¡°Trump ha declarado la guerra al periodismo¡±
El presidente de EE UU es un trol, pero no podemos ignorarlo, dice el empresario en una entrevista con el diario alem¨¢n 'Die Welt'
Cuando Jimmy Wales llega al hotel de Londres para la entrevista, nadie lo reconoce. Con sus zapatillas blancas, vaqueros y la mochila a la espalda, este visionario de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y cofundador de la Wikipedia, una de las p¨¢ginas web m¨¢s visitadas del mundo, parece un turista de compras. Ahora, Wales vuelve a tener grandes planes. Con su nueva plataforma informativa WikiTribune se propone oponer a los ¡°hechos alternativos¡± un periodismo de calidad basado en la investigaci¨®n. El proyecto, adem¨¢s, es una declaraci¨®n de guerra al presidente estadounidense, Donald Trump.
Pregunta (P). ?Woodward o Bernstein [los periodistas que destaparon el Watergate] dejar¨ªan su vida de jubilados para colaborar en Wikitribune?
Respuesta (R). [Risas] No podr¨ªa dec¨ªrselo con seguridad. Desde que, hace poco, hice p¨²blica la puesta en marcha de WikiTribune, hemos recibido tal alud de peticiones que no hemos podido examinarlas todas. El sector de los medios de comunicaci¨®n est¨¢ atravesando un mal momento. Esto ha provocado que muchos periodistas se hayan visto obligados a trabajar en otros empleos, pero les gustar¨ªa mucho m¨¢s volver a ejercer el periodismo.
P. En su p¨¢gina web anuncia que su objetivo con WikiTribune es combatir las ¡°noticias falsas¡± ?Se est¨¢ librando una batalla en el sector de la informaci¨®n?
R. En vista de la rapidez con la que se propagan esa clase de noticias, da la sensaci¨®n de que nos encontramos ante una guerra. El fen¨®meno de las noticias falsas consiste en divulgar deliberadamente a trav¨¦s de las redes sociales informaciones que no son ver¨ªdicas. Algunos sitios web lo hacen porque les permite conseguir visitas e ingresos por publicidad. Pero hace poco se les ha sumado el presidente de Estados Unidos, que se refiere a The New York Times, y tambi¨¦n a la CNN, como medios que propagan noticias falsas. Esto es un golpe a la integridad de los periodistas. Me da la sensaci¨®n de que Trump ha declarado la guerra al periodismo.
P. ?Qu¨¦ le llev¨® a fundar un portal de noticias con el fin de hacer frente a las falsas?
R. Ya llevaba tiempo d¨¢ndole vueltas a la idea. Entonces, tras la toma de posesi¨®n de Trump, desde su Gobierno se afirm¨® que el n¨²mero de asistentes a la ceremonia hab¨ªa sido el m¨¢s alto de la historia, aunque las fotos mostraban otra cosa. Su Administraci¨®n habl¨® de ¡°hechos alternativos¡±. Para m¨ª, esto fue decisivo. Los hechos alternativos no existen. Son mentiras sin m¨¢s. Me pareci¨® algo totalmente descabellado.
P. Las noticias falsas han existido siempre, pero en la actualidad su influencia ha adquirido una magnitud desconocida ?Es Internet el responsable?
R. Internet tiene una influencia enorme en todo este tema. Sin embargo, no se trata solo de una cuesti¨®n de velocidad y de alcance. Tambi¨¦n hay algo que ha cambiado en su esencia. No hace tanto la gente pensaba que Putin no podr¨ªa controlar todos los medios de comunicaci¨®n; que, aunque lo intentase, las personas seguir¨ªan pudiendo comunicarse directamente entre ellas a trav¨¦s de Internet, as¨ª que la falsedad quedar¨ªa en evidencia. Y as¨ª es, pero solo en parte. Porque los astutos agentes del Estado hace tiempo que se han dado cuenta de que difundir propaganda no es la ¨²nica manera de tener el control. Tambi¨¦n es importante suministrar datos anal¨ªticos a distintos grupos para conseguir que hagan lo que se espera de ellos. Nos encontramos ante una batalla a cuya vanguardia hay individuos que intentan controlar a los dem¨¢s e influir en ellos a trav¨¦s de la mentira. Solo que ahora se han adaptado a Internet, lo cual supone un cambio gigantesco.
