Marine Le Pen: ¡°Soy profundamente euroesc¨¦ptica; el funcionamiento de la UE es antidemocr¨¢tico y antinacional¡±
La l¨ªder del partido ultra Reagrupamiento Nacional, pendiente de una posible inhabilitaci¨®n pol¨ªtica, advierte en una entrevista con EL PA?S que derribar¨¢ de nuevo el Gobierno de Francia si el reci¨¦n nombrado primer ministro desoye las exigencias se su partido
La vida de Marine Le Pen (Neuilly-sur-Seine, 56 a?os) se aceler¨® en junio con la inesperada disoluci¨®n de la Asamblea decretada por Emmanuel Macron. Seis meses despu¨¦s, tras unas elecciones, el nombramiento y la ca¨ªda de un primer ministro ¡ªMichel Barnier¡ª y la llegada de un nuevo jefe del Ejecutivo ¡ªFran?ois Bayrou¡ª, la l¨ªder de Reagrupamiento Nacional sigue teniendo al Gobierno de Francia en sus manos. Por mucho que se empe?e el presidente de la Rep¨²blica, sin el apoyo del Nuevo Frente Popular, sin un candidato designado por el flanco progresista, que suma mayor¨ªa en el Parlamento, su suerte seguir¨¢ ligada a la voluntad de la ultraderechista. Pero la guerra fr¨ªa entre ambos se decide tambi¨¦n fuera de la pol¨ªtica.
La l¨ªder de RN recibe el martes por la tarde a EL PA?S en su despacho de la Asamblea Nacional en la primera entrevista con un medio extranjero que concede tras el nombramiento de Fran?ois Bayrou como primer ministro. Su equipo, eminentemente joven, entra y sale de la oficina. Detr¨¢s del escritorio, aparece cogida del brazo y sonriente en una foto en blanco y negro con Jordan Bardella, presidente del partido a sus 29 a?os y su delf¨ªn y remplazo en caso de accidente. O de sentencia judicial.
Le Pen ha sido tres veces candidata a la presidencia de la Rep¨²blica y en dos ocasiones se ha plantado en la segunda vuelta. Ha transformado el RN en un partido casi hegem¨®nico que ha devorado a la derecha cl¨¢sica. En las ¨²ltimas elecciones legislativas obtuvo m¨¢s de 10 millones de votos. Nunca ha estado tan cerca de lograr el viejo sue?o presidencial de la familia Le Pen. Y, sin embargo, todo podr¨ªa descarrilar el 31 de marzo, cuando se conocer¨¢ la sentencia del juicio por malversaci¨®n de fondos europeos que podr¨ªa inhabilitarla cinco a?os. Los pr¨®ximos meses marcar¨¢n el futuro del Ejecutivo, de Macron y de la propia Le Pen, centro de gravedad de este ca¨®tico momento. Es su hora del todo o nada.
Pregunta. ?Qu¨¦ le parece la elecci¨®n de Fran?ois Bayrou como primer ministro?
Respuesta. Bayrou debe recordar que no ha sido nombrado para desarrollar su pol¨ªtica, sino para construir un presupuesto teniendo en cuenta las tres grandes fuerzas de la Asamblea Nacional. Conozco su apego a la democracia, tiene buenas intenciones. Pero esperaremos a ver qu¨¦ presupuesto presenta. Si se parece al de Barnier, las mismas causas provocar¨¢n los mismos efectos.
P. Diga la verdad, ?realmente tumb¨® a Barnier solo por no actualizar las pensiones con el IPC?
R. S¨ª¡ cay¨® por exceso de orgullo. Cometi¨® un error de juicio sobre el RN, pens¨® que nos contentar¨ªamos con algunas migajas.
P. ?Censurar¨¢ al Gobierno de Bayrou si no cede a esas mismas exigencias?
R. S¨ª. Somos el pa¨ªs con la presi¨®n fiscal m¨¢s alta del mundo. Y la gente se pregunta d¨®nde va su dinero. El problema de los franceses no es que acepten los impuestos, sino la manera en la que despilfarran su dinero. No podemos aumentar impuestos cuando la gente no puede pagar sus facturas de electricidad. Y, para ello, es imprescindible atacar el otro flanco del problema: los gastos desmedidos del Estado.
