Arlene Foster, la segunda brit¨¢nica m¨¢s poderosa
La l¨ªder unionista, que creci¨® siendo blanco del IRA, tiene la llave de la gobernabilidad en Reino Unido
¡°Hoy voy a viajar a Londonderry a asistir al funeral del ex viceministro principal Martin McGuinness¡±. La frase no deber¨ªa sorprender si se tiene en cuenta que quien la escribi¨®, el pasado 23 de marzo en un art¨ªculo en el Belfast Telegraph, es la ministra principal, que trabaj¨® codo con codo con el fallecido durante los ¨²ltimos dos a?os. Pero esto es Irlanda del Norte, y quien anunciaba su asistencia al funeral de su antiguo enemigo es Arlene Foster.
Una noche de 1979 John Kelly, granjero y polic¨ªa reservista en el condado de Fermanagh, en la frontera de Irlanda del Norte, sali¨® de casa para atender a su ganado. Poco despu¨¦s, su esposa y su hija de ocho a?os oyeron disparos. La sangre manaba de la cabeza de Kelly cuando se arrastr¨® a la cocina. La hija y la mujer subieron al dormitorio por bengalas para alertar a la polic¨ªa. Los tres permanecieron abrazados en el suelo durante 10 minutos eternos. El granjero sobrevivi¨®.
En 1986 Martin McGuinness pronunciaba un discurso en el funeral de S¨¦amus McElwaine, un pistolero del IRA ca¨ªdo en una emboscada del SAS a los 26 a?os. ¡°Un soldado valiente, inteligente, que entreg¨® su juventud a luchar por la libertad de este pa¨ªs¡±, dijo. Entre los muchos cr¨ªmenes que se atribuye a McElwaine est¨¢ el del intento de asesinato de John Kelly.
Treinta a?os despu¨¦s, el destino quiso que Arlene Foster y Martin McGuinness, la hija del granjero y el autor del paneg¨ªrico del pistolero, se convirtieran en el t¨¢ndem de Gobierno en Irlanda del Norte. El conflicto hab¨ªa terminado y el acuerdo de paz exig¨ªa que el Gobierno estuviese formado por las dos facciones antes enfrentadas.
La qu¨ªmica entre el viejo combatiente del IRA y la joven unionista nunca funcion¨®. Al menos, no tan bien como la improbable relaci¨®n entre McGuinness y Ian Paisley, fundador del DUP, el partido unionista que Foster dirige ahora. El pasado 9 de enero, dos meses antes de su muerte, McGuinness dimit¨ªa como viceprimer ministro principal, en protesta por la negativa de Foster a hacerse a un lado mientras durara la investigaci¨®n sobre un esc¨¢ndalo en la gesti¨®n de las ayudas a las energ¨ªas renovables que la salpicaba. La decisi¨®n de McGuinness abocaba a unas nuevas elecciones en Irlanda del Norte y redoblaba la presi¨®n sobre la ministra principal.
Arlene Foster era un cad¨¢ver pol¨ªtico hace solo tres meses. Presionada para dimitir por la oposici¨®n, recibi¨® su castigo en las elecciones a la Asamblea de Irlanda del Norte del 2 de marzo. El DUP gan¨®, pero por los pelos. Solo 1.200 votos lo separaban del Sinn F¨¦in, que cosechaba un resultado hist¨®rico. Adem¨¢s, simb¨®licamente los protestantes se quedaban sin mayor¨ªa en la c¨¢mara legislativa norirlandesa. Los dos partidos, DUP y Sinn F¨¦in, deb¨ªan reeditar el Gobierno de poder compartido. Pero fracasaron. El l¨ªmite de tiempo expir¨®. El Gobierno brit¨¢nico deb¨ªa decidir si impon¨ªa el mandato directo desde Londres o se convocaban elecciones. Se ampli¨® el plazo para alcanzar un acuerdo hasta el 29 de junio. El futuro de Arlen Foster se contaba en semanas.
De repente, el 19 de abril Theresa May anuncia su intenci¨®n de adelantar las elecciones al Parlamento brit¨¢nico. El 9 de junio se queda sin mayor¨ªa absoluta. El DUP obtiene 10 esca?os, y el Sinn F¨¦in, 7, que dejar¨¢ vac¨ªos como de costumbre. El 13 de junio Arlene Foster llega al 10 de Downing Street, rodeada de expectaci¨®n, con el futuro de Theresa May y del pa¨ªs en sus manos.
May necesita los esca?os del DUP para sacar adelante su Gobierno en minor¨ªa. La alternativa es un Ejecutivo igualmente fr¨¢gil, pero liderado por el laborista Jeremy Corbyn. Los conservadores saben que Arlene Foster nunca permitir¨ªa que gobierne alguien que en el pasado ha tenido demasiadas simpat¨ªas hacia el bando republicano en el conflicto norirland¨¦s. Dos d¨ªas despu¨¦s de las elecciones, May asegura que el acuerdo con el DUP ya es un hecho. Foster le obliga a rectificar. Hoy, dos semanas despu¨¦s, el acuerdo sigue sin firmarse.
No cont¨® May con la dureza de Foster, tenaz negociadora habituada a pelear en los m¨¢rgenes que se sabe, por una vez, el centro de atenci¨®n. Foster posee la dureza de los unionistas de la frontera, que crecieron siendo el blanco permanente de la violencia del IRA.
Naci¨® en 1970 en el pueblo de Roslea. El intento de asesinato de su padre no fue la ¨²nica vez que el conflicto se col¨® dram¨¢ticamente en su camino. Una ma?ana de verano, cuando la entonces llamada Arlene Kelly ten¨ªa 16 a?os, el autob¨²s escolar en el que viajaba fue reventado por una bomba del IRA. Ernie Wilson, el conductor del autob¨²s que era el objetivo del ataque, a¨²n recordaba en el Financial Times el estoicismo y la calma de la joven Arlene. ¡°Todos los asientos y las ventanas hab¨ªan volado en pedazos, pero all¨ª estaba ella, sacando a todos los ni?os¡±, dec¨ªa Wilson.
Estudi¨® Derecho en Belfast y se uni¨® al entonces dominante Partido Unionista de Ulster (UUP). Pero en 2004 lo abandon¨® por el DUP, que se opon¨ªa al Acuerdo de Viernes Santo. Fundado por el reverendo Ian Paisley en 1971, fund¨ªa el etnicismo del movimiento unionista con una profunda religiosidad.
El sucesor de Paisley, Peter Robinson, quiso liberar al partido de su carga religiosa para apelar a los profesionales urbanos. Foster, madre de tres hijos, no ha seguido la senda modernizadora de su predecesor. Pero s¨ª ha aceptado el Acuerdo de Viernes Santo y ha acabado trabajando codo a codo con el Sinn F¨¦in.
Dos Gobiernos dependen esta semana de Arlene Foster. El de Irlanda del Norte, donde tiene hasta el pr¨®ximo viernes para alcanzar un acuerdo con el Sinn F¨¦in, y el de Reino Unido, donde los 10 diputados del DUP deber¨¢n decidir si apoyan a Theresa May en la votaci¨®n de finales de semana.
En Westminster ya se define a Foster como la segunda mujer m¨¢s poderosa de Reino Unido.
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