P. ?La raz¨®n es que, hoy en d¨ªa, las mentiras no se pueden reconocer de inmediato y se propagan como un virus?
R. As¨ª es. Antes, el simple hecho de que mucha gente no leyese la prensa impresa representaba un l¨ªmite para la propaganda. Hoy en d¨ªa, todo el mundo tiene m¨®vil, est¨¢ en las redes sociales, as¨ª que las mentiras nos llegan a todos. Una p¨¢gina que se hac¨ªa llamar Mississippi Herald?¡ªun peri¨®dico que no existe¡ª?public¨® una noticia sobre una pareja que hab¨ªa intentado sin ¨¦xito tener hijos. Seg¨²n dec¨ªan, al final hab¨ªa resultado que el matrimonio estaba compuesto por dos hermanos gemelos. El art¨ªculo sacaba provecho de un prejuicio muy extendido, al que mucha gente da cr¨¦dito. Estas son las condiciones ¨®ptimas para que una historia se vuelva viral. Es una verg¨¹enza que la ¡°noticia¡± no la recogiesen solo peri¨®dicos sensacionalistas. Al d¨ªa siguiente todos tuvieron que retirar la noticia de sus p¨¢ginas web. Los medios tradicionales publicaron rectificaciones, pero muchos lectores ni se enteraron de ello. En mi opini¨®n, el ejemplo muestra que en el actual modelo de negocio del periodismo hay algo que no funciona. Antes los peri¨®dicos tambi¨¦n comet¨ªan errores. La diferencia es que esta clase de noticias falsas han llegado a ser consustanciales al sistema.
P. En el pasado se enfrent¨® en diversas ocasiones a los troles [individuos que se dedican a sembrar ciza?a] de la Red. ?Estamos viviendo una ¨¦poca en la que esta dimensi¨®n de Internet se ha materializado en personajes como Trump, Erdogan, Farage o Le Pen?
Si los art¨ªculos siempre hacen referencia a ¡°representantes del Gobierno¡± o a ¡°organismos oficiales¡± sin mencionar sus nombres, a m¨ª, como lector, me gustar¨ªa saber qui¨¦n ha dicho qu¨¦
R. S¨ª, no cabe la menor duda de que Trump es el t¨ªpico trol. He llegado a pensar incluso que dice cosas en las que ni siquiera cree. Las dice con la ¨²nica intenci¨®n de sublevar a la gente. Esta es la definici¨®n original de trol: una persona que entra en un foro y publica opiniones provocadoras para la mayor¨ªa de la gente. Parece que esto es lo que acostumbra a hacer Trump. ?l interpreta un papel. F¨ªjese en el panorama tan curioso que nos rodea. Siempre ha existido la posibilidad de que alguien se saliese de la normalidad y sacase alguna clase de provecho de la atenci¨®n que eso despierta. Pero es que actualmente malgastamos nuestra atenci¨®n en provocadores y noticias falsas de una manera que ya no es saludable. Uno de los primeros lemas de Internet era ¡°no alimentes a los troles¡±, y yo siempre he a?adido: lim¨ªtate a no hacerles caso y desaparecer¨¢n solos.
P. No es f¨¢cil hacerlo cuando los provocadores forman parte de las altas esferas del Estado ?no le parece?
R. [Risas] Pues s¨ª. Ese, precisamente, es el problema.
P. Que haya declarado la guerra a la informaci¨®n falsa es algo que le honra, pero suena un poco impreciso. ?C¨®mo lo har¨¢ concretamente?
R. Nuestra labor solo consistir¨¢ en parte en desenmascarar las noticias falsas. Tambi¨¦n queremos publicar algunos art¨ªculos sobre temas pol¨ªticos, econ¨®micos o del mundo de la tecnolog¨ªa que sean producto de nuestra propia investigaci¨®n. Mi objetivo es crear algo nuevo, reunir a periodistas profesionales en torno al mismo estilo de comunidad que ha hecho grande a Wikipedia, y financiarlo mediante la microfinanciaci¨®n colectiva.
P. Ya existen un mont¨®n de proyectos period¨ªsticos ciudadanos y microfinanciados, todos con un ¨¦xito limitado. ?Por qu¨¦ el suyo iba a ser diferente?
R. S¨ª, es verdad. Ha habido muchos proyectos bienintencionados formados por periodistas no profesionales y otras iniciativas por el estilo. Pero todos lograron su objetivo solo hasta cierto punto, incluso los mejores. Una de las razones es que en el periodismo hay muchas ¨¢reas a las que no es posible dedicarse solo como aficionado, que no se pueden resolver desde el escritorio o el sill¨®n de casa.