P. La sensaci¨®n es que usted cuece a fuego lento a Macron sin ning¨²n inter¨¦s por la estabilidad y que, a la m¨ªnima, plantear¨¢ otra moci¨®n de censura.
R. Se equivoca. Si no, lo hubi¨¦ramos hecho enseguida. Lo que nos mueve es el inter¨¦s de los franceses: si se preserva, no censuraremos porque s¨ª.
P. Ustedes, que aspiran a gobernar, han creado inestabilidad.
R. Si hay inestabilidad es ¨²nicamente culpa de Macron. Ha generado un bill¨®n de deuda en siete a?os, y eso es lo que ha complicado la situaci¨®n del pa¨ªs. Tambi¨¦n ha provocado una disoluci¨®n [de la Asamblea] pensando que ganar¨ªa las elecciones, y las perdi¨®. Y acaba de nombrar a un primer ministro, pero en realidad ha sido ¨¦l quien se ha autonombrado. No estamos aqu¨ª para desestabilizar, sino para cambiar la pol¨ªtica que imponen a los franceses. No tenemos miedo a usar instrumentos que nos ofrece la Constituci¨®n para hacer respetar la voluntad de nuestros 11 millones de electores. Pero no encuentro ning¨²n placer en ello.
Si el primer ministro Bayrou no atiende nuestras propuestas, le censuraremos¡±
P. ?Macron debe dimitir?
R. No estoy aqu¨ª para decirle lo que tiene que hacer. Es ¨¦l quien debe determinar si, en alg¨²n momento, puede continuar en su puesto mientras ya no impulsa realmente nada positivo para el pa¨ªs. Si en alg¨²n momento se encuentra atrapado por los l¨ªmites de la Constituci¨®n francesa, ser¨¢ ¨¦l quien deba tomar una decisi¨®n.
P. La inestabilidad que ha provocado con la moci¨®n, entre otras cosas, favoreci¨® que la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, firmara el acuerdo de Mercosur, al que toda Francia se opon¨ªa, mientras no hab¨ªa Gobierno.
R. Para nada. Subi¨® al avi¨®n hacia Uruguay cuando la censura no se hab¨ªa votado. Lo decidi¨® hace meses. Considera que las naciones ya no tienen nada que decir sobre su futuro. ?Y qui¨¦n es responsable de esto? Los l¨ªderes pol¨ªticos franceses y europeos, que permitieron que la Comisi¨®n se convierta en un ente todopoderoso. Espero que haya una minor¨ªa de bloqueo en el Consejo Europeo para impedir que se firme.
P. Veo que sigue siendo euroesc¨¦ptica.
R. Soy profundamente euroesc¨¦ptica. No estoy contra Europa, pero considero que su funcionamiento actual es antidemocr¨¢tico, antinacional y completamente contrario a las soberan¨ªas de las naciones. Cuando un pa¨ªs ya no puede defender sus intereses vitales, no creo que eso sea democracia. La Asamblea Nacional vot¨® hace unos d¨ªas, con una abrumadora mayor¨ªa, en contra del acuerdo con el Mercosur. Pero nada impide que este se firme sin tomar en cuenta la opini¨®n de los representantes del pueblo franc¨¦s. No puedo aceptarlo.
P. Da la impresi¨®n de que intentar¨¢ que Macron dimita antes del 30 de marzo, cuando deber¨ªa conocerse la sentencia del juicio en el que usted est¨¢ acusada de malversaci¨®n de fondos europeos y que podr¨ªa inhabilitarla pol¨ªticamente.
R. Eso es absurdo, y revela una visi¨®n complotista de la realidad.
P. ?Esperaba esta petici¨®n de la Fiscal¨ªa: cinco a?os de c¨¢rcel y otros cinco de inhabilitaci¨®n?
R. Nadie espera un ataque tan violento e injusto. Pero la indignaci¨®n fue mucho m¨¢s all¨¢ de las filas del RN. Incluso Jean-Luc M¨¦lenchon, [el l¨ªder de LFI], dijo que le parec¨ªa inaceptable esta especie de Inquisici¨®n. La petici¨®n ha creado una especie de conmoci¨®n en el pa¨ªs. Los franceses tomaron conciencia de que algunos magistrados se sienten con derecho a influir directamente en las elecciones. La sentencia a¨²n no se ha dictado, y no creo que osen llegar a tales extremos.
