El Capitolio investigar¨¢ las conexiones de Trump con Rusia tras el despido del director del FBI
El FBI contradice a la Casa Blanca y sostiene ante un comit¨¦ que las pesquisas son prioritarias
La tormenta avanza en Washington. Tras el despido fulminante del director del FBI, el Senado ha tomado las riendas de la explosiva investigaci¨®n de la trama rusa. En una demostraci¨®n de vigor parlamentario, el Comit¨¦ de Inteligencia ha llamado a declarar a puerta cerrada al ca¨ªdo James Comey y ha exigido al antiguo consejero de Seguridad Nacional, el general Michael Flynn, que entregue todos los documentos que le vinculen con Rusia. Un doble golpe que le recuerda al presidente Donald Trump que la partida sigue abierta.
Washington repasa estos d¨ªas su historia. Los fantasmas del pasado se han aliado con los temores del presente. El caso Watergate y el esc¨¢ndalo Ir¨¢n-Contra, aunque con imprecisi¨®n, se han asentado en el vocabulario pol¨ªtico. Y los intentos para someter la investigaci¨®n de la trama rusa a un fiscal especial se multiplican en las filas dem¨®cratas.
Todo ello choca con el muro presidencial. Trump, con la defenestraci¨®n de Comey, ha dejado claro que no est¨¢ dispuesto a que nadie se cruce en su camino. Pero su poder tiene l¨ªmites. En un sistema como el estadounidense, la presidencia es fuerte, no omn¨ªmoda. Y ahora mismo, pese a la irritaci¨®n de la Casa Blanca, dos comit¨¦s parlamentarios tratan de dilucidar si el equipo de campa?a del presidente se coordin¨® en las elecciones con el Kremlin en sus ataques a la dem¨®crata Hillary Clinton.
El futuro de estas pesquisas es incierto. Sin el apoyo decidido del FBI, algunos expertos consideran que no podr¨¢n avanzar mucho. Otros indican que todo depender¨¢ de su propia voluntad, algo que, pese a estar en manos de mayor¨ªas republicanas, a¨²n no es objeto de sospecha. Prueba de ello es el cerco al teniente general Flynn, un personaje nuclear en esta oscura tramoya.
El antiguo general dirigi¨® entre 2012 y 2014 la Agencia de Inteligencia de la Defensa. Tras ser despedido por su car¨¢cter tir¨¢nico, se lanz¨® a tareas de asesoramiento empresarial en el mercado ruso, donde alcanz¨® tal grado de penetraci¨®n que lleg¨® a compartir mantel con el presidente Vlad¨ªmir Putin.
Trump, un admirador de los militares con experiencia en el campo de batalla, lo enrol¨® como asesor. Islam¨®fobo y disruptivo pronto se hizo un lugar en el c¨ªrculo ¨ªntimo del candidato republicano. Junto con Jeff Sessions, actual fiscal general, y Steve Bannon, estratega jefe, form¨® el ala m¨¢s radical de la campa?a y tras la victoria recibi¨® el puesto de consejero de Seguridad Nacional. En el cargo, con acceso a los mayores secretos de Estado, s¨®lo dur¨® 24 d¨ªas. El 13 de febrero tuvo que dimitir al descubrirse que hab¨ªa mentido sobre el contenido de sus reuniones con el embajador ruso en Washington, Sergu¨¦i Kislyak.
El Comit¨¦ de Inteligencia del Senado le quiere someter a una radiograf¨ªa completa y para ello le reclama la lista de sus posibles bienes en Rusia as¨ª como los registros, grabaciones y anotaciones de sus reuniones con funcionarios rusos entre el 16 de junio de 2015, fecha del arranque de la campa?a de Trump, hasta la investidura, el pasado 20 de enero.
La requisitoria es de cumplimiento obligado y llega despu¨¦s de que Flynn intentase sin ¨¦xito lograr la inmunidad a cambio de declarar. Junto al general han sido citados otros asesores electorales de Trump, como su amigo y consejero en relaciones internacionales Carter Page.
La investigaci¨®n tambi¨¦n ha llamado a declarar para el pr¨®ximo martes a puerta cerrada a Comey. Su testimonio ante los senadores puede ser clave. En contra de lo manifestado por la Casa Blanca, el director del FBI ten¨ªa un ¡°alto predicamento¡± entre sus agentes y consideraba la investigaci¨®n rusa como prioritaria, tal y como declar¨®?este jueves ante el comit¨¦, su sustituto en funciones, Andrew McCabe, quien tambi¨¦n neg¨® cualquier interferencia de Trump en las pesquisas.
Comey, hasta ahora, ha guardado silencio y solo ha trascendido un mensaje a sus subordinados: ¡°Siempre he cre¨ªdo que un presidente puede despedir a un director del FBI por cualquier motivo e incluso sin motivo. No voy a perder el tiempo en ello¡±. El martes tendr¨¢ tiempo para explicarlo.
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