P. ?Cu¨¢ndo quiere inaugurar Wikitribune? En la p¨¢gina web dice que esperan hacerlo en septiembre. ?Cabe la posibilidad de que la fecha se adelante y la inauguren antes de las elecciones de junio en Gran Breta?a?
R. Vamos a empezar ya. Mi m¨¢xima siempre es empezar y luego ir desarrollando cada vez m¨¢s. En vez de recaudar fondos de inversores, hemos puesto en marcha una campa?a de micromecenazgo. Nuestros primeros patrocinadores no prestan su apoyo a Wikitribune porque ya han le¨ªdo alg¨²n art¨ªculo. Lo hacen porque ven que detr¨¢s del proyecto hay una determinada manera de ver las cosas. Tenemos grandes ambiciones, pero empezamos poco a poco. La dificultad reside en que ya nos hemos dado a conocer.
P. Cuando se han destapado asuntos como los Papeles de Panam¨¢ era imposible saber qui¨¦n hab¨ªa proporcionado los documentos. ?C¨®mo van a manejar esa clase de riesgos si no saben a qui¨¦n le est¨¢n haciendo el juego?
R. Lo primero que me propongo es que nuestra manera de practicar el periodismo sea lo m¨¢s transparente posible. Por ejemplo, cuando terminemos la entrevista, usted la transcribir¨¢. Entonces se plantear¨¢ la pregunta de si ha sacado mis palabras de contexto. O, en caso de que la haya traducido al alem¨¢n, de si hay peque?os errores. Esas cosas pasan continuamente. En Wikitribune publicaremos tambi¨¦n el audio de las entrevistas y la transcripci¨®n en bruto, no solo el resumen editado. A lo mejor nadie lo escucha o lo lee, pero si reunimos en torno a Wikitribune una comunidad familiarizada con esta manera de hacer las cosas, al menos podr¨¢n seguir el proceso que hay detr¨¢s de los art¨ªculos.
P. Pero si entrevista a jefes de Estado o a altos directivos de empresas har¨¢n declaraciones extraoficialmente, no para que se publiquen. Si excluye esos fragmentos del texto escrito, pero los publica en el audio, se estar¨¢ jugando la confianza en usted.
R. S¨ª, ya s¨¦ que es complicado. Hay que colaborar con los entrevistados. A m¨ª mismo me han entrevistado millones de veces. Hab¨ªa buenas razones para hablar en confianza, y yo tambi¨¦n ten¨ªa que poder confiar en los periodistas. Estoy de acuerdo con usted en que, en algunos casos, la transparencia puede ser un asunto delicado. Y a veces, para proteger a las fuentes, por ejemplo, cuando se trata de confidentes, no se pueden revelar sus nombres. Sin embargo, la moneda tambi¨¦n tiene otra cara. Hay motivos para que la opini¨®n p¨²blica conf¨ªe menos en el periodismo.
Queremos contar sobre todo con nuestras propias noticias, pero todav¨ªa estoy explorando el terreno y mi actitud es abierta. La cuesti¨®n es por qu¨¦ est¨¢ dispuesta a pagar la gente. Creo que, para eso, hay que ser diferente, no puedes ser exactamente lo mismo que la gente ya conoce
P. ?Cu¨¢les ser¨ªan esos motivos?
R. Por ejemplo, si los art¨ªculos siempre hacen referencia a ¡°representantes del Gobierno¡± o a ¡°organismos oficiales¡± sin mencionar sus nombres, a m¨ª, como lector, me gustar¨ªa saber qui¨¦n ha dicho lo que sea y por qu¨¦ lo que o¨ª la semana pasada contradice sus declaraciones. Muchas veces se trata de comentarios intrascendentes entre personas familiarizadas con el asunto, en particular en Washington, que el lector no entiende en absoluto. Son temas internos que se hablaron durante una conversaci¨®n extraoficial sin mencionar nombres. No se pueden atribuir a nadie. Eso es problem¨¢tico.
P. Con todos los respetos, ?es realista pensar que va a poder contratar a periodistas de primera fila, si es posible con acceso a los jefes de Estado, y financiarlo todo mediante el micromecenazgo?
R. Desde luego no ¨ªbamos a llegar muy lejos si tuviese que pagar yo mismo a los periodistas [risas]. Nuestro modelo prev¨¦ donativos y contribuciones de nuestros lectores. Es una especie de suscripci¨®n. Lo mejor ser¨ªa que los lectores mantuviesen Wikitribune con sus aportaciones.