Si me condenan, estar¨ªamos ante un verdadero conflicto de legitimidad democr¨¢tica¡±
P. Entonces, ?se siente perseguida?
R. No estoy en la cabeza de los fiscales, pero parece como si algunos quisieran colgar a todos los pol¨ªticos en una sala de trofeos, como si su poder fuera superior al poder del pueblo. Pero ning¨²n poder lo es. Si los magistrados decidieran seguir las recomendaciones de la Fiscal¨ªa, estar¨ªamos ante un verdadero conflicto de legitimidad.
P. Suena a llamada a la revuelta.
R. No, no, de ninguna manera. Pero imag¨ªnese: he sido candidata a la presidencia tres veces, finalista en dos ocasiones, y los sondeos indican que podr¨ªa ganar las elecciones presidenciales. Pero, ?tres magistrados podr¨ªan impedir que me presente, aunque el 50% de los franceses quiera votar por m¨ª?
P. En el caso de que no pueda presentarse, ?qu¨¦ ocurrir¨ªa en la torre de mando del RN?
R. Las ideas del RN est¨¢n encarnadas por dos personalidades. Y eso es una forma de seguridad para su defensa. Pero ni Jordan Bardella [su n¨²mero dos y presidente del RN] ni yo nos ponemos en ese estado mental.
P. ?Usted cree que Bardella est¨¢ preparado para ser presidente de la Rep¨²blica?
R. No se ha preparado para eso porque, precisamente, nos presentamos como un t¨¢ndem: yo ser¨¦ candidata a la presidencia y ¨¦l ser¨ªa mi primer ministro.
P. El RN lleva a?os intentando normalizarse. ?La moci¨®n de censura le cierra las puertas de ese mundo liberal y burgu¨¦s que tradicionalmente no votaba al RN?
R. En absoluto. Todos los periodistas dijeron que el RN iba a perder mucho apoyo tras votar la moci¨®n de censura. Pero unos d¨ªas despu¨¦s, una encuesta me daba un 38% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Ahora bien, que haya votantes de derecha que hayan pensado que Barnier era de derecha y que por eso no deb¨ªamos censurarlo... Puede que sea de derechas, pero present¨® un presupuesto de izquierdas.
Si hay inestabilidad en Francia es culpa de Macron, no de la moci¨®n de censura¡±
P. ?Usted no se considera ni siquiera de derechas?
R. No. Especialmente si un programa de derechas consiste en abandonar toda pol¨ªtica social. Creo en el Estado estratega de inspiraci¨®n gaullista. No pienso que deba limitarse exclusivamente a sus poderes regalianos [usurpados]. En ese sentido, soy un poco inclasificable.
P. En Italia, hemos visto sinton¨ªa entre Forza Italia y Meloni. En Espa?a, entre PP y Vox. Pero en Francia todav¨ªa no, ?cree que ser¨ªa necesario algo similar para llegar al poder?
R. Tenemos muy poco en com¨²n con el resto de Los Republicanos [la derecha equiparable al PP] y con Laurent Wauquiez [l¨ªder de LR]. Basta ver c¨®mo se dirigi¨® a m¨ª durante el discurso sobre la moci¨®n de censura. Fue muy insultante, muy desde?oso. Adem¨¢s, tenemos diferencias de fondo muy importantes.
P. Usted tampoco es un corderito cuando les habla.
R. En cualquier caso, nunca demuestro arrogancia ni desprecio. Wauquiez est¨¢ dispuesto a gobernar con el Partido Socialista, lo cual es bastante revelador. Jean-Marie Le Pen ya hablaba de la ¡°UMP-PS¡±, una especie de partido ¨²nico. Hoy en d¨ªa, vemos algo similar: un bloque pol¨ªtico dispuesto a aliarse para mantener sus puestos. Esto recrea una forma de bipolaridad pol¨ªtica que aclara a¨²n m¨¢s nuestra posici¨®n: nosotros contra el partido ¨²nico.
