs, Guinea Ecuatorial, la sociedad no tolera la homosexualidad. Cuando su madre le encontr¨® en la cama con su novio, los ech¨® a la calle desnudos y empez¨® a golpearlos. "Los vecinos, todo el barrio nos pegaba", cuenta este chico de 33 a?os de ademanes sosegados. "Fue como si un coche me hubiera pasado por encima", enfatiza. Una televisi¨®n local grab¨® la escena y la noticia corri¨® como la p¨®lvora. Miguel se fue un mes de vacaciones al extranjero para que se calmaran las aguas. No sirvi¨® de nada: cuando regres¨® le echaron del trabajo y le metieron una paliza tan brutal que acab¨® en el hospital ingresado. Decidi¨® entonces salir del pa¨ªs de prisa y corriendo. Tras pasar por Camer¨²n vol¨® hasta Espa?a, donde pidi¨® asilo. Su novio, ?ric, no pudo seguirlo; se suicid¨® con un c¨®ctel de medicamentos.
Miguel no es el ¨²nico miembro del colectivo LGTBI (lesbianas, gais, transg¨¦nero, bisexuales e intersexuales) en haber pedido protecci¨®n en Espa?a. Aunque no existan datos oficiales ¡ªel Ministerio de Interior no desglosa las peticiones de asilo seg¨²n el motivo¡ª, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y las?organizaciones que trabajan con solicitantes de asilo confirman que las solicitudes por persecuci¨®n por orientaci¨®n sexual han aumentado de manera consistente en los ¨²ltimos a?os. Una fuente de la unidad de protecci¨®n de ACNUR detalla que est¨¢n llegando sobre todo peticiones de ciudadanos de Gambia, Camer¨²n, Marruecos, Argelia y, m¨¢s recientemente, tambi¨¦n de Venezuela y Centroam¨¦rica.
En 2009, Espa?a introduce la persecuci¨®n por identidad y orientaci¨®n sexual?como motivo para pedir asilo
"Espa?a siempre fue un pa¨ªs abierto en este sentido [...]; el primer caso que se reconoci¨® por orientaci¨®n sexual fue antes de que entrara en vigor la ley de 2009 [que introduce como motivo para pedir protecci¨®n internacional la persecuci¨®n por identidad y orientaci¨®n sexual]", recuerda la misma fuente de ACNUR. "Se podr¨ªa decir que es un pa¨ªs pionero, pero todav¨ªa existen cuestiones de 'calidad' relacionadas con el procedimiento de asilo que necesitan ser abordadas, que afectan a todos los colectivos y a¨²n m¨¢s al LGTBI".
Ser extranjero, solicitante de asilo, y pertenecer al colectivo LGTBI no es f¨¢cil, ni siquiera en un pa¨ªs como Espa?a, considerado como el m¨¢s gay-friendly del mundo seg¨²n el Pew Research Centre. "Se ha llegado a denegar la protecci¨®n a solicitantes marroqu¨ªes diciendo que pod¨ªan volver a su pa¨ªs y ser discretos, ocultar su homosexualidad", recuerdan desde la Federaci¨®n Estatal LGTB (Felgtb). Aunque las organizaciones aseguren que ha habido avances, tambi¨¦n insisten en que siguen existiendo obst¨¢culos por el camino, desde falta de herramientas hasta episodios de lgtbfobia en los centros de acogida o la aplicaci¨®n de categor¨ªas estereotipadas por parte de los mismos funcionarios a la hora de evaluar los relatos de los demandantes.? ?