P. Hasta ahora ha hablado de unos 10 u 11 redactores. Por poner un ejemplo, The New York Times tiene empleados a 1.300 personas. ?No le parece que, comparado con eso, 11 periodistas es un n¨²mero un poco bajo trat¨¢ndose de un proyecto tan ambicioso?
R. Hay que verlo en su contexto. La campa?a de microfinanciaci¨®n ya ha empezado, las primeras personas ya est¨¢n contribuyendo. Alrededor del 50% de la gente que nos apoya suscribe aportaciones mensuales, no un pago ¨²nico. Esto es importante, ya que un pago ¨²nico te ayuda principalmente a despegar; pero los meses siguientes los periodistas tambi¨¦n tienen que poder comprarse algo para comer. Ya tenemos suficientes aportaciones mensuales como para contratar a cinco periodistas. Cuando hayamos arrancado, tenemos que empezar lo antes posible a publicar contenidos que sean significativos para la gente. Tenemos que ofrecer reportajes diferentes.
P. ?Recurrir¨¢n a las agencias de noticias, como todo el mundo, o se basar¨¢n exclusivamente en sus propios contenidos?
R. Queremos contar sobre todo con nuestras propias noticias, pero todav¨ªa estoy explorando el terreno y mi actitud es abierta. La cuesti¨®n es por qu¨¦ est¨¢ dispuesta a pagar la gente. Creo que, para eso, hay que ser diferente, no puedes ser exactamente lo mismo que la gente ya conoce.
P. ?Solamente los abonados o los patrocinadores del sitio web podr¨¢n leer los textos?
R. No, no. Me lo imagino como un modelo de pago voluntario igual que el de The Guardian, que en una de sus p¨¢ginas pide apoyo financiero a los lectores. Por lo dem¨¢s, en nuestra p¨¢gina todo el mundo puede leer lo que quiera gratuitamente. A lo mejor, en alg¨²n momento, introducimos un muro de pago de tipo ¡°suave¡±. Tal vez tambi¨¦n un modelo que premie las aportaciones. Estoy abierto a los modelos que est¨¢n funcionando en este sector.
P. En resumidas cuentas, ?significa eso que, sin un modelo de suscripciones, Wikitribune no llegar¨¢ muy lejos y no podr¨¢ sobrevivir?
R. Correcto. Si no, seremos como el portal de medios de comunicaci¨®n BuzzFeed, que tampoco es el peor de nuestros competidores. Al menos no es de los que se dedican a inventar noticias. A veces es un poco superficial, poco riguroso.
P. BuzzFeed ha hecho famosos los v¨ªdeos de gatos. Los art¨ªculos que redactan los lectores son sobre todo entretenidos, f¨¢ciles de consumir.
R. Mire usted, hace poco un redactor de un peri¨®dico digital de calidad me dijo sobre este dilema que hab¨ªan hecho un reportaje de periodismo de investigaci¨®n, que un redactor hab¨ªa trabajado en ¨¦l tres semanas y que estaban orgullosos del art¨ªculo. La verdad es que no provoc¨® ning¨²n terremoto, pero tuvo repercusi¨®n. Supuso una diferencia, tuvo consecuencias y lo ley¨® mucha gente. Eso atrajo mucha publicidad y ganaron dinero. El mismo d¨ªa publicaron un art¨ªculo de una estudiante en pr¨¢cticas con un titular que hizo que mucha gente lo abriese y un contenido est¨²pido y superficial, y que, sin embargo, se hizo viral. El art¨ªculo proporcion¨® tanto dinero a trav¨¦s de la publicidad que gener¨® como el reportaje de investigaci¨®n, con la diferencia de que, por el segundo, no pagaron casi nada. Luego el redactor me dijo que, por supuesto, iban a seguir haciendo periodismo serio, porque forma parte de su ADN, pero tambi¨¦n que ten¨ªan que tenerlo todo en cuenta, ya que, desde el punto de vista estrictamente comercial, eso no funcionaba. Dec¨ªa que ser¨ªan unos ingenuos si se hiciesen la ilusi¨®n de que, invirtiendo en periodismo de investigaci¨®n y pag¨¢ndolo bien, tambi¨¦n estar¨ªan practicando un modelo de negocio. Dicho claramente: ganan dinero publicando tonter¨ªas, como hace todo el mundo, por otra parte. Es un problema que los medios de comunicaci¨®n serios, que constituyen invariablemente el fundamento de una democracia, se detengan cada vez m¨¢s en ese entorno. Un entorno que surgi¨® cuando la gente empez¨® a acostumbrarse a no tener que pagar nada por acceder a los contenidos en Internet. Nuestra sociedad se encontrar¨¢ con graves problemas si todos los contenidos que ofrecen los medios de comunicaci¨®n dependen del n¨²mero de clicks que atraigan.
