Democracia de todos
La crisis de Venezuela en Am¨¦rica Latina
De Per¨² en 1979 a Chile en 1989, esa fue la d¨¦cada del cambio democr¨¢tico en Am¨¦rica Latina. La pregunta central era acerca del m¨¦todo m¨¢s efectivo de llevarlo a cabo, aquel con mayores probabilidades de ¨¦xito. La pol¨ªtica deb¨ªa descubrir la trayectoria que llevar¨ªa al objetivo final: la consolidaci¨®n de las instituciones democr¨¢ticas.
Inequ¨ªvocamente, se fue delineando un camino marcado por la negociaci¨®n, por pactos. Acuerdos para involucrar a todos los actores importantes, moderar las intransigencias, generar tendencias centr¨ªpetas y reducir la incertidumbre t¨ªpica de la transici¨®n. Era un razonamiento eminentemente inductivo. As¨ª hab¨ªan sido los pactos de La Moncloa y la transici¨®n espa?ola.
Y as¨ª lo hab¨ªa hecho antes Venezuela con el Punto Fijo: desde 1958 una democracia estable en una Am¨¦rica del Sur violenta y autoritaria. El exilio venezolano de tantos argentinos, chilenos y uruguayos hab¨ªa contribuido, a su vez, a prestarle atenci¨®n al pa¨ªs y su f¨®rmula pol¨ªtica. Venezuela, tolerante y con democracia pactada, era el ejemplo a imitar.
La democratizaci¨®n de Am¨¦rica Latina fue de ese modo una construcci¨®n colectiva, beneficiada por la solidaridad y el derecho internacional, y anclada en la arquitectura hemisf¨¦rica de derechos humanos. La visita de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos a la Argentina de Videla en 1979 fue un hito. Hizo expl¨ªcito que no hay soberan¨ªa ni jurisdicci¨®n nacional en esta materia.
Chavismo mediante, Venezuela vuelve a ser ejemplo. Claro que en sentido contrario. Sus simult¨¢neas crisis¡ªde la econom¨ªa, el r¨¦gimen pol¨ªtico y el Estado¡ªresuenan en el resto del continente. Por empezar porque viola los principios jur¨ªdicos del sistema interamericano, especialmente el que estipula la Carta Democr¨¢tica de 2001 desde su art¨ªculo primero: la democracia es un derecho de los pueblos.
Por lo tanto, la obligaci¨®n de la OEA respecto a la democracia no es con los Estados ni con los gobiernos sino con los pueblos. Invocar la Carta Democr¨¢tica, entonces, es importante no ¨²nicamente desde el punto de vista jur¨ªdico. Lo es porque habla por aquellos que, despojados de sus derechos, han sido silenciados.
No termina de sorprender, en este sentido, la persistente falta de convicci¨®n de varios gobiernos de la regi¨®n y de su diplomacia, (mal) entendida como el arte de decir eufemismos. Hay amnesia o ignorancia sobre las lecciones de la democratizaci¨®n en la regi¨®n, la solidaridad internacional que la llev¨® adelante y los buenos ejemplos que le dieron sustento.
A pesar de la represi¨®n descontrolada y 60 muertes en dos meses, sigue prevaleciendo el apaciguamiento de la dictadura por sobre la censura normativa y moral, adem¨¢s a costa de la debida presi¨®n internacional. Y al que habla, como Almagro, se le pretende callar, seg¨²n han propuesto algunos pa¨ªses caribe?os¡ªalguna vez clientes de Petrocaribe¡ªpara la pr¨®xima reuni¨®n de cancilleres en la OEA.
Siguen utilizando los mismo clich¨¦s. "Di¨¢logo", t¨¦rmino que cada vez que fue invocado sirvi¨® para vaciar las calles y garantizarle continuidad al r¨¦gimen. Y no es que no haya que hablar con Maduro y Cabello, pero hay que hacerlo con un temario y un cronograma sobre la mesa: las condiciones y los plazos de la transici¨®n.
Es una negociaci¨®n lo que sigue y tal vez hasta sea necesario conceder alg¨²n exilio dorado. Solo eviten la palabra "di¨¢logo", pues est¨¢ contaminada. A fuerza de repetici¨®n, la han convertido en sin¨®nimo de complicidad.
Es que hay amnesia e ignorancia, pero tambi¨¦n miop¨ªa. No se logra comprender que el quiebre de la democracia en un pa¨ªs del sistema inevitablemente implica el deterioro de la misma en el vecino; por ello se trata de un "sistema". Y agr¨¦guese la amenaza a la propia seguridad nacional causada por una organizaci¨®n delictiva en control del Estado petrolero m¨¢s importante del hemisferio occidental.
De ah¨ª que Venezuela represente la crisis medular de la regi¨®n, al mismo tiempo que el test ¨¢cido de viabilidad democr¨¢tica. Si se la recupera, ser¨¢ un mensaje virtuoso. La propia idea de democracia recobrar¨¢ robustez; el sistema de derechos humanos conservar¨¢ su vitalidad y su autoridad moral; las instituciones multilaterales habr¨¢n cumplido su cometido.
Si, por el contrario, la Constituci¨®n de soviets prospera y la dictadura se estabiliza, ser¨¢ un terrible mensaje y un peor ejemplo. La cubanizaci¨®n total de Venezuela ser¨ªa una invitaci¨®n expl¨ªcita a otros aut¨®cratas; y erosionar¨¢ el principio que defin¨ªa la democracia de partidos, separaci¨®n de poderes y libertades individuales como el ¨²nico gobierno leg¨ªtimo en las Am¨¦ricas.
Lo que est¨¢ en juego lo est¨¢ para todo el continente.
Twitter:?@hectorschamis
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