The New Arrivals
Cuatro millones de inmigrantes han llegado a Espa?a en dos d¨¦cadas en avi¨®n, en patera o saltando la valla. M¨¢s de un mill¨®n de personas pidieron asilo en Europa en 2016. EL PA?S cuenta, en un proyecto de 500 d¨ªas con los diarios The Guardian, Der Spiegel y Le Monde, c¨®mo se adaptan estos nuevos europeos y c¨®mo Europa se adapta a ellos. Una mirada a un fen¨®meno que est¨¢ transformando Espa?a y el continente
Aunque el Tribunal de Justicia de la UE puso un l¨ªmite, en 2014, a las entrevistas que violan la intimidad del solicitante ¡ªe intentan "averiguar" cuales son sus pr¨¢cticas sexuales¡ª, no se fij¨® un?protocolo con pautas concretas a seguir. La semana pasada, Podemos registr¨® en el Congreso el proyecto de ley integral elaborado por la?Felgtb y dirigido a garantizar los derechos del colectivo, incluidos los demandantes de asilo.?El texto exige que los interesados gocen desde un primer momento de un "ambiente de seguridad y apoyo [...] para que puedan colaborar plenamente y sin miedo con la administraci¨®n", y reclama que los funcionarios tengan una formaci¨®n adecuada acerca de las necesidades del colectivo y de la situaci¨®n en sus pa¨ªses de origen.
Un relato coherente
Germ¨¢n (nombre ficticio) viene de Venezuela, un pa¨ªs donde la homosexualidad no es ilegal y hay mucho m¨¢s activismo LGTBI que en ?frica. "Pero ah¨ª tampoco es aceptada y nunca lo ser¨¢", argumenta el joven, quien lleg¨® a Espa?a el a?o pasado despu¨¦s de que una pelea, que define como "la paliza de su vida", desembocara en un v¨®rtice de amenazas hacia ¨¦l y su familia. Con la voz medio rota, cuenta como un grupo de hombres les atac¨® a ¨¦l, a su pareja y a un amigo a la salida de una discoteca. "Me robaron el m¨®vil y empezaron a llamar [...]; lograron saber donde viv¨ªa y en el edificio de mi casa pintaron unos grafitis que dec¨ªan 'Germ¨¢n, maric¨®n, te vamos a matar'". Consigui¨® denunciar aunque la polic¨ªa en un principio se neg¨® a recoger su declaraci¨®n. Pero las intimidaciones no ten¨ªan viso de cesar. Decidi¨® entonces cambiar de n¨²mero de tel¨¦fono y de ciudad. "La primera semana fue todo bien, pero luego volvieron las llamadas", asegura. "?Pensaban que se iban a librar de nosotros? Ya hemos averiguado donde viven", le dijeron.?
La ley no exige "una prueba plena" de la persecuci¨®n ni pide que se acredite la orientaci¨®n sexual
Como Miguel, tambi¨¦n Germ¨¢n est¨¢ a la espera de saber qu¨¦ pasar¨¢ con su solicitud de asilo. Ambos participan en unas sesiones psicol¨®gicas dirigidas al colectivo LGTBI y organizadas por la Fundaci¨®n Merced Migraciones. "Aunque pueda haber identidades culturales con necesidades espec¨ªficas, lo que siempre es com¨²n es el trauma", explica Gabriela L¨®pez, psic¨®loga del centro. "El problema es que los tiempos psicol¨®gicos no consiguen acompasarse con los de la administraci¨®n", lamenta. Cuando el solicitante de asilo est¨¢ finalmente listo para contar su historia, quiz¨¢s haya perdido su oportunidad para convencer a las instituciones de que necesita protecci¨®n.
Paloma Favieres, coordinadora de servicios jur¨ªdicos de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR), confirma que la legislaci¨®n no exige "una prueba plena" de la persecuci¨®n que sufre el solicitante de asilo ni pide que se acredite la orientaci¨®n sexual. "Hay que aportar indicios de que existe un temor fundado y ofrecer un relato coherente", aclara. Pero, ?c¨®mo demostrarlo??
Miguel lleva dos a?os y medio a la espera de que se resuelva su solicitud. Mientras, ha decidido fundar una asociaci¨®n para ayudar a los homosexuales africanos a tramitar sus peticiones de protecci¨®n en Espa?a, en una clara condena a un continente donde el colectivo LGTBI es marginado y hostigado: en el mundo, la homosexualidad es considerada delito en m¨¢s de 70 pa¨ªses, la casi totalidad de ellos en ?frica y Oriente Pr¨®ximo. En otros, como Guinea Ecuatorial, ser homosexual no es ilegal de iure, pero s¨ª de facto.?
El proyecto The New Arrivals est¨¢ financiado por el European Journalism Centre con el apoyo de la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates
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