Estados Unidos opta por una ¡°campa?a de aniquilaci¨®n¡± contra el ISIS
El Pent¨¢gono revela una estrategia m¨¢s agresiva contra el grupo yihadista pero tambi¨¦n m¨¢s arriesgada
Tras semanas de silencio, el Pent¨¢gono revel¨® este viernes su nueva estrategia contra el Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas inglesas) que se vertebra en un enfoque militar m¨¢s agresivo. El objetivo del presidente Donald Trump es acelerar la derrota del grupo yihadista, tras casi tres a?os de campa?a militar en Irak y Siria, pero tambi¨¦n acent¨²a los riesgos de p¨¦rdidas humanas de Estados Unidos y de quedarse atrapado en conflictos enquistados.
¡°Llevamos a cabo una campa?a de aniquilaci¨®n¡±, dijo el secretario de Defensa, Jim Mattis, en una rueda de prensa en el Pent¨¢gono. El general retirado explic¨® que, tras aprobarlo Trump, se est¨¢n rodeando los feudos del ISIS, por ejemplo Raqa en Siria y Mosul en Irak. El objetivo es evitar que el ¡°problema¡± se traslade de una ciudad a otra, es decir, que no logren huir combatientes extranjeros que puedan viajar fuera del pa¨ªs a cometer atentados.
Mattis subray¨® que, pese a sus p¨¦rdidas territoriales, el ISIS sigue siendo ¡°peligroso¡±, que la guerra ¡°no finalizar¨¢ pronto¡± y que es una ¡°amenaza a largo plazo¡±. Pero su lenguaje, con t¨¦rminos como aniquilaci¨®n, simboliz¨® el fin de la enorme cautela que impregn¨® la campa?a contra el ISIS del gobierno de Barack Obama.
La irrupci¨®n de los extremistas sun¨ªes forz¨® en agosto de 2014 al expresidente dem¨®crata a volver a mandar a soldados estadounidenses a Irak tres a?os despu¨¦s del fin de la intervenci¨®n iniciada en 2003 y que ¨¦l prometi¨® terminar. En septiembre de ese a?o, tras degollar el ISIS a varios rehenes occidentales, la campa?a se extendi¨® a Siria, donde EE UU act¨²a sin el permiso del r¨¦gimen de Bachar el Asad, pero con el que comparte un enemigo en com¨²n en los yihadistas.
Obama se obsesion¨® en diferenciar ese enfoque ¡ªun despliegue limitado de asesores militares y una coalici¨®n internacional que ataca desde el aire¡ª del despliegue masivo de tropas de combate en Irak y Afganist¨¢n impulsado por su predecesor, George W. Bush, y que no logr¨® estabilizar ambos pa¨ªses.
El republicano Trump, que durante la campa?a electoral prometi¨® bombardear sin piedad al ISIS, ha quitado ataduras al Pent¨¢gono. Las barreras ahora se difuminan, aunque no se vislumbra ning¨²n viraje dr¨¢stico, como un gran env¨ªo de tropas.
Al margen de rodear los feudos yihadistas, el segundo cambio en la estrategia de Washington es que la Casa Blanca ha delegado al Departamento de Defensa la toma de decisiones para atacar ¡°m¨¢s agresivamente¡± a los extremistas. Los militares se quejaban en los ¨²ltimos a?os de que el equipo de Obama ten¨ªa que aprobar cada medida y que eso frenaba las operaciones.
El jefe del Estado Mayor, Joe Dunford, dio dos ejemplos de la nueva estrategia: la entrega de armas a milicias kurdas en Siria, lo que ha enfurecido a Turqu¨ªa; y la autorizaci¨®n de que los asesores militares estadounidenses puedan estar m¨¢s cerca de la primera l¨ªnea de fuego en Irak.
Mattis insisti¨® en que no ha habido ning¨²n cambio en el reglamento de los uniformados ni se han relajado las directrices para evitar muertes de civiles. La mayor libertad de actuaci¨®n ha acelerado la posibilidad de derrota del ISIS, pero tambi¨¦n los riesgos y reveses. Aquellos que Obama quer¨ªa evitar.
En los primeros cuatro meses de presidencia de Trump, EE UU ha sufrido bajas de militares en operaciones en Yemen y Somalia; ha matado a decenas de civiles en bombardeos en Irak, ha atacado por primera vez al Ej¨¦rcito sirio y ha lanzado su mayor bomba no nuclear sobre posiciones del ISIS en Afganist¨¢n.
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