P. Meloni lleg¨® as¨ª al poder. ?Por qu¨¦ no han logrado estar en el mismo grupo europeo?
R. Porque ella tiene una relaci¨®n con Von der Leyen que no quiero respaldar: esta presidenta de la Comisi¨®n es todo lo que debemos evitar para proteger a los pueblos europeos. Ella, su Comisi¨®n, el comisario de Agricultura que apoya el Pacto Verde, que est¨¢ a favor de Mercosur¡ es todo exactamente lo contrario de lo que pienso. Entiendo que Italia est¨¢ en una situaci¨®n distinta a la de Francia, y no juzgo a Giorgia. El Plan de Recuperaci¨®n que recibi¨®, esencial para su estabilidad financiera, no tiene nada que ver con el de Francia: 240.000 millones, contra 40.000. Italia necesita apoyarse en la UE. Nosotros no estamos en esa situaci¨®n, tenemos la libertad para criticar la Comisi¨®n de Von der Leyen, quintaesencia de todo contra lo que luchamos.
La Comisi¨®n Europea de Von der Leyen es la quintaesencia de todo contra lo que luchamos¡±
P. Entonces, ?su vieja idea de un grupo com¨²n con Meloni ha muerto?
R. Ella no quiso. Le dijeron que si se un¨ªa al RN, se le aplicar¨ªa el cord¨®n sanitario. No es que no hubi¨¦semos podido encontrar elementos comunes, es que fue la misma Von der Leyen quien le dijo que si se aliaba con nosotros, ser¨ªa tratada como una paria, sin vicepresidencias de comisi¨®n, sin presidencias, sin nada. Y Meloni se sinti¨® obligada a convertirse en la v¨ªctima de este cord¨®n sanitario.
P. ?Qu¨¦ le parece su plan de crear centros de deportaci¨®n fuera de las fronteras de la UE?
R. No creo que esa sea la soluci¨®n. Hay que implementar una pol¨ªtica disuasoria. Lo que est¨¢ pasando en Europa es una locura: atraer migrantes para luego preguntarse c¨®mo gestionarlos. Hay que tratar los casos de asilo en los consulados y embajadas extranjeras. Nadie deber¨ªa poder poner un pie en Europa sin la debida autorizaci¨®n. Debemos suprimir la libre circulaci¨®n de personas, y limitarla dentro del espacio Schengen a los nacionales de los pa¨ªses Schengen. La se?ora Merkel trajo a un mill¨®n de migrantes hace unos a?os. Algunos se quedaron en Alemania, pero el resto, ?a d¨®nde fue? A otros pa¨ªses. No lo podemos permitir.
P. ?Se refiere a limitar la libre circulaci¨®n a personas con la nacionalidad de pa¨ªses de la UE?
R. S¨ª. Si un pa¨ªs acepta un mill¨®n de migrantes, es su problema. Su decisi¨®n no puede derivar en problemas para otros. Pero eso es lo que sucede hoy con Schengen.
P. Eso va contra todos los fundamentos de la Uni¨®n Europea.
R. No, porque la libre circulaci¨®n de las personas con la nacionalidad de los pa¨ªses se sigue preservando. Los or¨ªgenes de Schengen, precisamente, nunca trataron de que una persona a la que Italia permite estar en su territorio tenga la posibilidad de ir a todos los dem¨¢s pa¨ªses. La idea original era que aquellos con la nacionalidad italiana, espa?ola o portuguesa pudieran circular libremente.
P. Claro, pero las normas hablan tambi¨¦n de una redistribuci¨®n de los migrantes que siempre entran por las mismas fronteras.
R. Nos vemos obligados a aceptar migrantes en nuestros pueblos bajo pena de ser multados con no s¨¦ cu¨¢ntos millones de euros. ?Usted cree que yo puedo aceptar eso? Claro que no.
P. ?Francia necesita otra ley de inmigraci¨®n, como le ofrec¨ªa el anterior Gobierno para que tener su apoyo?
R. Mire, mientras no integremos en la Constituci¨®n francesa los derechos de los extranjeros con las limitaciones que queremos imponer, y mientras no recordemos a la UE que sus textos y jurisprudencia no pueden aplicarse en Francia si son contrarios a la Constituci¨®n, no vamos a resolver realmente el problema.