P. Muchas editoriales llevan a?os intentando conseguir un modelo de negocio digital que funcione. De momento, ninguna lo ha logrado del todo, ni siquiera Jeff Bezos, el director de Amazon, que como es el propietario de The Washington Post tambi¨¦n es el que m¨¢s ha invertido hasta ahora.?Qu¨¦ le hace pensar que usted puede tener m¨¢s ¨¦xito?
R. Han pasado cosas que me permiten tener confianza. Por ejemplo, el a?o pasado, The New York Times aument¨® el n¨²mero de abonados a su edici¨®n digital de uno a 1,8 millones. The New York Times puede estar agradecido a Trump por ello. Pero los cambios tambi¨¦n indican cosas. En una ¨¦poca como la nuestra, la gente se da cuenta de que hacen falta peri¨®dicos serios. Y, en relaci¨®n con esto, en algunos sectores se est¨¢ imponiendo la idea de que para eso hay que pagar, porque lo que llega a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n que funcionan a base de publicidad es basura. The Guardian ha hecho un llamamiento a los lectores de su edici¨®n digital para que hagan aportaciones econ¨®micas, y les est¨¢ yendo bien. De todas maneras, el peri¨®dico sigue teniendo graves problemas financieros. No creo que esa sea la ¨²nica soluci¨®n.
P. En el caso de WikiLeaks hay motivos para preguntarse de qu¨¦ manera pueden verificar los periodistas la informaci¨®n que esa plataforma pone a su alcance y, sobre todo, sus fuentes. ?Se ha convertido en un instrumento de los m¨¢s diversos servicios secretos?
R. Parece evidente que s¨ª; que, efectivamente, as¨ª es. Wikileaks puso al alcance el mecanismo para piratear y filtrar los correos electr¨®nicos de Hillary Clinton. Vivimos en una ¨¦poca en la que cualquiera que tenga un l¨¢piz de memoria puede copiar cantidades inmensas de datos y publicarlos en Internet. No podemos excluir que vaya a pasar. Supongamos que un loco, por pura maldad, hace p¨²blicos 50 gigas de mensajes privados de Facebook, as¨ª, sin motivo. Qui¨¦n sabe qu¨¦ podr¨ªa pasar. No tenemos muchos medios para evitar que suceda algo as¨ª. Seguro que las empresas relacionadas con las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n tienen buenos mecanismos de seguridad, pero no son perfectos. Siempre habr¨¢ un Edward Snowden capaz de piratear los datos.
P. Se?or Wales, ?se arrepiente alguna vez de haber convertido Wikipedia en una fundaci¨®n en vez de haber comercializado la enciclopedia? Si lo hubiese hecho, a estas alturas formar¨ªa parte del club de los megamillonarios de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n.
R. [Risas] La verdad es que solo lo pienso cuando los periodistas me lo preguntan, lo cual ocurre continuamente [risas]. Voy a decirle por qu¨¦ me gusta mi vida tal como es. Aqu¨ª, en Londres, hay muchos bancos que amasan toneladas de dinero, mucho m¨¢s de lo que yo ver¨¦ en toda mi vida. A m¨ª me parece de lo m¨¢s aburrido. Mi vida, en cambio, es interesante. Nunca me habr¨ªa podido imaginar, ni siquiera a los 30 a?os, que me iba a reunir con el jefe de la censura china en una misi¨®n diplom¨¢tica para hablar con ¨¦l de la importancia de la transmisi¨®n de conocimiento en el mundo. Mi vida es fant¨¢stica, tengo posibilidades incre¨ªbles, puedo transmitir ideas. Eso es un privilegio enorme. Nunca la cambiar¨ªa por una tediosa vida de multimillonario. Tendr¨ªa montones de dinero, me ver¨ªa obligado a trabajar en una empresa aburrida. No, no cambiar¨ªa mi vida por eso. Lo que yo hago es mucho m¨¢s emocionante.
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