Destrucci¨®n y responsabilidades
En los efectos de los fen¨®menos ¡°naturales¡±, hay responsabilidades humanas y sociales
Desastres naturales enormes producen da?os tambi¨¦n serios. La pobreza y deficientes pol¨ªticas urban¨ªsticas ¡ªo la ausencia de ellas¡ª multiplican sus efectos. Veamos.
Hace pocos meses, lluvias torrenciales del Ni?o costero sobre la des¨¦rtica costa peruana produjeron 133 muertos y 190.000 damnificados. En Texas, reci¨¦n, pese a los espectaculares niveles de destrucci¨®n de infraestructura, es notable que el n¨²mero de fallecidos haya sido bajo (44) luego de Harvey; pero, igual, con varios millones de personas afectadas. Casi en paralelo, el monz¨®n asi¨¢tico causaba un espeluznante n¨²mero de fallecidos en la India (m¨¢s de 1.000 personas), en donde se juntan la extrema pobreza con inundaciones severas.
La causa inmediata de la destrucci¨®n est¨¢ en fen¨®menos ¡°naturales¡±, pero en sus efectos hay responsabilidades humanas y sociales. Estoy apuntando a dos aspectos interconectados entre s¨ª. Por un lado, las variadas capacidades de respuesta social e institucional frente a los desastres. Por otro, el contenido ¡ªo ausencia¡ª de ciertas pol¨ªticas p¨²blicas que resultan decisivas para multiplicar ¡ªo reducir¡ª los efectos de lluvias torrenciales o huracanes.
En lo que respecta a las respuestas, esto tiene que ver, obviamente, con los recursos econ¨®micos e institucionales disponibles. As¨ª, por ejemplo, la inversi¨®n preventiva en represas y canales (y su buen estado) juegan un papel decisivo; tambi¨¦n lo tiene la riqueza y solidez del tejido social e institucional.
Un factor decisivo en la minimizaci¨®n de los efectos de estos desastres es la organizaci¨®n y actuaci¨®n de la poblaci¨®n. La reciente tragedia en Texas dio una serie de ejemplos extraordinarios de solidaridad, comunicaci¨®n y participaci¨®n vecinal que fueron decisivos para reducir los da?os en vidas humanas. No ha sido as¨ª recientemente en lugares como la India, en donde las dimensiones f¨ªsicas y demogr¨¢ficas, y principalmente la pobreza, dificultan las comunicaciones y la organizaci¨®n institucional.
Vamos a lo medular: las vigentes pol¨ªticas p¨²blicas ¡ªo la ausencia de ellas¡ª que contribuyen a multiplicar la magnitud y efectos de lluvias torrenciales o huracanes. Lo que haga o no haga el Estado y la sociedad en esta materia no es neutral ni indiferente. Lo principal aqu¨ª son las pol¨ªticas de desarrollo urbano equivocadas ¡ªo ausentes¡ª, que son un factor decisivo en un planeta en el que m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n vive hoy en ciudades. Veamos dos ejemplos.
En Houston, una de las ciudades m¨¢s importantes de EE UU, las desastrosas pol¨ªticas urbanas explican parte de los efectos de Harvey y de las lluvias posteriores: en Houston no existe zonificaci¨®n urbana. Se puede construir lo que el propietario quiera, incluidas las zonas inundables y otras que pudieran absorber lluvias extraordinarias. Durante los ¨²ltimos a?os, la gente ha votado en tres ocasiones contra una pol¨ªtica de zonificaci¨®n en la ciudad.
En el Per¨² la magnitud de los efectos del Ni?o costero tiene mucho que ver con un crecimiento urbano explosivo y ca¨®tico en el que la falta total de planificaci¨®n urbana lleva a que la gente ¡ªpor lo general, muy pobre¡ª construya donde encuentra un espacio; por ejemplo, quebradas de r¨ªos o riachuelos se convierten en trampas mortales en tiempos de lluvia. Falta de pol¨ªtica urbana m¨¢s pobreza hacen un c¨®ctel particularmente peligroso.
Como conclusi¨®n, no basta decir lo obvio: que son urgentes pol¨ªticas de zonificaci¨®n y desarrollo urbano que, entre otras cosas, impidan que se construya donde no se debe construir. Voy m¨¢s all¨¢: temas esenciales como la planificaci¨®n o zonificaci¨®n urbana no deben permanecer exclusivamente en manos de autoridades o espacios locales o municipales. Conciernen a la sociedad toda y debe ser uno de los ingredientes esenciales de pol¨ªticas p¨²blicas nacionales que no pueden seguir m¨¢s s¨®lo en el ¨¢mbito local.
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