Gesti¨®n y relato en Argentina
Mar¨ªa Eugenia Vidal es la anti Cristina Kirchner
Si la pol¨ªtica es arte, lo es por la necesidad de conciliar planes y programas con una narrativa que capture la imaginaci¨®n de la sociedad y movilice voluntades. Es la tensi¨®n entre la aridez de las pol¨ªticas publicas, la gesti¨®n, y el romanticismo de la utop¨ªa, el relato. La gesti¨®n sin relato es la fr¨ªa tecnocracia. El relato sin gesti¨®n es la demagogia en estado puro.
La disonancia entre ambos puede variar en el tiempo y de pa¨ªs en pa¨ªs. Por ejemplo, Trump lleg¨® a la presidencia con un relato en la mano pero, a¨²n hoy, desprovisto de un plan para hacerlo realidad. Macron lleg¨® al poder con una visi¨®n eminentemente tecnocr¨¢tica, y reci¨¦n all¨ª comenz¨® a articular una narrativa que le d¨¦ identidad a su nuevo partido.
Si resolver dicha ecuaci¨®n es un desaf¨ªo cotidiano, en temporada electoral ello se convierte en estrategia de supervivencia. Como en Argentina, donde a trav¨¦s de esta tensi¨®n se concreta la pol¨ªtica. Es en esta disyuntiva que se cierra la campa?a para las PASO, primarias abiertas simultaneas y obligatorias, algo as¨ª como el partido preliminar del de octubre.
Al ser abiertas y simult¨¢neas, estas primarias se convierten en profec¨ªa auto-cumplida, ya que permiten comparar votos no solo dentro de los partidos sino entre ellos. Son elecciones de mitad de t¨¦rmino, pero en un pa¨ªs donde cada vez que se vota todo esta en juego, no es exagerado decir que el futuro del sistema pol¨ªtico depende de lo que ocurra hoy.
En sentido comunicacional, el gobierno instal¨® la campa?a donde quer¨ªa. Es Macri versus Cristina Kirchner. El objetivo es transparente: volver a 2015, cuando la entonces presidenta no era candidata pero la estrategia de la coalici¨®n Cambiemos, como su nombre indica, fue apuntar su mensaje a una sociedad exhausta por los doce a?os del interminable, y agresivo, relato kirchnerista.
Es una apuesta por la polarizaci¨®n, a sabiendas que, como entonces, dicha polarizaci¨®n est¨¢ acotada por el piso alto y el techo bajo del kirchnerismo, es decir, sus dificultades para llegar al votante moderado e independiente. Cristina Kirchner es venerada por su base pero muy rechazada por los dem¨¢s. Incl¨²yase en ese encono a no pocas fracciones del peronismo no kirchnerista y la aritm¨¦tica produce optimismo en el gobierno.
Es un planteo inteligente porque adem¨¢s el oficialismo le juega el partido con doce cuando incluye en la cancha a Mar¨ªa Eugenia Vidal, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, quien puso sobre sus hombros el cierre de la campa?a en el distrito m¨¢s importante del pa¨ªs, el que define todo. Es all¨ª donde el peronismo cre¨® el mito de su invencibilidad. La gobernadora sabe mejor que nadie porqu¨¦ se trata de un mito.
Es que tener a Vidal como jugador numero doce duplica la ventaja. Vidal es el pol¨ªtico, de ambos g¨¦neros y de cualquier partido, que mejor entiende y comunica la fundamental relaci¨®n entre gesti¨®n y relato, ecuaci¨®n que resuelve con una pasi¨®n que la hace cre¨ªble. As¨ª fue su cierre de campa?a, primero en un acto del oficialismo y luego en uno de los programas pol¨ªticos de mayor rating.
Vidal es la anti-Cristina Kirchner. Sin maquillaje, joyas, ni peluquer¨ªa y vestida con jeans gastados, habl¨® de la pobreza como propia. Recalc¨® la importancia de las obras de infraestructura para el bienestar de los m¨¢s necesitados, subrayando al mismo tiempo el perfil desarrollista del gobierno de Macri, a prop¨®sito de quienes insisten en llamarlo liberal.
Cloacas, desag¨¹es pluviales y pavimento para los barrios humildes no son mera gesti¨®n, son la utop¨ªa de quien persigue un modelo de sociedad en donde la pol¨ªtica est¨¦ para servir, no para mandar. Con un sesgo casi psicoanal¨ªtico¡ªse trata de Argentina, despu¨¦s de todo¡ªvarias veces us¨® la palabra ¡°cuidar¡±. Cuidar a la gente, los vecinos, las familias, los ni?os.
Ni pueblo, ni clase, y ya casi ni naci¨®n, tal vez se est¨¦n consolidando nuevas categor¨ªas de comunicaci¨®n pol¨ªtica, o sea, una narrativa diferente a la anterior. La oposici¨®n insiste que funcionarias como Vidal son ¡°la derecha¡±.
Castig¨® al kirchnerismo donde le duele. ¡°No me vengan a hablar de pobreza a m¨ª, que recorro el conurbano desde hace diez a?os, quienes ni siquiera se dignaban a medirla¡±. Para rematar con un ¡°ganamos la provincia por las madres que perdieron sus hijos al narco, y que saben que el gobierno anterior le dio impunidad a ese narco¡±, dicho con visible emoci¨®n y empat¨ªa.
El kirchnerismo siempre dio por sentado que el pobre le pertenece, subsumido en el concepto de pueblo y usando el clientelismo como instrumento para ejercer sus presumidos derechos de propiedad. En el discurso de Vidal prevalece la autonom¨ªa. El pobre es un sujeto, es decir, en control de su subjetividad. Eso lo empodera, no tiene due?o. Sea de derecha o de izquierda, la gobernadora expresa un militante progresismo social.
Para quien la pol¨ªtica es solo relato¡ªy que, como en el kirchnerismo, se reproduce en tanto se pueda financiar la dominaci¨®n clientelar¡ªesta nueva horizontalidad confunde. Es que adem¨¢s est¨¢ acompa?ada de la responsabilidad de la gesti¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.