El neocolonialismo mafioso de Venezuela
El hist¨®rico legado libertario del pueblo venezolano fue enterrado cuando Hugo Ch¨¢vez convirti¨® la riqueza petrolera en un poderoso instrumento para la compra de apoyos
?C¨®mo afirmar algo semejante si Venezuela es el ¨²nico pa¨ªs de las Am¨¦ricas, que, con el libertador Sim¨®n Bol¨ªvar a la cabeza, le dio la independencia a Colombia, Ecuador, Per¨² y Bolivia?
Tr¨¢gicamente, este hist¨®rico legado libertario, que le pertenece al pueblo venezolano, fue enterrado cuando Hugo Ch¨¢vez lleg¨® a la presidencia de Venezuela, y convirti¨® la riqueza petrolera en un poderoso instrumento para la compra de acomodos, apoyos, negociados y complicidades de casi todos los gobiernos de la regi¨®n ¨Cy hasta muchos fuera de ella¨C.
Bajo la bandera del socialismo del siglo XXI, se encubri¨® una modalidad de neocolonialismo que sin pausa se viene aplicando fundamentalmente en el bloque anglohablante del Caribe, m¨¢s Hait¨ª y la Rep¨²blica Dominicana. Es un neocolonialismo mafioso sin fuerza militar, pero con influencia y poder pol¨ªtico real. El m¨¢s humillante de todos, por las condiciones de obediencia que impone a sus colonizados.
Durante los precedentes 20 a?os, desde 1980, bajo el llamado Pacto de San Jos¨¦, M¨¦xico y Venezuela sin exigir ninguna clase de condicionamiento pol¨ªtico suministraban a las mismas naciones de Centroam¨¦rica y el Caribe 160.000 barriles de petr¨®leo diarios a precios preferenciales. El acuerdo lleg¨® a su fin cuando Ch¨¢vez, al no lograr la aprobaci¨®n de M¨¦xico para incluir a Cuba en el Pacto, lo reemplaz¨® en el a?o 2000 por el Acuerdo de Cooperaci¨®n Energ¨¦tica de Caracas, que no solo integr¨® a Cuba, sino que la convirti¨® en el pa¨ªs m¨¢s privilegiado del r¨¦gimen de Ch¨¢vez, desfalcando el patrimonio de los venezolanos, lo cual persiste hasta el presente.
A partir de esa fecha el r¨¦gimen venezolano "golpeando por encima de su peso", ha tenido una influencia sin precedente en el continente, incluso superior a la ejercida en sus mejores tiempos por la United Fruit Company en Centroam¨¦rica y el Caribe. Y hasta m¨¢s que la de los propios hermanos Castro. Esta modalidad neocolonial compradora de conciencias la coronan en el a?o 2005 al crear Petrocaribe, una especie de ministerio de colonias del r¨¦gimen venezolano que beneficia a 17 Gobiernos, de los cuales 12 son caribe?os, entre ellos la Rep¨²blica Dominicana, que activa y facilita la corrupci¨®n para la compra de voluntades pol¨ªticas de Gobiernos que se extiende como una mancha de aceite cubriendo medio Caribe y media Centroam¨¦rica. En esta materia solo Odebrecht podr¨ªa estar a ese nivel.
?Para qu¨¦ sirve el neocolonialismo? Caricom, integrado por 15 antiguas colonias, con una poblaci¨®n total de 16 millones, viene ejerciendo por a?os el equivalente a un poder de veto en la OEA para proteger a la narcotiran¨ªa militarizada, primero de Ch¨¢vez, y hoy de Maduro. Semejante acomodo los llev¨® recientemente a impedir, gracias a los votos de abstenci¨®n de la mayor¨ªa de sus miembros, que se aprobara en Canc¨²n una resoluci¨®n de la Asamblea de los cancilleres de las Am¨¦ricas para sancionar al r¨¦gimen de Maduro.
Sanci¨®n contemplada en la Carta Democr¨¢tica de las Am¨¦ricas por violar la institucionalidad democr¨¢tica, reprimir y matar a j¨®venes manifestantes, apresar disidentes, por antidemocr¨¢tica, y por generar una crisis social y humanitaria sin precedente en uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos de la regi¨®n ¨Cy por amenazar con la creaci¨®n de una Asamblea Constituyente ilegal e inconstitucional que pondr¨ªa fin a lo poco que queda de libertad en Venezuela¨C.
A pesar de que todas estas consideraciones eran perfectamente conocidas por las antiguas colonias, hoy independientes y gobernadas democr¨¢ticamente, y a las cuales Venezuela ayud¨® en el pasado sin exigirles sumisi¨®n, no tuvieron recato alguno para poner a un lado su dignidad y soberan¨ªa y convertirse en c¨®mplices de la miserable narcotiran¨ªa militarizada de Maduro. Rep¨²blicas que heredaron valores y principios del poder colonial brit¨¢nico que practican: respeto al imperio de la ley, a los derechos humanos en un marco de democracia y libertad. Justamente de lo que en Venezuela no se respeta.
Los pueblos del Caribe, que se independizaron de la corona brit¨¢nica, al igual que la Rep¨²blica Dominicana y Hait¨ª no merecen que sus gobiernos los arrodillen ante el humillante y vergonzoso neocolonialismo mafioso del "excremento del Diablo": el petr¨®leo venezolano.
Diego E. Arria es un?pol¨ªtico venezolano, exgobernador de Caracas.
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