P. Eso tambi¨¦n va contra el esp¨ªritu de la UE.
R. Puede hacerse con un refer¨¦ndum constitucional decidido por el presidente o la presidenta de la Rep¨²blica.
P. La natalidad de Francia es la m¨¢s baja desde la Segunda Guerra Mundial. Sin inmigrantes, ?qui¨¦n va a pagarle la pensi¨®n a la generaci¨®n de Bardella [tiene 29 a?os]?
R. Eso es una mentira que se ha difundido durante a?os. La realidad es que solo tiene un contrato de trabajo el 10% de los migrantes que llega a Francia. As¨ª que, de 500.000 personas que entran cada a?o, solo 50.000 contribuye legalmente.
P. No es culpa de ellos, sino del sistema que deber¨ªa integrarles.
R. Es culpa de quienes les aceptan, pero estas personas no pueden resolver los problemas de nuestro pa¨ªs. En realidad, agravan considerablemente todos nuestros sistemas sociales porque pesan sobre nuestro sistema, sobre nuestra escuela, sobre la salud, porque los cuidamos, sobre la vivienda. El peso es demasiado grande y Francia est¨¢ atravesando dificultades considerables. Debemos detener esta inmigraci¨®n y hacer ni?os. Todo esto es un proceso que debe invertirse, porque si no, obviamente, estaremos condenados a una muerte lenta.
P. Eso suena a las teor¨ªas de la sustituci¨®n ¨¦tnica, del Gran Remplazo.
R. De ninguna manera. El problema es que toda la historia del mundo es una historia de demograf¨ªa. Si Europa deja de tener hijos, solo habr¨¢ personas mayores, mientras que ?frica tiene tasas de fecundidad muy altas. En alg¨²n momento, la presi¨®n demogr¨¢fica se har¨¢ sentir.
P. ?Usted seguir¨ªa enviando armas a Ucrania?
R. Esta guerra va a terminar. Lo dije desde el principio, Ucrania no pod¨ªa ganar este conflicto. La empujamos a continuar una guerra que se transform¨® en una verdadera masacre de militares y poblaci¨®n civil. La ¨²nica forma para que Ucrania ganara era que la OTAN interviniera, y eso habr¨ªa sido la Tercera Guerra Mundial. Creo que Donald Trump sentar¨¢ en la mesa a Putin y a Zelenski y habr¨¢ una soluci¨®n diplom¨¢tica.
Trump sentar¨¢ en la mesa a Putin y a Zelensky y habr¨¢ una soluci¨®n diplom¨¢tica¡±
P. ?La llegada de Trump le parece una buena noticia entonces?
R. Tal vez si yo fuera estadounidense. Pero vamos a tener que sufrir las consecuencias de que defienda los intereses de su pa¨ªs. No puedo reproch¨¢rselo, pero s¨¦ que pueden entrar en conflicto con los de Francia, que ni siquiera tiene control sobre su propia pol¨ªtica comercial y, en realidad, depende de la UE para defender sus intereses econ¨®micos.
P. ?Putin es un peligro para la seguridad de Europa?
R. No creo que tenga las ambiciones ni los medios para conquistar Europa, como se dice a veces.
P. Usted dijo que era un gran estadista. ?C¨®mo lo juzga ahora?
R. Hace unos a?os, cuando Francia trataba de restablecer relaciones con Rusia, yo dije que no deber¨ªamos subestimar a Putin. La Rusia de los a?os noventa estaba devastada por el saqueo de Yeltsin, y ¨¦l logr¨® devolverle un papel importante en la escena mundial.
P. En Espa?a usted tiene aliados. ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene con Vox y qu¨¦ puntos en com¨²n tienen?
R. Muy buena, especialmente con Santiago Abascal, y tenemos muchas cosas en com¨²n. Ambos defendemos la soberan¨ªa nacional, nos oponemos a la inmigraci¨®n descontrolada y estamos comprometidos con nuestras tradiciones.
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