L¨®pez Obrador: una historia de casinos
El l¨ªder est¨¢ decidido a lograr una incondicional victoria en 2018 o una aniquilaci¨®n absoluta
Un hombre gana una afortuna en la mesa de apuestas del casino ante el fren¨¦tico entusiasmo del p¨²blico agolpado a su alrededor. La bolsa obtenida le permitir¨¢ vivir como millonario el resto de sus d¨ªas. ?l saluda, agradece y, acto seguido hace algo inexplicable: empuja todo al centro y apuesta a todo o nada.
No se me ocurre otra forma de explicar lo que Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, el l¨ªder de Morena, la organizaci¨®n de izquierda mexicana, acaba de hacer esta semana, aparentemente. Hace unos d¨ªas la izquierda obtuvo casi 50% de los votos contra 34% de su ac¨¦rrimo rival el PRI, en las elecciones del estado de M¨¦xico. Un resultado impactante si se considera que se trata del coraz¨®n profundo del PRI, el terru?o del presidente y, en consecuencia, el lugar en el que el Gobierno federal comprometi¨® todo tipo de recursos legales e ilegales para hacer crecer su voto.
El problema para la izquierda es que lleg¨® dividida; el partido de Andr¨¦s Manuel obtuvo 33% (el PRI 30%, pero gracias a otros partidos sat¨¦lite supera por una nariz a Morena y se queda con el triunfo); el PRD, la otra organizaci¨®n de la izquierda, que antes dirig¨ªa L¨®pez Obrador, obtuvo 18%.
La conclusi¨®n que dejan estos comicios es contundente: la izquierda arrasar¨ªa en las elecciones presidenciales del pr¨®ximo a?o si llega unida. Queda claro que el PRI tiene los bonos bajos tras su deslucido regreso al poder, y que el votante a¨²n no olvida el pobre desempe?o del conservador PAN durante los 12 a?os que ocup¨® el poder. Parecer¨ªa existir el consenso de que toca ahora el turno a la izquierda porque los mexicanos ya han probado el resto de las opciones y el resultado ha sido deplorable. Y nadie duda de que el candidato de las alianzas de la izquierda ser¨ªa L¨®pez Obrador. Lo ¨²nico que tiene que hacer es sumar a sus excompa?eros del PRD, incorporar algunas de sus banderas en su propia agenda y ofrecer un par de carteras del Gabinete a sus aliados. Parecer¨ªa poco a cambio de sentarse por fin en la silla presidencial que busca desde hace 12 a?os.
Pero L¨®pez Obrador no es un pol¨ªtico t¨ªpico, y a veces me pregunto si es un pol¨ªtico a secas. Tiene la presidencia a su alcance, pero como el apostador del casino prefiere un todo o nada absoluto. Una apuesta de alt¨ªsimo riesgo que puede llevarle a salir, una vez m¨¢s, con las manos vac¨ªas, solo por darse la satisfacci¨®n de no pactar con aquellos a los que ha acusado de ser traidores y paleros del PRI.
Podr¨ªa entender esta lealtad, casi intransigencia, de un l¨ªder para con sus propias convicciones, si no hubiese visto la manera en que recibi¨® con los brazos abiertos a Manuel Bartlett o a Porfirio Mu?oz Ledo, conspicuos priistas (el primero de ellos, acusado de congelar el conteo de votos en las elecciones en las que Carlos Salinas venci¨® a Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas). Ha habido candidatos de Morena palomeados por L¨®pez Obrador verdaderamente impresentables.
Y no obstante, rechaza la posibilidad de concitar el apoyo de excompa?eros de izquierda que podr¨ªan garantizarle la presidencia del pa¨ªs. La propia Alejandra Barrales, dirigente del PRD, extendi¨® una mano al l¨ªder de Morena horas despu¨¦s de la elecci¨®n del Edomex, ofreciendo una alianza para la campa?a presidencial. L¨®pez Obrador respondi¨® tajante que ¨¦l no se unir¨ªa con traidores ni miembros de la mafia en el poder.
?Obstinaci¨®n, soberbia, integridad? No s¨¦; puedo no coincidir con su estrategia, pero no deja de inspirarme respeto un hombre que est¨¢ dispuesto a perder todo con tal de llegar al poder sin deberle nada a nadie.
Andr¨¦s Manuel conf¨ªa en su capacidad para conmover a los militantes del PRD y traerlos a su causa, sin pactar con los dirigentes de ese partido. Una estrategia que fracas¨® rotundamente en el Estado de M¨¦xico. Pero ¨¦l se tiene la confianza para conseguirlo ahora.
L¨®pez Obrador ha sido el fen¨®meno pol¨ªtico m¨¢s relevante de los ¨²ltimos 15 a?os en M¨¦xico; y lo ha sido tanto por sus encumbramientos electrizantes como por sus derrotas ¨¦picas. Est¨¢ decidido, como lo har¨ªa un h¨¦roe de la mitolog¨ªa, a que el 2018 le traiga la m¨¢s dulce e incondicional de las victorias o la aniquilaci¨®n absoluta de todos sus sue?os. Con ninguna otra cosa se conforma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.