El fiscal general de Estados Unidos descarta dimitir pese a las cr¨ªticas de Trump
El presidente dice arrepentirse de nombrar a Sessions por apartarse de la investigaci¨®n a la trama rusa
Contra las cuerdas, Jeff Sessions promete resistir. El fiscal general de Estados Unidos descart¨® este jueves dimitir al d¨ªa siguiente de que Donald Trump dijera p¨²blicamente que se arrepiente de haberle nombrado para el cargo.
¡°Me encanta este trabajo. Tengo previsto continuar hasta que sea apropiado¡±, dijo Sessions, con cara de circunstancias, en una rueda de prensa convocada para anunciar una operaci¨®n internacional. Inquirido por una periodista sobre si ten¨ªa sentido seguir en el cargo cuando carece de la confianza del presidente, ¨¦l contest¨®: ¡°Estamos sirviendo hoy. Tengo total confianza de que somos capaces de gestionar esta oficina de una manera efectiva¡±.
En una ins¨®lita reprimenda a su propio gobierno, Trump desautoriz¨® el mi¨¦rcoles a su c¨²pula judicial. En una entrevista con el diario The New York Times, el presidente dijo arrepentirse del nombramiento de Sessions al asegurar que no le habr¨ªa designado si hubiese sabido que tendr¨ªa que inhibirse de la investigaci¨®n a los lazos rusos de su entorno.
¡°Sessions no tendr¨ªa que haberse recusado y si iba a recusarse, deber¨ªa hab¨¦rmelo dicho antes de empezar el trabajo y hubiese escogido a otra persona¡±, dijo Trump al Times, un diario que suele criticar en su cruzada contra los medios tradicionales. ¡°Logra el trabajo, empieza el trabajo, se recusa, lo que francamente creo que es muy injusto con el presidente¡±.
Las palabras de Trump ponen en la cuerda floja a Sessions, un ferviente conservador. Y escenifican la ruptura con el que fue el primer senador en apoyar su candidatura electoral, en un momento en que el magnate inmobiliario era un paria en el universo republicano.
La segunda reuni¨®n con Putin
En la entrevista, Donald Trump rest¨® importancia al segundo encuentro, que no se conoci¨® hasta el martes, que mantuvo con el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, en la cumbre del G20 a principios de julio. Dijo que hablaron 15 minutos al final de la cena oficial. Algunas informaciones period¨ªsticas aseguran que dur¨® una hora. Explic¨® que se intercambiaron "cumplidos" y conversaron sobre las quejas de Mosc¨² a una ley estadounidense que sanciona a ciudadanos rusos relacionados con violaciones de derechos humanos.
Pero el desaire tampoco es ins¨®lito. En junio, consciente del malestar hacia ¨¦l, se supo que Sessions ofreci¨® su dimisi¨®n a Trump. Pero el presidente la rechaz¨®. Se desconoce si el republicano ha cambiado de opini¨®n desde entonces, pero hay que tener en cuenta varios factores pragm¨¢ticos.
En caso de renuncia, ocupar¨ªa el cargo de forma temporal el ahora fiscal adjunto,?Rod Rosenstein, al que Trump tambi¨¦n ha detestado p¨²blicamente. A lo largo de la carrera del multimillonario neoyorquino, no ha sido inusual criticar a sus colaboradores pero mantenerlos en sus puestos. Y pese a la tensi¨®n sobre Rusia, Sessions es un aliado clave de Trump en su pol¨ªtica de mano dura contra la inmigraci¨®n.
Detr¨¢s de las palabras del presidente, se evidencia su desesperaci¨®n ante el desgaste constante de la sombra rusa en su sexto mes en la Casa Blanca. Un fiscal especial y el Congreso investigan si hubo alg¨²n tipo de coordinaci¨®n entre el entorno del republicano y la presunta injerencia del Kremlin durante la campa?a electoral.
Trump parece interpretar como el inicio de todos sus males la recusaci¨®n de Sessions en su papel de supervisor de la investigaci¨®n del FBI al entorno de Trump. El exsenador por Alabama se apart¨® del caso en marzo tras destapar la prensa que, en su comparecencia de nominaci¨®n en el Senado, ocult¨® sus reuniones en 2016 con el embajador ruso en Washington. Tras la renuncia de Sessions, adopt¨® ese papel el fiscal general adjunto Rosenstein.
En mayo, Trump despidi¨® a James Comey como director del FBI. Inicialmente, aleg¨® que lo hizo por recomendaci¨®n de Sessions y Rosenstein por la gesti¨®n que hab¨ªa hecho del caso del correo de Hillary Clinton. Pero despu¨¦s admiti¨® que tambi¨¦n influy¨® en su decisi¨®n la investigaci¨®n del FBI sobre Rusia. Ante la percepci¨®n de que su rol pod¨ªa parecer politizado, Rosenstein decidi¨® designar a un fiscal especial para indagar hasta el fondo en la trama rusa. El escogido fue Robert Mueller, un reputado exdirector del FBI. Trump conoci¨® el nombramiento poco antes de que se hiciera p¨²blico.
En la entrevista, Trump dispar¨® contra todos ellos, poniendo de nuevo en duda su respeto a la independencia judicial. Cuestion¨® que Rosenstein sea un verdadero republicano, unos reproches que el n¨²mero dos de Justicia tambi¨¦n minimiz¨®. ¡°Estoy orgulloso de estar aqu¨ª ayer, hoy y ma?ana. Trabajando cada d¨ªa en tratar de avanzar las prioridades del departamento¡±, respondi¨® en la rueda de prensa junto a Sessions.
Ante los periodistas del Times, Trump tambi¨¦n acus¨® a Comey de orquestar un expediente con informaci¨®n comprometedora sobre el presidente para tratar de mantener su puesto de trabajo. Y sostuvo que Mueller podr¨ªa estar involucrado en conflictos de inter¨¦s por los presuntos lazos dem¨®cratas de su equipo y le advierte de investigar asuntos no relacionados con la injerencia electoral rusa.
El presidente sugiri¨® que Mueller cruzar¨ªa una l¨ªnea roja si en sus pesquisas examinara las finanzas familiares de Trump, algo que, seg¨²n la agencia Bloomberg, tiene previsto hacer. ¡°Creo que es una violaci¨®n. Mira, esto es sobre Rusia¡±, dijo. El republicano dej¨® abierta la posibilidad de pedir a Justicia que despidiera a Mueller, aunque eso se interpretar¨ªa f¨¢cilmente como un intento de obstrucci¨®n a la investigaci¨®n y presumiblemente pondr¨ªa a Trump en mayores aprietos.
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