El Parlamento egipcio ratifica la cesi¨®n a Arabia Saud¨ª de dos islas del Mar Rojo
El asunto ha encendido los ¨¢nimos de los sectores m¨¢s nacionalistas de la sociedad egipcia
El plenario del Parlamento de Egipto ratific¨® la tarde del mi¨¦rcoles el controvertido acuerdo de cesi¨®n de las estrat¨¦gicas islas de Tir¨¢n y Sanafir, situadas en el Mar Rojo, a Arabia Saud¨ª. La transferencia del control sobre las islas, pactada por el Gobierno del general Abdelfat¨¢ al Sisi en abril del a?o pasado, ha suscitado una intensa pol¨¦mica y una compleja batalla legal entre los partidarios y detractores del r¨¦gimen. El asunto se ha convertido en la m¨¢s grave crisis pol¨ªtica en Egipto desde el ascenso a la presidencia de al Sisi, en 2014, una vez erradicadas por la fuerza las protestas callejeras de los Hermanos Musulmanes despu¨¦s del golpe de Estado que depuso al presidente islamista Mohamed Morsi.
A pesar de los acalorados debates acaecidos durante los ¨²ltimos d¨ªas en el Parlamento, los ac¨®litos de al Sisi cuentan con una abrumadora mayor¨ªa en la instituci¨®n, pues las ¨²ltimas elecciones legislativas no contaron con unas m¨ªnimas garant¨ªas de limpieza y no concurri¨® la oposici¨®n islamista, vencedora de los comicios previos al golpe. Sin embargo, el r¨¦gimen, dominado por los militares y los servicios de inteligencia, tuvo que ejercer fuertes presiones para evitar una rebeli¨®n en sus propias filas dentro en el Parlamento, una muestra de hasta qu¨¦ punto la entrega de Tir¨¢n y Sanafir ha despertado la ira popular. El mi¨¦rcoles, el hashtag "Sisi traidor" era tendencia en Twitter en Egipto.
En el coraz¨®n de la disputa se halla la soberan¨ªa de las islas, que no est¨¢n habitadas. Seg¨²n el Gobierno, su soberan¨ªa ha sido siempre saud¨ª, pero Riad cedi¨® su control a Egipto en el contexto de las guerras ¨¢rabe-israel¨ªes habida cuenta de la incapacidad de su flota de plantar cara al Ej¨¦rcito de Israel. En cambio, la oposici¨®n sostiene que existen documentos y mapas del siglo XIX que demuestran que Tir¨¢n y Sanafir pertenecen a Egipto. El hecho de que el r¨¦gimen de al Sisi se haya recibido miles de millones de euros en asistencia financiera por parte de Riad, enemigo jurado de la Hermandad, ha llevado a algunos egipcios a considerar la cesi¨®n de las islas era una compensaci¨®n.
Varios opositores, liderados por el abogado y pol¨ªtico Khaled Ali, denunciaron el acuerdo ante la justicia. Y el Tribunal Supremo Administrativo les dio la raz¨®n, anulando la cesi¨®n de las islas. Por esta raz¨®n, los diputados opositores argumentan que el Parlamento no tiene potestad para manifestarse sobre el pacto con Riad, y que, en todo caso, se deber¨ªa celebrar un refer¨¦ndum, tal como prev¨¦ la Constituci¨®n. Sin embargo, no existe unanimidad entre los juristas, pues un tribunal menor se decant¨® por las tesis del Gobierno, y el Tribunal Constitucional a¨²n no ha terciado en la querella.
¡°[El r¨¦gimen] ha perdido su legitimidad moral. Insiste en violar la voluntad popular, de los j¨®venes que protestaron en calles y plazas, mientras desaf¨ªa la Constituci¨®n, la ley, la independencia de la justicia, la historia de Egipto y la santidad de la sangre de los m¨¢rtires¡±, denunci¨® Hamdin Sabahi, el ¨²nico candidato que se opuso a al Sisi en las presidenciales del 2014, en una rueda de prensa que reuni¨® a los principales partidos y movimientos opositores no islamistas. Estos grupos, que cuentan con apenas unos 30 diputados, se han conjurado para continuar la batalla legal y contestar la decisi¨®n tanto en la calle como en las redes sociales.
Quiz¨¢s como medida preventiva, el Gobierno ha apretado durante las ¨²ltimas semanas las tuercas de la represi¨®n. Seg¨²n ha denunciado Amnist¨ªa Internacional, ha bloqueado el acceso a m¨¢s de 40 p¨¢ginas web, la mayor¨ªa pertenencientes a diarios electr¨®nicos cr¨ªticos con el r¨¦gimen, como Al Jazeera, Madamasr o al Bidaya. Adem¨¢s, ha arrestado a decenas de activistas, la mayor¨ªa perteneciente a los partidos pol¨ªticos contrarios a la entrega de las islas. Khaled Al¨ª, erigido en el l¨ªder de la movilizaci¨®n popular, ha sido procesado por realizar p¨²blicamente un gesto obsceno, y en caso de ser condenado, no podr¨ªa presentarse a las elecciones presidenciales de 2018. Desde el punto de vista de algunos observadores, al Sisi estar¨ªa intentando quitarse de encima un inc¨®modo adversario.
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