Mohamed Bin Salm¨¢n, el joven que quiere ser rey
El nuevo pr¨ªncipe heredero saud¨ª, planea ¡®modernizar¡¯ el pa¨ªs sin derribar la monarqu¨ªa absoluta
Tanto simpatizantes como cr¨ªticos de Mohamed Bin Salm¨¢n, el nuevo pr¨ªncipe heredero de Arabia Saud¨ª, coinciden en calificarle de ambicioso. Para los primeros, se trata de un rasgo positivo que resume el alcance de las trasformaciones a las que aspira para el reino. Para los otros, del atributo de un joven impetuoso e inexperto que puede llevar al desastre a su pa¨ªs y al resto de Oriente Pr¨®ximo. Pocos fuera de la familia real sab¨ªan de su existencia hace tres a?os. Menos a¨²n conocen de verdad al hombre que aspira a reinar sobre el principal exportador de crudo en un momento de desaf¨ªos regionales e incertidumbre global.
Nacido en Yeddah, el 31 de agosto de 1985, el pr¨ªncipe Mohamed pertenece a la primera generaci¨®n de saud¨ªes que ha crecido con Internet, videojuegos, e inform¨¢ndose a trav¨¦s de pantallas en vez de papel. Tal vez eso explique su forma de hablar r¨¢pida, casi atropellada, y la costumbre de apabullar con datos que destacan quienes le han tratado. En cualquier caso, por edad y por estilo, rompe con la gerontocracia en la que se ha convertido el Reino del Desierto bajo los ¨²ltimos reyes. El actual, Salm¨¢n, tiene 81 a?os.
Mohamed ni siquiera es su primog¨¦nito. De ah¨ª que sorprendiera cuando al ascender al trono en 2015, el monarca le encomend¨® el influyente Ministerio de Defensa que ¨¦l hab¨ªa dirigido hasta ese momento. MBS, como suele mencionarse al hijo de Salm¨¢n para distinguirle de otros pr¨ªncipes con el mismo nombre, se convirti¨® a los 29 a?os en el ministro de Defensa m¨¢s joven del mundo; tambi¨¦n en jefe de la Casa Real y presidente del poderoso Consejo Econ¨®mico y de Desarrollo. Desde entonces, su carrera ha sido mete¨®rica.
Apenas tres meses despu¨¦s, quedaba claro que el monarca preparaba el camino hacia el trono para su v¨¢stago favorito. Destituy¨® a su medio hermano Muqrin como heredero, coloc¨® en su lugar a su sobrino Mohamed Bin Nayef (MBN), y design¨® como vice heredero al joven Mohamed. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, entregaba a ¨¦ste el control de la compa?¨ªa estatal de petr¨®leo, Aramco, la primera vez que la joya de la corona se pon¨ªa en manos de un pr¨ªncipe.
Nunca antes un miembro de la familia real hab¨ªa acumulado tanto poder en Arabia Saud¨ª. Los diplom¨¢ticos extranjeros empezaron a referirse a ¨¦l como Mr. Everything (Sr. Todo). Surgieron rumores de malestar entre algunos pr¨ªncipes m¨¢s veteranos y de diferencias con su primo MBN, en especial a ra¨ªz de la guerra lanzada en Yemen en marzo de 2015, de la que se le responsabiliza como ministro de Defensa y que la mayor¨ªa de los observadores consideran desastrosa. Su l¨ªnea dura hacia Ir¨¢n, y m¨¢s recientemente hacia Qatar, tambi¨¦n suscita cr¨ªticas.
El nombramiento del pr¨ªncipe milennial como heredero este mes de junio tan s¨®lo reconoce lo que ya era una realidad. Desde que Salm¨¢n asumi¨® el poder ha delegado el d¨ªa a d¨ªa de la gesti¨®n del reino en su hijo, como se puso de relieve el a?o pasado cuando ¨¦ste present¨® el proyecto Vision 2030 para reestructurar la econom¨ªa y acabar con la dependencia del crudo.
La intenci¨®n de MBS es reducir el enorme y pesado sector p¨²blico, crear empleos en el privado mediante la inversi¨®n en nuevas tecnolog¨ªas y la apertura al ocio y al entretenimiento en un pa¨ªs en el que ni siquiera se permiten los cines. La idea ha sido bien acogida entre los j¨®venes (dos tercios de los 21 millones de saud¨ªes tienen menos de 30 a?os), el mundo de los negocios y los liberales, aunque despierta ansiedad entre aquellos acostumbrados al generoso Estado de bienestar saud¨ª y en el estamento religioso ultraconservador.
Y sin embargo hay poco de revolucionario en unos cambios en gran media inevitables ante el derrumbe de los precios del petr¨®leo. Nada en la Vision 2030 o en las declaraciones del pr¨ªncipe apunta hacia una mejora en la atroz situaci¨®n de los derechos humanos en el reino, ni el fin del sistema de tutela sobre las mujeres. MBS pretnede llevar su pa¨ªs al siglo XXI sin poner en peligro la monarqu¨ªa absoluta, de acuerdo con el modelo que promueve su vecino y mentor, el jeque Mohamed Bin Zayed, heredero de Abu Dhabi y hombre fuerte de Emiratos ?rabes Unidos.
Una cuidada campa?a de relaciones p¨²blicas se ha ocupado de dar a conocer al pr¨ªncipe Mohamed a la opini¨®n p¨²blica occidental a trav¨¦s de largas entrevistas con varios medios anglosajones, en las que evidenci¨® su voluntad de reinar. As¨ª nos enteramos de que quiere sacar a Bolsa un 5% de Aramco (The Economist). O de que es un adicto al trabajo, al que dedica jornadas de 16 horas (Bloomberg). En opini¨®n de los periodistas que hablaron con ¨¦l, el heredero es ¡°inteligente, ambicioso y dispuesto a adoptar nuevas ideas, aunque con una tendencia preocupante actuar de forma impulsiva¡±.
Mohamed es el hijo mayor de Salm¨¢n con su tercera esposa. Su especial relaci¨®n con el rey se atribuye a que creci¨® en su casa, a diferencia del resto de sus hermanos que lo hicieron con sus respectivas madres. Tal vez por ello, en contraste con otros pr¨ªncipes de su generaci¨®n, no sali¨® a estudiar fuera del pa¨ªs. Se licenci¨® en derecho en la Universidad Rey Saud en 2007, con el segundo mejor expediente de su promoci¨®n, seg¨²n la biograf¨ªa de la web de su fundaci¨®n, Misk. Enseguida empez¨® a trabajar con su padre que entonces era gobernador de Riad.
A diferencia de su progenitor, s¨®lo se ha casado una vez, con su prima Sara Bint Mashur; tienen dos hijos y dos hijas de entre 2 y 7 a?os. En su viaje de novios a Jap¨®n se enamor¨® de ese pa¨ªs por su capacidad de modernizarse manteniendo las tradiciones.
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