Theresa May: La dama de porcelana
Desde que la l¨ªder conservadora ha empezado a someterse al escrutinio p¨²blico, se la ha visto disminuida
Theresa May se ha querido presentar como la versi¨®n 2.0 de la dama de hierro, Margaret Thatcher. No lo hab¨ªa hecho mal en sus primeros seis meses como primera ministra dentro de su zona de comfort parlamentaria. Pero desde que se inici¨® la campa?a para las elecciones generales de este viernes y May se empez¨® a someter d¨ªa tras d¨ªa al escrutinio p¨²blico, se la ha visto disminuida, transformada en una dama de porcelana, dura por fuera y fr¨¢gil por dentro.
Habl¨¦ con un amigo periodista de la BBC el 5 de mayo, tres d¨ªas despu¨¦s del arranque oficial de la campa?a. El amigo la ha entrevistado varias veces. Me dijo que en los ojos de May detectaba miedo. Miedo no tanto por c¨®mo responder al terrorismo, donde las opciones son limitadas, sino ante el reto m¨¢s profundo y, a la larga, m¨¢s peligroso de cumplir con los deseos de la mayor¨ªa inglesa en el refer¨¦ndum por el Brexit y negociar una salida de la Uni¨®n Europea que no deje a Reino Unido m¨¢s dividido, m¨¢s pobre y m¨¢s d¨¦bil.
Me sorprendi¨® el comentario del amigo ya que hasta la fecha May hab¨ªa triunfado casi siempre en los debates parlamentarios contra su rival laborista, Jeremy Corbyn. La Reina Theresa, se la lleg¨® a llamar. Pero en las entrevistas que ha hecho en el ¨²ltimo mes con periodistas m¨¢s incisivos y mejor preparados que Corbyn, en los contactos que ha tenido con gente en la calle, en una aparici¨®n televisiva el viernes por la noche frente a un p¨²blico que no se cort¨® en las preguntas que le hizo, se la ha visto, con creciente frecuencia, como un conejo ante los faros de un coche que se acerca a letal velocidad.
Durante el interrogatorio p¨²blico del viernes, con la c¨¢mara enfocada despiadadamente en su rostro, me lleg¨® a provocar pena, pena no solo por ella en su desnudez bajo los focos sino por el pa¨ªs que representa, el que con el voto a favor del Brexit se peg¨® un tiro no en la cabeza, quiz¨¢, pero como m¨ªnimo en la rodilla.
May, que estuvo a favor de la permanencia antes del refer¨¦ndum de junio del a?o pasado, advirti¨® entonces que Reino Unido ser¨ªa menos pr¨®spero en caso de salir de la UE. Tras asumir la jefatura del Gobierno un par de semanas despu¨¦s ha tenido suficiente tiempo para creer que acert¨®, para entender lo extraordinariamente complicadas que van a ser las negociaciones con Bruselas, lo absurdamente innecesario que es el l¨ªo en el que el pa¨ªs se ha metido, lo dif¨ªcil de imaginar un final feliz.
Lo mejor que se puede decir en defensa de la dama de porcelana es que el miedo es la respuesta indicada a sus circunstancias. Si no estuviera asustada estar¨ªa equivocada.
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