Fran?oise Nyssen, una ministra con buena letra
La nueva titular de Cultura francesa, es una gran editora y arriesgada emprendedora
Es un rito de paso para todo ministro franc¨¦s de Cultura: pasearse por la alfombra roja del Festival de Cannes, que suele arrancar pocos d¨ªas despu¨¦s de su nombramiento. Esta semana, Fran?oise Nyssen (Bruselas, 1951), flamante titular del ¨¢rea cultural en el pa¨ªs vecino, ha aprovechado su estancia en Cannes para dejar una sutil marca propia. All¨¢ donde sus predecesores se limitaban a dejarse ver junto a los grandes astros del cine, Nyssen prefiri¨® encontrar un hueco en su agenda para acudir a una ceremonia con menos glamour: la clausura de la Semana de la Cr¨ªtica, secci¨®n paralela especializada en las obras de cineastas noveles, que tiene lugar en un rinc¨®n discreto de la Croisette. Es la primera vez, seg¨²n sus responsables, que un ministro de la Cultura acude a saludar su labor.
En esos espacios modestos, reputados por su buen hacer y alejados de la luz cegadora, Nyssen se siente como en casa. A la ministra, escogida contra pron¨®stico por Emmanuel Macron para dirigir su pol¨ªtica cultural, parece gustarle m¨¢s la periferia que el centro, la alternativa que el modelo hegem¨®nico. Hasta ahora, Nyssen era conocida como una de las editoras independientes m¨¢s prestigiosas del continente. Dirig¨ªa la editorial Actes Sud, que cuenta con 40 a?os de historia, un cat¨¢logo de 10.000 t¨ªtulos y 300 trabajadores a su cargo. Nyssen ha convertido el peque?o sello que su padre fund¨® a finales de los setenta en un imperio literario que publica a Paul Auster, Salman Rushdie, Imre Kert¨¦sz, Svetlana Alexi¨¦vich o la saga Millennium. Sin olvidar a numerosos autores de expresi¨®n castellana y catalana, como Javier Cercas, Jaume Cabr¨¦, Jos¨¦ Carlos Somoza, Sergi P¨¤mies, Imma Mons¨®, Antonio Mu?oz Molina o Llu¨ªs Llach. Para entendernos, lo m¨¢s parecido ser¨ªa que Mariano Rajoy hubiera nombrado a Jorge Herralde o Beatriz de Moura al frente de su Ministerio de Cultura.
Nacida en B¨¦lgica, pero naturalizada francesa desde hace m¨¢s de veinte a?os, esta mujer de melena lacia y lentes redondas no parec¨ªa destinada a ejercer el cargo. ¡°Mi historia no me conduc¨ªa a esta funci¨®n, porque tengo una formaci¨®n cient¨ªfica, en biolog¨ªa molecular¡±, admiti¨® en un discurso de investidura informal y titubeante, en el que incluso se permiti¨® tutear a su predecesora, rompiendo varios tab¨²es ret¨®ricos en la solemne Francia.
Lleg¨® a Par¨ªs para integrarse en el ¨¢rea arquitect¨®nica del Ministerio que ahora encabeza, antes de responder a la llamada de su padre, que acababa de crear Actes Sud en 1978 en la ciudad provenzal de Arl¨¦s. Otra rareza en un pa¨ªs ultracentralizado, donde todo debe pasar por Par¨ªs y obtener su sello de validaci¨®n. ¡°No me pude resistir a la llamada del libro¡±, explica Nyssen, lectora empedernida desde la infancia, cuando sol¨ªa refugiarse en El club de los cinco ¡ªy despu¨¦s, en William Faulkner o Patrick Modiano¡ª para evadirse del entorno burgu¨¦s y hostil del Liceo Franc¨¦s de Bruselas, en el que dice que nunca encaj¨®.
Ha convertido Actes Sud,?sello creado por su padre,?en un imperio literario que?publica a Auster y Rushdie
Su nombramiento gener¨® sorpresa, pero su perfil resultaba id¨®neo para Macron. El presidente franc¨¦s pone al frente del Ministerio a una mujer culta y humanista, pero tambi¨¦n a una empresaria y gestora de reconocida solvencia, a imagen y semejanza de lo que ¨¦l aspira a encarnar. Nyssen aportar¨¢ al jefe de Estado un conocimiento s¨®lido del terru?o cultural. Presidi¨® la estructura que concede las ayudas p¨²blicas a proyectos cinematogr¨¢ficos y forma parte del consejo de administraci¨®n de EuropaCorp, la poderosa productora del director Luc Besson, y de los Encuentros de Arl¨¦s, uno de los mayores festivales fotogr¨¢ficos del continente europeo.
En la pintoresca localidad donde reside, por la que pasaron Van Gogh y Gauguin en su d¨ªa, tambi¨¦n dirige Le M¨¦jan, centro de conciertos y exposiciones dotado de un cine y una gran librer¨ªa pegada al R¨®dano, que cre¨® con su inseparable marido, el ingeniero Jean-Paul Capitani. El nivel de calidad de sus iniciativas, que nunca parecen perseguir solo un enriquecimiento financiero, es incontestable. Nyssen es el rostro de la iniciativa privada con vocaci¨®n de servicio p¨²blico. Resulta l¨®gico que atrajera a Macron, por quien la nueva ministra llam¨® a votar poco antes de la segunda vuelta de las presidenciales. Nyssen tambi¨¦n es la editora de Sylvain Fort, jefe de comunicaci¨®n del El¨ªseo y experto en m¨²sica cl¨¢sica.
Otro eje importante de la pol¨ªtica del nuevo presidente ser¨¢ la democratizaci¨®n del acceso a la cultura ¡ªcon un cheque cultural de 500 euros para todo joven de 18 a?os, inspirado en el que Matteo Renzi aprob¨® en Italia¡ª, la ampliaci¨®n de los horarios de las bibliotecas y el ¨¦nfasis en la educaci¨®n cultural y art¨ªstica en los programas escolares. Tambi¨¦n en eso Nyssen tiene experiencia. En 2015 fund¨® la escuela Domaine du Possible en una granja de Arl¨¦s, apadrinada por el fil¨®sofo Edgar Morin y el militante agroecologista Pierre Rabhi, que propone un sistema educativo alternativo, sin ex¨¢menes y con un aprendizaje fundamentado en las lenguas, la naturaleza y el arte. Nyssen decidi¨® crearla tras el suicidio de su hijo Antoine en 2012, a los 18 a?os, disl¨¦xico e inadaptado en el sistema escolar cl¨¢sico.
Tras el suicidio en 2012 de su?hijo Antoine, disl¨¦xico que?no se adapt¨® al colegio, abri¨®?una escuela alternativa?
Su investidura como ministra concluy¨® con una frase del mismo Morin que Nyssen encontr¨® por azar leyendo una de sus obras en el tren que la llevaba a Par¨ªs. ¡°A costa de sacrificar lo esencial por lo urgente, terminamos olvidando la urgencia de lo esencial. Intentar¨¦ que no se me olvide¡±, expres¨®. Pero Nyssen tambi¨¦n tiene cometidos menos po¨¦ticos en el horizonte. Por ejemplo, la negociaci¨®n con los titanes de Internet, como Google, Apple o Amazon, a los que Macron quiere obligar a financiar las obras culturales que difundan. Si Nyssen acept¨® el cargo fue por un ¨²nico motivo: ¡°La Rep¨²blica me ha dado mucho y ahora tengo que serle de ayuda¡±. La inc¨®gnita es si lograr¨¢ sobrevivir a la dureza, siempre prosaica, que suele imponer la pol¨ªtica.
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