La oposici¨®n vuelve en masa a las calles de Venezuela
La marcha, denominada Somos millones, forma parte de las diarias protestas que buscan quebrar el monol¨ªtico grupo que apoya al presidente Nicol¨¢s Maduro
El sostenido pulso entre el Gobierno y la oposici¨®n de Venezuela dura ya 50 d¨ªas y todo indica que la capitulaci¨®n no es una posibilidad cercana. Este s¨¢bado, como de costumbre, la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica, que aglutina a todas las formaciones contrarias al r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro, convoc¨® a una concentraci¨®n en el tramo este de la principal autopista de Caracas y en las principales ciudades del pa¨ªs, que denominaron Somos millones. No hubo millones, pero s¨ª miles de personas.
Durante el recorrido de la marcha que desemboc¨® en el destino acordado en la capital venezolana no se observaron polic¨ªas uniformados con sus equipos antimotines. La llegada estaba lejos del centro de Caracas. Pero cuando el l¨ªder opositor, Henrique Capriles Radonski, sobre la plataforma de un cami¨®n, convoc¨® a los manifestantes para que caminaran hacia la sede del Ministerio del Interior y Justicia, en la zona de La Candelaria, que el Gobierno reivindica como suya, los funcionarios se alistaron para impedir el paso.
Despu¨¦s de tantos d¨ªas de continuas protestas, despu¨¦s de 49 muertes, cientos de heridos y ciudades destrozadas en todo el pa¨ªs, todav¨ªa sorprende que una multitud sin miedo exija en las calles el fin del ca¨®tico Gobierno del heredero de Hugo Ch¨¢vez. Entre los venezolanos el dilema est¨¢ m¨¢s presente que nunca: protestar a costa de la propia vida o pasar el resto de sus d¨ªas oprimido por una dictadura. Esa diaria refriega est¨¢ siendo acompa?ada de una intensa presi¨®n diplom¨¢tica para doblegar al r¨¦gimen y obligarlo a desistir de sus planes de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente sectorial, que busca retrasar las elecciones hasta que la situaci¨®n econ¨®mica permita que puedan competir en condiciones de ganarlas.
El secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, es uno de los adversarios m¨¢s enconados del r¨¦gimen y ha convertido a Venezuela en el principal tema de su agenda. El s¨¢bado volvi¨® a la carga con una idea: ¡°Ya es hora de una negociaci¨®n definitiva para acordar los t¨¦rminos del restablecimiento de la democracia¡±, afirm¨® en un comunicado. Almagro ha recordado que las muertes ocurridas en mes y medio ¡°son el tr¨¢gico resultado de un r¨¦gimen que se obstina en no reconocer que la ¨²nica salida viable a la crisis en que sumi¨® al pa¨ªs es convocar a elecciones generales ya¡±.
Almagro considera que hay que construir puentes entre las partes, pero en este momento el acercamiento luce como una quimera. El Gobierno pretende dialogar con la oposici¨®n en el marco de su proyecto de reforma de la Constituci¨®n. La Mesa de la Unidad no est¨¢ dispuesta a considerar la oferta ni a pagar el costo pol¨ªtico de empezar una negociaci¨®n pol¨ªtica. Ahora, la dirigencia de la alianza opositora siente que es el momento de acompa?ar el generalizado repudio a Maduro para obtener una victoria pol¨ªtica que luego les permita acordar, desde una posici¨®n m¨¢s vigorosa, c¨®mo ser¨ªa la transici¨®n.
La crisis venezolana es una moneda al aire, pero la comunidad internacional, como lo solicit¨® Almagro este s¨¢bado, intenta buscar una soluci¨®n que permita que el chavismo gobierne conforme al estado de derecho.
Los presidentes Juan Manuel Santos (Colombia) y Donald Trump (EE UU) dedicaron unos minutos de la rueda de prensa posterior a su reuni¨®n del jueves en Washington al Gobierno de Caracas. Trump calific¨® a Venezuela ¡°como un problema horrible¡± porque la gente ¡°no tiene con qu¨¦ comer, hay escasez de alimentos y mucha violencia¡±. El mismo jueves el Departamento del Tesoro anunci¨® sanciones contra los ocho magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que, con sendas sentencias, se arrogaron a finales de marzo las labores del Parlamento, dominado por la oposici¨®n, y restringieron la inmunidad parlamentaria, aunque luego modificaron parcialmente sus decisiones.
Los representantes diplom¨¢ticos de los pa¨ªses latinoamericanos siguen saliendo a cuentagotas de Venezuela. Las legaciones de Colombia y Chile est¨¢n sin embajador desde el comienzo de la crisis y no tienen fecha de regreso. El viernes Honduras se sum¨® al grupo cuando anunci¨® el retiro ¡°por tiempo indefinido¡± de su encargado de negocios en Caracas. En el comunicado entregado por Tegucigalpa se explica que la decisi¨®n ¡°es una pr¨¢ctica rutinaria de las canciller¨ªas y sus Gobiernos¡± y pretende ¡°mantenerse informado de la manera m¨¢s directa e inmediata posible sobre el fondo de la situaci¨®n de Venezuela¡±. Pero ha sido imposible que el viaje sin retorno cierto del m¨¢ximo representante del pa¨ªs centroamericano, Fernando Su¨¢rez Lovo, no sea evaluado como una consecuencia del deterioro de la democracia en Venezuela.
Almagro tambi¨¦n ha denunciado esta semana a los oficiales de la Guardia Nacional responsables de la represi¨®n de las protestas y critic¨® la anulaci¨®n de pasaportes a periodistas cr¨ªticos y dirigentes opositores antes de abordar vuelos al exterior, una medida que luce como una nueva pr¨¢ctica del gobierno para intentar evitar que siga creciendo la mala imagen de Maduro. Justo por esa raz¨®n no pudo concretarse la reuni¨®n entre el l¨ªder opositor, Henrique Capriles Radonski, y el alto comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Ra'ad Al Hussein, el viernes en Nueva York. El excandidato presidencial le entregar¨ªa personalmente un informe que recoge las violaciones a los derechos humanos en el pa¨ªs sudamericano en el ¨²ltimo mes y medio.
Los abogados entregaron el documento. Capriles aspira a que esas ideas sean compartidas con los grupos de trabajo y los mecanismos de protecci¨®n con mandatos espec¨ªficos sobre Venezuela, y que se siga gestionando una visita de la ONU al pa¨ªs. Si el r¨¦gimen se vuelve a negar, como desde hace una d¨¦cada, a permisar las visitas de organismos internacionales, Capriles ha planteado una observaci¨®n en la frontera para certificar, con familiares y v¨ªctimas, las violaciones a los derechos humanos constatadas por la prensa y las organizaciones locales. El prop¨®sito es uno solo: que Venezuela comience a ser tema frecuente en el foro mundial y no una declaraci¨®n de ocasi¨®n.
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